El archivista del año de la región noreste de México es de Tamaulipas, se trata de Martín Rodríguez Arellano, encargado actualmente del Archivo Histórico de Matamoros, y capaz de transcribir documentos con más de 300 años de antigüedad.
El comité de la Asociación Noreste de Archivos realizó la entrega de este nombramiento al joven tamaulipeco el pasado 08 de diciembre en Saltillo, Coahuila.
“Cuando recibí la llamada en donde me notificaron que el comité de la ANA después de deliberar me había designado como merecedor , aún me cuesta decirlo, del reconocimiento al archivista del año edición 2023 me quedé sin palabras”, declaró a EL SOL DE TAMPICO.
Destacó que este reconocimiento lo lleva a pensar en su profesor, el historiador de Matamoros, Andrés Cuéllar, fallecido en abril del 2022.
“Regreso a Matamoros con la frente en alto, orgulloso de todo lo que hemos logrado y sobre todo el saber que todo aquello que algún día mi amado profe Cuéllar soñó alguna vez para el archivo, dejó de serlo para ser una realidad”, recordó.
“Es un logro para la ciudad muy injusto sería decir que este logro es para mí, no es así, es prácticamente imposible que un solo hombre haya logrado todo esto solo, está la compañera Raquel Torres y Carlos Vega, que forman parte del equipo del archivo”, añadió.
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Al tiempo en el que destacó, que es de los muy pocos tamaulipecos que cuentan con el conocimiento para realizar ese procedimiento, puesto que ha transcrito como un proyecto personal, registros que datan de 1802 a 1816.
“La paleografía es una de las disciplinas más importantes de las que se auxilia la historia para la interpretación de la misma. Nuestro principal sostén del discurso histórico son los diversos documentos”, explicó.
El joven, que, aunque es licenciado en Turismo ha desarrollado su vocación por los libros, la historia y su relación, destacó que tener contacto con tantos documentos ha cambiado su percepción de la historia.
Documento del año 1650
“El documento más antiguo que he transcrito es de 1650, fue una petición particular, era como un testamento de un alcalde de Cocula, Jalisco”, recordó. Señaló de esta manera que asumir la responsabilidad de transcribir y digitalizar estos textos lo llevó a ser más estricto.
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“Aspiro a ser un historiador profesional, yo no puedo decir ‘yo pienso, yo creo, yo opino esto’; todo debe estar fundamentado en una fuente de archivo y los documentos son la fuente para aseverar o fundamentar un hecho”, planteó.
Recomendó consultar diversas fuentes para conocer la versión más fidedigna de los hechos.
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“Más allá de eso, con datos que nosotros sabemos cómo ocurrieron, le podemos dar diferentes explicaciones”, dijo Rodríguez Arellano que es de Tamaulipas y recibió el reconocimiento del archivista del año.