El paiche es un pez de una longitud cercana a los tres metros y un peso aproximado de 250 kilos. Se considera una especie depredadora y territorial, la cual lleva años “invadiendo” el río Amazonas, modificando la estabilidad del ecosistema. Sin embargo, en la actualidad, también se convirtió en un producto alimenticio de alta demanda en Bolivia.
De acuerdo a la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre (WCS por sus siglas originales), en 1970, el paiche, también denominado pirarucú, estuvo virtualmente extinto en términos comerciales. No obstante, hoy en día, se considera una amenaza para las especies nativas del Amazonas, el río más largo del mundo al cruzar 9 países de América del sur.
¿Cómo llegó el paiche al Amazonas?
El artículo de Bob Howard para CNN “El pez invasor de 200 kilos … [...]” explica qué nadie sabe cómo el paiche (Arapaima gigas), oriundo de Perú, llegó a la cuenca del Amazonas, pero el hecho es que está presente desde hace varios años en Bolivia.
La cuenca del río Amazonas nace en Perú y desemboca en Brasil, atravesando las naciones de Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Guayana Francesa y Surinam.
¿Su presencia implica un riesgo ambiental?
Federico Moreno, director del Centro de Investigación de Recursos Acuáticos de la Universidad Autónoma del Beni, explica para la BBC que la especie es considerada “territorial”, por tanto, una vez que se apodera de un cuerpo de agua dulce, desplaza a las especies que allí viven, modificando la cadena alimenticia.
Por su parte, Fernando Carvajal, de profesión biólogo, sostiene que la presencia de especies invasoras es una de las causas principales de la pérdida de biodiversidad en el ambiente.
¿De riesgo ambiental a oportunidad comercial?
Edson Suzano, director de operaciones de una procesadora de pescados, especializada en paiche, en Bolivia, comenta para la CNN que la producción mensual de esta especie alcanza los 30 mil kilogramos.
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Los expertos indican que la mejor manera de controlar la sobrepoblación de paiche es la pesca continúa de ejemplares. De lo contrario, se especula que, al ser una especie invasora, podría adentrarse cada vez más a las cuencas donde corre el agua dulce del río Amazonas y quizás convertirse en un riesgo ambiental para América del sur.