¿Hace cuanto no ves una luciérnaga en la zona?, seguramente coincidirás con muchos de los residentes de Tampico, Ciudad Madero y Altamira quienes aseguran que desde hace varios años estos insectos luminosos están casi extintos.
En la memoria de muchos residentes de esta región están esas tardes de verano y otoño en que pequeñas lucecitas se encendían sobre el zacate, las hierbas o en las zonas cercanas a las lagunas. Una escena que a muchos genera nostalgia.
Se trataba de luciérnagas, que en la zona norte de Veracruz también se les denomina cocuyos, cucui o piniles, que fueron motivo de muchos momentos de juegos de quienes las seguían tratando de atraparlas.
“Era común verlos en las tardes, mis hermanas y yo jugábamos con ellas, las atrapábamos y luego las liberábamos” refirió Edith Hernández, quien residió en la zona norte de Veracruz y actualmente en el municipio de Tampico.
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Actualmente, y solo en algunas ocasiones, se pueden ver estos animalitos en la zona de las Dunas, rumbo a playa Miramar; en las márgenes de algunas lagunas; así como en la zona ejidal de la región.
Les afecta la contaminación lumínica
Uno de los factores que ha afectado a esta especie es la contaminación lumínica, que se ha intensificado con el crecimiento urbano de la región.
“Cada vez hay más luz en la zona, tanto por la actividad humana como la industrial, por lo que estos insectos optan por migrar a otros sitios más oscuros y tranquilos” dijo el biólogo Roberto Guardiola.
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Algunas especies en la edad adulta se alimentan de néctar o polen, por lo que debido a la sequía que afecta desde hace varios años la región este proceso natural se ha reducido.
En Tlaxcala existe el santuario de las luciérnagas, un bosque de coníferas que albergan a miles de estos bichos de luz y cuya entrada de avistamiento ronda los 350 pesos.
¿Qué son las luciérnagas?
Son escarabajos noctámbulos de la familia de los lampírides, la mayoría son alados lo que las distingue de los gusanos de luz.
Hay más de dos mil especies distintas y tienen mayor actividad en las tardes de verano, les encanta la humedad.
Su brillo, por lo general intermitente, viene de la bioluminiscencia generada por órganos lumínicos situados bajo el abdomen, cuando absorben oxígeno se mezcla con las células luciferinas y reacciona produciendo luz y una mínima porción de calor.
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Este tintineo es usado también para cortejo explica el experto que “los machos parpadean al estar sobre vegetación corta o mientras vuelan bajo, para atraer a las hembras".
Es también un mecanismo de defensa, ya que incluso en estado de larva son luminiscentes.
Junto a los garaballos, chicharras y grillos, las luciernagas, piniles o cucui prácticamente se han extinguido en la zona donde sin duda representan un bello recuerdo de la infancia de muchos residentes de esta zona huasteca.
