En 1939, después de arribar a las costas de Veracruz, el yate Vita es desviado al puerto de Tampico por órdenes de Lázaro Cárdenas. A bordo del navío viajaba un tesoro español proveniente de la Segunda República. El cual fue transportado en tren hasta la ciudad de México. Sin embargo, quizás parte del motín terminó abandonado en el Nevado de Toluca.
Contexto histórico, político y social
De 1936 a 1939, el territorio de España estuvo sumido en una guerra civil, donde dos grupos se disputaban el control del país. Por una parte, se había establecido la Segunda República, un régimen político basado en la democracia y, por otra parte, las fuerzas armadas españolas se sublevaron buscando imponer una dictadura militar.
Ante la situación de caos que se desarrolló en suelo ibérico, múltiples ciudadanos buscaron refugio en otros países. México, junto con Cuba y la Unión Soviética, apoyaban al Bando Republicano, aceptando en su territorio a diversos exiliados españoles. El Bando Sublevado, por su parte, estaba respaldado por la Alemania nazi, la Italia fascista y Portugal.
Acorde al portal de Cultura del Gobierno de México, en noviembre de 1938, el presidente de la Segunda República, Juan Negrín, envío a suelo nacional un tesoro con el objetivo de apoyar económicamente a todos los refugiados de su país, quienes buscaban labrarse una nueva vida en otro continente.
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El tesoro republicano fue embarcado en el yate “Vita” en el puerto “Le Havre”, en Francia, rumbo a Veracruz. En dicho lugar sería recibido por José Puche Álvarez, un médico español asentado en México.
El puerto de Tampico entra en escena
El yate “Vita” arribó a las costas de Veracruz el 23 de marzo de 1939. No obstante, por causas no aclaradas, José Puche Álvarez no se encontraba presente en la zona. Entonces, Indalecio Prieto, exministro de la Defensa Nacional Española, en comunicación con el presidente mexicano Lázaro Cárdenas, decide desviar el navío al puerto de Tampico.
La decisión de Prieto ocasionaría una ruptura política con Juan Negrín. El tesoro fue transportado de Tampico a la Ciudad de México en tren y no se conoce, a ciencia cierta, qué fue lo que ocurrió con él.
El misterio del tesoro español
De acuerdo al autor Pablo Ferri, en un artículo para “El País”, el tesoro republicano, valuado en siete millones de dólares de la época, estaba conformado por oro, joyas preciosas, obras de arte, objetos arqueológicos, artículos religiosos e incluso una edición en hojas de corcho de “El Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes Saavedra.
La versión oficial indica que, una vez en la Ciudad de México, el motín, custodiado por Indalecio Prieto, fue llevado al barrio de San Ángel, para después ser reubicado a la Avenida Baja California, donde fue sepultado en el sótano. En diciembre de 1939, el tesoro fue desenterrado, fundido, vendido y repartido entre los españoles.
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No existiría motivo alguno para dudar de la historia oficial, de no ser porque, de 1940 a 2010, se han encontrado vestigios de joyas en el Nevado de Toluca, con la inscripción: “Monte Pío de Madrid”.
En 1941, el periódico “El Universal” señalaba el hallazgo de piezas de ámbar y nácar, además de hojalata en el estratovolcán mexicano. Por su parte, el doctor Guzmán Peredo, en su libro “Buceo en el techo del mundo”, da testimonio de que, durante los años 60, el buzo Raúl Echeverría encontró cajas de estaño en la Laguna del Sol, en el Nevado.
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La interrogante es: ¿cómo terminó parte de la fortuna de la Segunda República Española en los semicráteres del Nevado de Toluca? No lo sabemos. También ignoramos por qué, en 1939, José Puche Álvarez no llegó a tiempo, a Veracruz, para recibir los bienes importados de su patria.
De lo que tenemos constancia es que durante 1939, un tesoro español desembarca “por accidente” en Tampico, proveniente de Veracruz, puerto al cual estaba destinado.