Fuerza, guía e incluso soledad es lo que evocan los faros; es común observar pinturas, fotografías de estas estructuras azotados por olas de tormenta; lo que muchos olvidan es que dentro siempre hay un ser humano pendiente de que la luz nunca se apague.
Diego Padilla Torres, quien cuida las costas de Tamaulipas desde el faro de La Pesca, en Soto la Marina, es un orgulloso farero con casi cuatro décadas de experiencia.
“La vida del farero es muy solitaria porque nosotros nos quedamos cuando otros se van”, compartió Don Diego desde su puesto en esta playa tamaulipeca.
Explicó que este primero de agosto cumplirá 13 años siendo el guardia de este faro, antes administrado hoy por la Secretaría de Marina (Semar), ese mismo día celebrará 37 años de servicio.
“Yo inicié en lo que son los faros en 1987, a lafecha son 36 años, estuve en el faro de Matamoros, allá pasé elhuracán Gilberto, estuvo muy fuerte, yo fui el que quedé aislado ahí”, recordó.
El farero no abandona
Explicó que al ser él que cuida la luz que ilumina el camino de los barcos en altamar, un farero no abandona jamás su puesto, por lo que en caso de la reciente tormenta Alberto, mientras que los palaperos y prestadores de servicio tuvieron que irse, él se quedó acompañado por su esposa.
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En esa ocasión, solo alcanzó a resguardar algo de ropa y víveres en las escaleras de este faro, aunque el fenómeno azotó este sitio.
“No podemos abandonar el faro hasta que nos indiquen, porque es un servicio de navegación, cualquier barco que necesite llegar a puerto y no puede, pues el faro es la guía para que entren al puerto”, detalló.
“Es un camino, es por decir, es su luz, es su camino para llegar, les apagas el faro y les quita el camino, no sabe para dónde irse”, agregó.
El hombre que se encuentra próximo a jubilarse, dijo estar totalmente pleno con este trabajo.
“Me siento orgulloso de permanecer al servicio de la gente, del marino. La luz para ellos, los que navegan, era algo importantísimo y sigue siéndolo”, expresó.
¿Cómo es un faro?
Pocas personas han tenido la oportunidad de conocer cómo son los faros por dentro y aunque los hay de distintos tipos, el de Don Diego tiene una altura superior a los 10 metros, para llegar al foco, hay que subir casi en círculos 87 peldaños de concreto.
Una vez que se ha concluido la interminable escalera de caracol, es necesario enfrentar una escalera de metal y posteriormente salir, casi a cuclillas, hacia el mirador.
En este punto, en esta vista de 360 grados es donde se entiende que toda peripecia y esfuerzo físico ha valido la pena, porque se tiene frente sí al imponente mar.
“Anteriormente no había GPS, no había lo que es satelital como hoy, la luz del faro era lo único que lo hacía saber que había tierra ahora pues ya las nuevas tecnologías, pues está quedando el faro un poquito con menos necesidad, pero realmente el faro siempre ha sido útil”.
Aunque el faro de La Pesca ya es moderno, Diego dijo que llegó a trabajar con equipos que funcionaban con máquinas de diésel.
“No había sistema que nos llegara la energía eléctrica, entonces se funcionaban con energía de planta motor, generadora y ahí estábamos todas las noches constantemente prendiéndolo. Siempre teníamos dos cuidando la planta para que el faro nunca se apagara”, detalló.
Explicó que ahora el faro que cuida cuenta con paneles solares, no obstante, siguen requiriendo de un cuidador.
“Se apaga el foco, se funde, hay que reemplazarlo por otro nuevo y cualquier falla hay que comunicarle a los técnicos que vengan a arreglarla para otro sistema”, apuntó.
¿Por qué los faros flashean?
El experto reveló que los faros además de ofrecer la guía en medio de la noche a la navegación marítima también transmiten un mensaje.
“El faro gira porque es una clave morse que tiene para los barcos. No todos los faros tienen el mismo giro, la luz a lo lejos se ve parpadear. Todos los faros tienen diferente flasheo, que es una clave”, planteó .
“Tú vas allá dentro del mar y no sabes de dónde andas, y agarras el reloj y ves y checas el primer flasheo y cuentas y dio 16 destellos, Tampico da 15destellos”, destacó.
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Reconoció que ha habido momentos en que el faro se ha apagado por alguna falla técnica, para estos casos se cuenta con una luz destellante de emergencia.
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“-La luz nunca seacaba- Siempre va a haber una inclemencia del tiempo y siempre va a haber la luz”, finalizó Don Diego, que en sus 37 años de experiencia nunca le han dado la orden de abandonar el faro.