José Ingenieros en su obra “El hombre mediocre” señala que si tus sienes se hielan de emoción al declarar una estrofa de Musset, o al recordar la magna gesta de los héroes, entonces llevas dentro de ti un idealista, y señala que no todos se extasían de la misma forma ante un crepúsculo o cimbran ante una tempestad y no todos gustan de reír con Molière o temblar con Shakespeare; para José Ingenieros, idealistas son los que sienten esa inquietud de perseguir la quimera del ideal y que siempre buscarán su entelequia; enfatizando que ese idealismo sólo se da y florece en la juventud, pues es la etapa de la vida donde se gestan o no los ideales...
Recién comentaba con un abogado colega mío, sobre la falta de la figura del ideal en la juventud actual, lo que vino a colación porque a punto estamos de rememorar el 2 de octubre el movimiento estudiantil de 1968, donde estudiantes de la UNAM luchaban por ideales que en su mente eran tan válidos y reales como lo eran las balas de los fusiles del Ejército que acabaron con sus vidas.
Uno de esos ideales era precisamente que se derogara del Código Penal el delito de disolución social, el cual era utilizado desde 1941 para reprimir cualquier muestra de descontento del pueblo, esto en aras de que no fuera afectado el orden social a través de las propagandas de ideas o normas de acción que pudiesen ocasionar la sedición asonada a motín y se pusiera en riesgo la integridad o funcionamiento de las instituciones legítimas por propagar el desacato a los deberes cívicos, y para lo cual la coacción era la aplicación irrestricta de la pena corporal hasta por 6 años; como es lógico, aunada a esta solicitud de los estudiantes se incorporaba, por iguales motivos, la liberación de todos los presos políticos, por lo que se podrá comprender que la norma jurídica en ese momento causaba encono entre los jóvenes mexicanos, toda vez que estamos hablando de la época más liberal de que se tiene memoria del siglo XX, donde la juventud mexicana buscaba expresarse influenciada por las corrientes de libertad existencialista que se daban en Europa y por ende, la transmisión de espíritu de lucha manifiesta ante la mordaza de pensamiento y acción era de esperarse que repercutiera en México, pues no se puede leer a Sartre y a Camus y permanecer indiferente.
Por ende, la juventud mexicana de 1968 era una juventud con ideales, independientemente de que éstos fueran correctos o no ante los ojos de la sociedad, eran ideales y merecían un respeto de parte de su gobierno, porque los jóvenes formaban una sola voz que merecía ser escuchada.
En la maquinaria social se precisa que todos los engranes y poleas funcionen sincronizadamente, pues la maquinaria es compleja y conlleva en sí misma varios pequeños mecanismos que conforman el organismo social, el cual para funcionar indudablemente deben de hacerlo todos y cada uno de ellos al unísono y cuando esto no sucede, cuando sólo uno de los pequeños mecanismos funciona y los demás no, la maquinaria en su totalidad es inútil pues su funcionamiento parcial no sirve para nada.
En aquella época, se buscaba imponer ese funcionamiento sincronizado por medio de la coacción, la imposición y la represión, no se buscaba un diálogo abierto y franco, sino una supresión total de cualquier síntoma de descontento, éramos una república democrática y, sin embargo, la democracia en ese tiempo tenía mordaza.
Cuando al pueblo se le suprime su libertad de pensamiento a tal punto que es delito externar lo que siente y lo que piensa, entonces se buscan los mecanismos de desfogue alternos que más acomodan a los gobiernos autoritarios, que es el pan y el circo, esto para evitar que las masas puedan pensar y decidir por sí mismas, por ello la televisión y el alcohol son anestesias probadas para el olvido, para mitigar en lo posible el estallido social evitando una revolución, propiciando el aislamiento y la sumisión de una sociedad huérfana cuya juventud ahora carece de ideales o cuyos ídolos son losyoutubers,preciso es motivar a los jóvenes a seguir sus ideales, pero para ello es necesario primero motivarlos a pensar y no sólo a seguir y a reaccionar.
El fastidio y el enojo no sustituirán jamás al análisis intelectual, por lo que el hombre que carece de ideales será solo un replicante más del sistema, un robot o un esclavo y permanecerá siempre en la trinchera regurgitando su encono, mas nunca emergerá ni entregará su vida en aras de promover un cambio si carece de un ideal o si su máximo líder de opinión es unyoutuber.