Hasta hace unos años llegar en avión a Tampico, además de observarse una basta reserva de agua, denotaba el verdor en sus zonas urbanas, hoy cada vez hay más planchas de concreto y menos arboles, lo que ha generado aumento de la temperatura y cada vez menos lluvias.
Esta falta de reforestación y el incremento de las islas de calor por la urbanización agudiza las afectaciones del cambio climático; problemática que de no corregirse provocará sequías más agudas que la vivida en los ocho años anteriores y que este 2024 por las lluvias de Alberto y Chris se ha logrado superar.
Autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), mencionan que desde un árbol hasta un bosque urbano ayudan a la regulación del clima, contribuyen a disipar el calor de la atmósfera a través de la transpiración, reducen el impacto del viento y proporcionan sombra a superficies urbanas.
El catedrático de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), Marco Arturo Varela Tovar, dio a conocer que la expansión de las grandes ciudades y la modificación de los distintos usos de suelo han presentado un incremento en la sensación térmica que perciben las personas.
“Es decir, en las cuadras circundantes a donde cada uno de nosotros vivimos o trabajamos quizás hemos percibido que la sensación de calor es agobiante, esto se debe a condiciones otorgadas por el tipo de construcción, los materiales y las características de los pavimentos, inclusive elementos urbanos cotidianos”, indicó.
La sensación térmica en la región será cada vez mayor
Para contrarrestar estos efectos, se requiere de un balance estratégico entre la superficie en donde se contemple la vegetación, como son las especies arbóreas que cuentan como características principales, el alcanzar una cierta altura para dar sombra y que sus raíces no sean tan profundas que dañen las estructuras y pavimentos.
“Una superficie con vegetación va a ayudar a que sea menos impactante el efecto de las temperaturas por la gran cantidad de islas de calor y obviamente no hay que perder de vista los materiales de los elementos de construcción que deben ser más amigables al medio ambiente”, señaló.
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El profesionista con más de 20 años de experiencia y expresidente del Colegio de Arquitectos, dijo que no se deben descuidar las construcciones verticales que se han popularizado, en donde en los acabados se debe involucrar la vegetación y especies arbóreas, las cuales con un mantenimiento adecuado se evitará el daño a la estructura y permitirá reducir las altas temperaturas.
De seguir con la tendencia de menos árboles, la sensación térmica en la región será cada vez mayor, la que actualmente, dependiendo de las condiciones de humedad y viento, puede tener hasta cinco grados por encima de lo que marca el termómetro.
Zonas arbóreas y sus beneficios
El coordinador de la carrera de Arquitectura de la FADU, Jorge Antonio Medina García, coincidió con Varela Tovar sobre el incremento de las islas de calor, esto debido a que los propietarios de comercios o espacios comerciales buscan aumentar la plusvalía ofreciendo espacios más urbanizados.
Sin embargo, no se debe dejar pasar que los árboles retienen el agua durante la época de lluvias. Es decir, reducen el volumen y la velocidad del líquido que cae y corre por el suelo durante una tormenta, lo que evita daños por inundaciones, sin olvidar que las raíces permiten la filtración hacia el subsuelo previniendo la acumulación en las calles y cargando los mantos subterráneos.
“Las áreas arbóreas y de otro tipo de vegetación crean un ambiente placentero al permitir disfrutar de las zonas de recreación, ambientes agradables para el trabajo, descanso y vivienda, por lo que la presencia de árboles va más allá de lo estético y atractivo al paisaje urbano”, afirmó.
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Esto ha obligado a los investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) a buscar estrategias para desarrollar proyectos de construcción amigables al medio ambiente.
“Nosotros como arquitectos debemos tratar de encauzar a los alumnos de la facultad más que nada para involucrar árboles y arbustos, los cuales permitirán obtener esa frescura sin descuidar la calidad de los materiales, lo cual garantizará su durabilidad”, precisó.
Uno de los retos que enfrentan los nuevos arquitectos es inculcar en los propietarios de comercios o zonas residenciales sobre la necesidad de contrarrestar las afectaciones de las islas de calor a través de reforestación que busca generar lluvias y por ende captación de agua.
“Por norma de construcción un porcentaje del proyecto debe contar con vegetación, ya que de esta manera se estará garantizando un mayor amortiguamiento como frescura además de la reducción del calentamiento global”, concluyó.
Árboles ¿disminuyen el estrés?
El docente e investigador de la FADU, Jose Ignacio Anchondo Pérez, expresó que por raro que parezca, la existencia de árboles y vegetación en la urbe, permite la disminución del estrés en las personas y, por tanto, una mejor salud física.
Es por ello que dentro de las investigaciones que se realizan en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, se muestra cómo en entornos laborales en donde hay plantas y árboles la gente tiene mayor satisfacción del trabajo y sensación permanente de bienestar físico y emocional.
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“El mantener un jardín en la época de los luises en Francia era significado de la opulencia, por lo que en la actualidad debemos retomar esta práctica, más al momento de los proyectos de construcción ya que esto evita la fatiga con entornos más verdes que reduzcan las altas temperaturas causadas por las islas de calor”, explicó.
Desde las aulas de la máxima casa de estudios de Tamaulipas se instruye a los nuevos profesionistas a buscar el desarrollo de proyectos amigables con el medio ambiente en beneficio de la población.
En México cada segundo jueves de julio se celebra el Día del Árbol, un buen momento para reflexionar sobre el cambio climático y la necesidad de plantar, cuidar y ver desarrollar los árboles que nos darán sombra, aire, agua y una vida de más paz, no sólo en Tampico, sino en todo el mundo.