Durante la mañana del viernes 09 de noviembre de 1984, en una ceiba en los límites de Ciudad Madero y Altamira, en Playa Miramar, se encontró el cuerpo de un hombre de aproximadamente 35 años, la escena indicaba que se trataba de un suicidio. La investigación sobre el caso dio paso a una historia que sacudió la zona conurbada de Tampico.
Cuando los agentes del Ministerio Público arribaron a la costa del sur de Tamaulipas para dar parte de los hechos, descubrieron que a varios metros del occiso se encontraba el cuerpo de una mujer, quien, acorde a los reportes de la época, presentaba indicios claros de violencia física. Al continuar indagando, las autoridades concluyeron que faltaba un cadáver más por localizar.
Reconstruyendo la línea temporal de los eventos
La información aquí presentada fue extraída de los ejemplares de “El Sol de la Tarde” de los días viernes 09 de noviembre, sábado 10 de noviembre y jueves 29 de noviembre de 1984.
Hace casi 40 años, poco después de las siete de la mañana, Joel Lerin, agente investigador del Ministerio Público, fue notificado de la siguiente noticia: en Playa Miramar se localizó el cuerpo de un hombre. Se había ahorcado.
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A las nueve de la mañana, otro cadáver fue hallado en un canal cercano al lugar. Era una mujer de 25 años, sin identificar, quien tenía atadas piedras en el cuello y en los pies.
Tras conocer la identidad del finado, quien en vida respondía al nombre de Leonel L., la policía contactó a un amigo del mismo, referido como Rodolfo M. Este hombre declaró que horas antes, Leonel le había solicitado una pistola para, en sus palabras, “darse un tiro porque mató a dos mujeres”.
De regreso en Playa Miramar se determinó que cuatro personas, dos mujeres y dos hombres, acudieron a un motel de la zona a bordo de un mustang 68, color azul metálico. La unidad presentaba restos de sangre en el interior.
A partir de ese momento, la investigación policial tomó dos aristas. Por un lado, ubicar al otro hombre presuntamente implicado en los hechos. Además de encontrar el cadáver de la segunda mujer. Por lo cual se realizó una intensa búsqueda en la zona costera durante el sábado 10 de noviembre de 1984.
Las pesquisas no tuvieron suerte. Los restos mortales de la segunda víctima regresaron a tierra cuando el mar la expulsó. Al igual que la primera mujer localizada, este segundo cadáver presentaba fractura de cráneo por objeto contundente.
¿Cuál fue el móvil del delito?
Armando Hernández, juez de primera instancia del ramo penal en Ciudad Madero, al momento del crimen, informó que las víctimas eran María M. y Guadalupe C.
En el caso de María M. se trataba de una maestra oriunda de la ciudad de Tampico. Por la mañana impartía la materia de Ciencias Naturales en una secundaria federal; en la tarde era la responsable del grupo de cuarto año en una primaria pública.
Sin embargo, el móvil del crimen seguía sin esclarecerse. La otra persona implicada en el caso se trataba de Juan M., quien adujo ser menor de edad al momento del incidente.
El ejemplar de “El Sol de la Tarde” del jueves 29 de noviembre de 1984, indicaba que durante los interrogatorios Juan M. no mostraba arrepentimiento y su narración de los hechos, la cual se mantenía como confidencial, carecía de emoción.
¿Qué provoca un asesinato?
En el 2002, Jonathan H. Picus, neurólogo estadounidense, publicó el libro “Instintos básicos: Por qué matan los asesinos”. El material era el resultado de 30 años entrevistando tanto a convictos (as), como a miembros de la policía, abogados y jueces, entre ellos a Ted Bundy, asesino serial.
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Picus llegó a la conclusión de que una serie de factores combinados entre sí podrían dar pie a que una persona mate a otra:
- Maltrato y abuso durante la infancia
- Someterse a situaciones de alto estrés durante un tiempo prolongado
- Lesiones neurológicas que provocan pérdida del autocontrol
- Presencia de enfermedades mentales
- Sentimientos de soledad
- Abuso de sustancias nocivas
- Búsqueda de un sentimiento de poder
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Lo que ocurrió en la madrugada del viernes 09 de noviembre de 1984, hoy hace casi 40 años, solo cuatro personas lo supieron, tres de las cuales murieron al poco tiempo del crimen que sacudió la zona conurbada de Tampico.
Con información de Valentina Vázquez Rincón
