El penacho de Moctezuma fue tema en la conferencia matutina del presidente López Obrador el pasado lunes 7 de febrero. Ahí el mandatario expresó que Austria tiene una "política anticutural" tras la negativa a prestar la reliquia prehispánica para exhibirla en México.
¿Cómo fue que esta preciada pieza del pasado mexicano, ejemplo del arte plumario prehispánico, llegó hasta aquel país europeo? En Twitter, alguien se encargó de darnos algunas pistas sobre el tema.
SE CREE QUE FUE UN OBSEQUIO PARA CORTÉS
El divulgador de temas históricos, Enrique Ortiz García, explica que en la actualidad el penacho de Moctezuma -o quetzalapanecayotl, su nombre correcto- se encuentra en el Museo Etnográfico de Viena, en Austria. Contra lo que pudiera pensarse la pieza, asevera Ortiz, no fue sustraída tras la batalla contra el imperio mexica.
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"Al parecer fue un obsequio que recibió Cortés en 1519 antes de visitar Tenochtitlán", afirma Ortiz. Posteriormente, Cortés habría enviado el penacho al monarca Carlos V el 16 o 26 de julio de 1519.
El penacho fue deambulando de colección en colección, hasta que en 1814 se expone en el Palacio del Belvedere, donde permanecerá por más de 60 años. También sería expuesto en el Museo de Historia Natural de Viena en 1889.
TIENE PLUMAS DE CUATRO AVES DISTINTAS
Las medidas de penacho son 178 cm de ancho por 130 cm de alto. Y aunque en su momento contaba con mil 544 piezas de oro, actualmente lo componen 68 piezas y 20 torrecitas de oro.
Su media luna la integran plumas de 4 aves: plumas quetzales, de color verde iridiscente; de pajaro vaquero, de color café; de azulejo real, de color azul turquesa); y de espátula rosada, con tonos rojos hasta rosa.
Mientras que su estructura está compuesta por varillas de madera, hilos de agave y algodón, papeles de fibras, cuero y plumas.
EXPERTOS CONFIRMARON SU ESTADO FRÁGIL: NO DEBE MOVERSE
Entre 2010 y 2012, el penacho fue sometido a una restauración a fondo realizada por expertos del INAH y especialistas de Austria. Tras los trabajos, los expertos de ambos países coincidieron en que su frágil estado no permite que sea trasladado hasta existir una tecnología que pueda impedir cualquier vibración.
“El mayor riesgo para traerlo a México en un avión son las vibraciones que sufriría, lo cual lo dañaría de manera irreparable, en particular las plumas, la red de algodón y las varillas de madera”, afirma Ortiz García.
Señala que si bien existe la tecnología para realizar ese traslado, aún no hay un dispositivo con las dimensiones adecuadas para proteger al penacho.
Así que de momento la única forma de ver el penacho de Moctezuma es tras la vitrina del Museo Etnográfico de Viena. Pero por el boleto no hay que preocuparse. Desde 2012, el museo dispuso que todos los visitantes que acrediten la nacionalidad mexicana tienen acceso gratuito al recinto.