El pollo es una importante fuente de proteínas, además de ser una de las más accesibles al bolsillo. También es una carne muy versátil y puede cocinarse de muy distintas y sabrosas maneras. Sin embargo, para su preparación existe la creencia de que debe lavarse primero. Especialistas de la salud tienen una opinión muy distinta al respecto y advierten sobre "la contaminación cruzada".
¿Qué es la contaminación cruzada?
De acuerdo a la Secretaría de Salud, el pollo puede producir intoxicaciones por contaminación cruzada, término con el que se conoce a la transferencia de microorganismos como bacterias, virus y parásitos, desde alimentos crudos o sin desinfectar hacia alimentos que están listos para el consumo humano.
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Esta contaminación se puede producir de tres formas:
- De alimento a alimento, cuando los jugos o sueros de los alimentos crudos entran en contacto
- De persona a alimento, cuando se manipula carne cruda y no se hace un lavado correcto de manos
- De superficie a alimento, cuando utensilios o áreas contaminadas entran en contacto con los alimentos
Náuseas, vómitos, cólicos abdominales, fiebre, deshidratación y malestar estomacal son algunos de los síntomas de las enfermedades que pueden llegar transmitir los alimentos, y su intensidad puede ser de leve a moderada.
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El organismo recomienda que ante cualquier sospecha de esta infección, se debe consultar a un médico.
Consejos para evitar que lavar el pollo sea un riesgo en la cocina
Prevenir una intoxicación por el pollo o por otros alimentos es posible, mediante una serie de recomendaciones. El Centro de Control de Enfermedades (CDC) señala que, cuando compres pollo, debes separarlo del resto de los productos para evitar que los jugos de la carne entren en contacto con otros alimentos. Siempre lávate las manos antes de tocar la carne.
De acuerdo al CDC el pollo no se debe de lavar, esto debido a que durante el lavado, los jugos se pueden propagar en la cocina y contaminar el área de preparación de los alimentos.
Lava con agua jabonosa y caliente las tablas de cortar, utensilios y platos empleados después de preparar pollo y antes de preparar el siguiente alimento.
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Una vez cocinado el pollo, cerciórate que realmente esté bien cocido, ya que el pollo puede causar enfermedades si no se cocinó por completo o si sus jugos caen en el refrigerador o en las superficies de la cocina y luego contaminan algún alimento que come crudo, como una ensalada. Así que ahora ya sabes los riesgos que trae su consumo si se hace de forma inadecuada o por accidente se genera la contaminación cruzada.