Entre la vasta riqueza de especies con las que cuenta nuestro país, se puede mencionar una diversidad de mamíferos marinos como delfines, ballenas y manatíes, ejemplares que abundan en el Golfo de México. Pero, ¿habías escuchado sobre la presencia de focas en Tampico?
Y aunque están más relacionadas con aguas polares, las focas también formaron parte de los animales que podían verse en las costas del golfo mexicano. Según consignan crónicas antiguas, es muy probable que en Tampico habitarán estos ejemplares acuáticos.
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Un testimonio sobre los “peces anfibio” de Tampico
Desde el siglo XVI, en las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, o Francisco López de Gomara, se registran relatos de testigos que afirman haber visto focas en las aguas del Golfo de México. Pero un testimonio de la segunda mitad del siglo XIX resulta esclarecedor.
En marzo de 1863, Concepción Lombardo llega a Tampico acompañada de sus hijos. Vienen de La Habana, Cuba, con la intención de dirigirse a la Ciudad de México, donde los alcanzará su esposo, el general Miguel Miramón, quien se ha refugiado en Brownsville, Texas, tras su derrota frente a las fuerzas liberales de Benito Juárez.
Según relata en su diario, el barco toca fondo a una larga distancia del puerto, por lo que se ve en la necesidad de tomar una lancha. Un fuerte viento los atrapa mientras atraviesan la barra de Tampico, el cual hace dar de tumbos a la pequeña embarcación: "parecía que el mar nos iba a tragar".
Pero las rachas de viento no serían lo único que causaba terror a la esposa del militar. Concepción Lombardo se da cuenta que, dentro del agua, los sigue muy de cerca un grupo de animales acuáticos: "unos peces anfibios de la familia de las focas, que rodeaban nuestra barca, dando fuerte golpes en ella con sus aletas”.
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Ella los describe así: “Estos animales marinos eran poco más o menos de un metro de tamaño, sus cabezas se asemejaban a las de los perros, sus ojos, vivísimos y su piel negra y brillante como el raso”.
Respecto a esta impresión y sobre los “peces anfibios” que sorprendieron a Concepción Lombardo de Miramón, la historiadora María del Pilar Sánchez ha afirmado que no se trataba de nutrias, sino de focas, ya que en ese tiempo abundaban estos animales, también llamados lobos marinos, en la desembocadura del río Pánuco y más dentro.
"De ahí el nombre de la Isla de Lobos, situada al noreste del puerto de Tuxpan, Veracruz; mientras que las nutrias o perros de agua, en las lagunas de Tampico de ahí el nombre teenek [...]”, indica en su libro "Dos viajeras a Tampico" (2007).
Focas de aguas tropicales, una especie que "desconcertó" a los viajeros
De acuerdo a un artículo publicado en 2022 por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, es muy probable que el ejemplar marino que desconcertó a tantos viajeros sería la foca monje del Caribe, un habitante de las aguas de Veracruz.
Mario Luna Pérez, uno de los autores del artículo, señala que en México, hasta principios del siglo XX, habitaban cinco especies de pinnípedos, animales cuyas patas se caracterizan por tener membranas entre los dedos, lo cual les permite nadar. Una de estas especies era la foca monje del Caribe (Neomonachus tropicalis).
La distribución de la foca monje, explica el investigador, comprendía el Golfo de México y el mar Caribe. Según lo que han encontrado es que eran numerosas, y calculan una población de centenas de miles de animales.
“Sin embargo, desde que los marineros europeos la encontraron, a finales del siglo XV, la cazaron para alimento y varios años después empezaría a explotarse comercialmente durante siglos”, indica Pérez Luna.
La industrialización provocó que la piel, carne y grasa de los mamíferos marinos tuvieran mucha demanda en siglos pasados, por lo que fueron diezmadas a tal grado que muchos de ellos quedaron al borde de la extinción.
¿Qué sucedió con esta especie?
El biólogo Bernardo Villa afirma que a partir de la década de 1950, se redujo considerablemente la presencia de la foca monje. Para los años setenta, se cuentan con algunos relatos de pescadores que afirman haberla visto en las costas de Jamaica.
En México, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) indica que desde la década de 1930 se declaró a esta especie extinta en el Mar Caribe y Golfo de México.
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Aunque se sabe que los pinnípedos son carnívoros y se alimentan de peces e invertebrados, no se conoce mucho más sobre la foca monje del Caribe que llegó a asolearse en aguas tropicales, como las de Tampico.
“Por desgracia, sus costumbres, ecología, evolución, genética y todos los aspectos relacionados con esta especie ya nunca podrán ser comprendidos”, dice Luna Pérez. Esta es la historia de las focas en el Golfo de México y muy posiblemente en Tampico, ¿la habías escuchado?