Entre abril y junio de este año, Tampico y gran parte de Tamaulipas enfrentaron una crisis hídrica sin precedentes, con el 60% del territorio en sequía extrema. Imágenes dramáticas, como el secamiento de la Laguna del Champayán, revelaron la magnitud del problema. Ahora, en otra región del mundo, se presenta una situación similar.
El estado de Amazonas, en Brasil, atraviesa una de las peores sequías registradas, lo que ha provocado la formación de bancos de arena en el río Solimões, uno de los principales afluentes de la región.
La selva del Amazonas se queda sin ríos
De acuerdo con Greenpeace Brasil, la selva amazónica ha sido duramente golpeada por el estrés hídrico, que ha generado incendios forestales y ha dejado aisladas a las comunidades ribereñas, ya que los ríos no son lo suficientemente profundos para el paso de embarcaciones.
La sequía ha reducido el nivel del río Solimões a mínimos históricos, dejando al descubierto su lecho cerca de la ciudad de Manacapuru, donde el río se une al Negro para formar la Amazonia.
En consecuencia, ha dificultado el transporte de productos locales como pescado, plátanos y mandioca, además de interrumpir los medios para traer artículos básicos como alimentos y agua del exterior.
“Son las personas que viven fuera de las ciudades de la Amazonia las que están pagando el precio más alto por este evento climático extremo causado por las industrias del petróleo y el gas en todo el mundo”, ha dicho el portavoz de Greenpeace Brasil, Romulo Batista.
La biodiversidad, en grave peligro
Además de afectar a la población, la biodiversidad de la región está en grave peligro. La sequía ha elevado la temperatura del agua en ríos y lagos, matando peces y delfines de agua dulce, especies que ya están en peligro de extinción.
Según Reuters, el miércoles pasado se registraron temperaturas de hasta 40 grados centígrados en el agua del río Solimões, lo que resultó letal para la fauna acuática.
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La organización ecologista Greenpeace ha expuesto que los daños medioambientales por los que pasa la Amazonia son resultado del cambio climático y el calentamiento global, producidos por el uso excesivo de combustibles fósiles en todo el mundo. Y es que el estado de Amazonas enfrenta una sequía histórica similar a la vivida en Tampico.