De 1910 a 1925, en medio de la Revolución Mexicana y sus años posteriores, el puerto de Tampico experimentó un poderío económico como resultado del auge petrolero. Sin embargo, las riquezas y el progreso también estuvieron acompañados de fuertes demandas laborales. Esta es la historia.
Contexto social de Tampico
Acorde al artículo “Identidad comunitaria y transformación social: estibadores y petroleros de Tampico (1900 - 1925)”, del historiador Lief Adleson, publicado en la Revista de la Dirección de Estudios Históricos, podemos conocer una perspectiva académica de los conflictos, oportunidades y retos sucedidos en el puerto a causa de la industria petrolera.
A dos años de su fundación, en 1825, el alza del tráfico marítimo en Tampico tuvo dos consecuencias. Primero, sucedió una expansión comercial. Segundo, hubo un fuerte incremento poblacional.
Para 1877, la ciudad era el segundo puerto más importante del país, posición que perduró por largo tiempo. De 1885 a 1894, a sus costas llegaban anualmente un aproximado de 328 barcos.
Durante las primeras décadas del siglo XX, un descubrimiento colocó a Tampico en una posición de ventaja: había petróleo en sus tierras. La región estaba “inundada” de “oro negro” y pronto diversas compañías extranjeras comenzaron a interesarse por la ciudad, invirtiendo en ella.
La posición geográfica del puerto jugó a su favor durante el periodo comprendido de 1910 a 1917. Su ubicación al nordeste de la República mantuvo al Puerto alejado de muchos de los disturbios provocados por la Revolución Mexicana. También, su acceso al mar, le concedió ventajas para la exportación de petróleo e importación de maquinaria de refinación.
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Tampico: el sueño de muchos
La reputación de Tampico como lugar de prosperidad financiera comenzó a extenderse a lo largo del territorio nacional. En 1910, vivían en el territorio cerca de 17 mil 37 personas; para 1921, esa cantidad aumentó a 150 mil habitantes, la mayoría proveniente de los estados de San Luis Potosí, Aguascalientes, Jalisco y Michoacán.
El incremento en el número de residentes ocasionó problemas sociales como sanidad pública por brotes de paludismo (malaria), insuficiencia de víveres, inflación y costos de alquiler desmedidos. Todo lo cual intensificó los problemas obrero-patronales entre los ciudadanos y los dueños de la industria petrolera.
Dichos factores se agravaron con el cambio de autoridades en la ciudad. Cerca de 1911, los líderes revolucionario tomaron el control del gobierno, desplazando a los anteriores mandatarios, siendo rebasados por los conflictos existentes.
Sin embargo, en las mismas fechas, también se acrecentaron las ofertas de entretenimiento en la ciudad, propiciando la apertura de múltiples negocios como cines, salones de baile, cantinas y cabarets.
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No todo era oro negro en Tampico
La principal industria petrolera en la zona era la “Compañía Mexicana de Petróleo El Águila”. Acorde al historiador Liaf Adleson, la empresa solía incurrir en malas prácticas, como contratar a trabajadores para labores específicas por medio de “cuadrillas”. En muchas ocasiones, dichas “cuadrillas” se desintegraban al final del día.
Tales hábitos industriales tuvieron repercusiones adversas a nivel psicológico en los empleados, como nulo sentido de identificación con la compañía. Además de provocar una fuerte incertidumbre financiera en la población, puesto que las familias carecían de la seguridad de un ingreso fijo a largo plazo.
Los trabajadores protestan
En 1924, en Tampico, se desata una huelga en la industria petrolera sin precedentes en el país. Los trabajadores exigían la creación de un contrato colectivo y el reconocimiento de sus derechos sindicales: seguridad y estabilidad. La Compañía “El Águila”, después de una serie de negociaciones, aceptó la mayoría de las demandas.
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En ese momento, Tampico estableció un paradigma en la región: la lucha fructífera por los derechos de los trabajadores. Los empleados de la “Huasteca Petroleum Company”, en Mata Redonda, Veracruz, motivados por el éxito sindical en el puerto jaibo, intentaron hacer lo mismo. El resultado fue una masacre, los huelguistas fueron abatidos a balazos.
En conclusión, el auge petrolero en Tampico, de 1900 a 1925, estuvo acompañado tanto de un sólido poderío económico como de la búsqueda por el cumplimiento de las demandas laborales de los trabajadores. Ambas característica son clave para entender el desarrollo industrial de la ciudad.