Durante el siglo XIX, en la Laguna Ojo de Liebre, ubicada en las costas del Pacífico mexicano, se llevó a cabo una caza intensiva de ballenas grises, hasta el punto del colapso ambiental. En el siglo XXI, el proyecto Los Juegos del Leviatán acudió al cuerpo de agua a leer poesía a los cetáceos. La pregunta es: ¿a las ballenas les interesó la lírica humana?
Hábitat de ballenas grises y de otras especies marinas, la Laguna Ojo de Liebre se localiza en la Península de Baja California. En la actualidad, es considerada patrimonio de la humanidad por la Unesco. De 2017 a 2021, un grupo de artistas acudieron a la reserva para recitar poemas a los cetáceos. La lógica detrás de la iniciativa era sencilla: “en lugar de cazar, leer”.
➡️ También te puede interesar: ¡OMG! Ballena salta fuera del mar y cae sobre lancha de turistas [Video]
Interacción entre especies
Del 2017 al 2021, la tripulación de Los Juegos del Leviatán se adentró en la Laguna Ojo de Liebre. El medio de transporte eran barcos de pesca simple, equipo fotográfico y de video, además de obras literarias. Llegado el momento, el equipo detenía la embarcación y comenzaba a leer.
Durante los cinco años de investigación se documentaron casos de ballenas grises que permanecieron alrededor de la embarcación durante cerca de 30 minutos. Si bien es usual que esta especie interactúe con los humanos, no es tan común que permanezcan tanto tiempo a su lado. No obstante, en otras de las expediciones, los cetáceos ignoraron al grupo.
“Entonces, ¿a las ballenas les gusta la poesía o no?” Le preguntó al capitán de Los Juegos del Leviatán, Fernando Martín Velazco, en entrevista para EL SOL DE TAMPICO. A lo que él me contesta: “Es un poco más complicado que eso”.
La poesía: el lenguaje de los humanos
“¿Cuál es el papel de la poesía en términos ecosistémicos? Quizás es el lenguaje de los humanos, así como el canto de los pájaros o el alarido de los lobos”, plantea el entrevistado.
➡️ También te puede interesar: ¿El megalodón era mexicano? Encontraron 211 dientes que nos dejaron teorías
“Los juegos del Leviatán es una práctica cultural de interacción entre especies, para conocer más acerca del comportamiento animal y humano. Es, ante todo, un proyecto de investigación artística, el cual cuenta con un respaldo científico, para buscar un diálogo entre ambas disciplinas”, explica Martín Velazco.
“El arte ha tendido a replicar los mismos procesos creativos, en espacios seguros, en condiciones controladas.
Sin embargo, cuando apuestas por procesos de experimentación, por prácticas de expedición, como entrar en contacto con ballenas, no controlas lo qué ocurre, la otredad te interpela”, sostiene el entrevistado.
“Ser interpelado por la otredad”, como indica Velazco, en términos filosóficos conlleva preguntarte quién y qué es lo otro, es decir, además de tu propia existencia: ¿Qué sucede en el mundo? ¿Qué les ocurre a los demás? ¿Qué pasa con el medio ambiente?
“Salir al campo es producir archivo de investigación vivo, porque siempre puedes regresar al lugar. A lo largo de cinco años tuvimos diversas expediciones, siempre de una forma no invasiva, nuestro objetivo era relacionarnos con los cetáceos de manera responsable y con respeto”, aclara el entrevistado.
➡️ También te puede interesar: Sin miedo: turistas nadan con enormes tiburones ballena en BCS
¿Qué es lo que sabemos de las ballenas grises?
De acuerdo a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la “Eschrichtius robustus”, mejor conocida como ballena gris, en etapa adulta, llega a pesar cerca de 30 mil kilos y medir entre 11 a 15 metros de largo.
Todos los años estas imponentes criaturas recorren una distancia de 9 mil kilómetros desde Alaska hasta las costas mexicanas de la Península de Baja California. Lugar donde se reproducen por un período de cuatro meses, de diciembre a abril.
Durante el siglo XIX y parte del siglo XX, las ballenas fueron cazadas y abatidas. El libro “Moby Dick” del autor Herman Melville da cuenta a detalle de cómo se ejecutaba esta matanza y cómo cada parte de la ballena era usada para fines comerciales y alimenticios.
A lo largo de todo el mundo, el aceite de estos enormes animales era empleado como combustible de lámparas, además de ser ingrediente clave en la fabricación de jabones y velas.
¿Qué no sabemos de los cetáceos?
De acuerdo al libro “La cultura de las ballenas y los delfines”, escrito por Hal Whitehead y Luke Rendell existe evidencia para señalar la existencia de cultura en el mundo de las ballenas.
El término “cultura” se entiende como un conjunto de conocimientos, habilidades y costumbres aprendidas, compartidas y transmitidas a lo largo del tiempo entre miembros de una población.
La melodía que entonan las ballenas cambia año con año, cantan con fines de apareamiento en una especie de seducción. De igual manera, se han encontrado cementerios, se les ha observado seguir ritos funerarios y mostrar malestar ante la pérdida.
¿Las ballenas tienen cultura?
“Entonces, ¿a las ballenas les gustó la poesía?”, preguntó otra vez a Martín Velazco: “De lo que tenemos registro es de que varias ballenas escucharon sesiones de poesía. Eso sí pasó. Hubo un espacio de convivencia temporal entre especies a través del arte”.
Las piezas que se elegían para leer eran de larga extensión, para prolongar la cadencia, dar oportunidad a que el sonido bajara y los cetáceos pudieran reaccionar ante la acústica de la lírica.
➡️ También te puede interesar: [Video] Ballena se traga a un buzo, luego lo escupe y se salva milagrosamente
Recibe las noticias de El Sol de Tampico directo en tu WhatsApp, suscríbete aquí
El proyecto Los Juegos de Leviatán durante cinco años combinó literatura, fotografía, música y baile, ofreciendo performances artísticos en las costas del Pacífico. Para cerrar la entrevista con Fernando Martín Velazco, insisto, “desde tu experiencia leyendo poesía a las ballenas, ¿a ellas les gustó?” Sonríe y contesta: “Es como a los humanos; a algunas sí; a otras no”.