Tal vez dentro del campo profesional te des cuenta que existe mucha gente que se proyecta como la mejor en su área. Sin embargo, cuando revisas su trabajo piensas que posiblemente esta persona no es tan capaz y que solo tiene mucha confianza en sí misma. No es una percepción tuya, es algo real y la ciencia lo ha llamado efecto Dunning-Kruger.
A pesar de su nombre, no se trata de una enfermedad, es un sesgo cognitivo acuñado por los psicólogos David Dunning y Justin Kruger en 1999, en el que las personas se creen más inteligentes y capaces de lo que realmente son.
“Esencialmente, las personas con poca capacidad no poseen las habilidades necesarias para reconocer su propia incompetencia. La combinación de una escasa conciencia de sí mismos y una baja capacidad cognitiva les lleva a sobrevalorar sus propias capacidades”, ha escrito la psicóloga Kendra Cherry.
Según los estudios de Dunning, los mismos conocimientos y habilidades necesarios para ser bueno en una tarea son exactamente las mismas cualidades que una persona necesita para reconocer que no se es bueno. Por lo tanto, si una persona carece de esas habilidades, no solo sigue siendo mala en esa tarea, sino que ignora su propia incapacidad.
Cherry afirma que otro factor que contribuye a este sesgo es que, a veces, un pequeño conocimiento sobre un tema puede llevar a la gente a creer erróneamente que sabe todo lo que hay que saber sobre el tópico. “Como dice el viejo refrán, un poco de conocimiento puede ser algo peligroso”, señala.
NO HAY QUE DAR POR HECHO QUE LO SABEMOS TODO
Pero, ojo, todos podemos vernos envueltos en este efecto. Esto se debe a que, por muy informados o experimentados que estemos, todo el mundo tiene áreas en las que no está informado y es incompetente. Dice Kendra Cherry: “Puedes ser inteligente y hábil en muchas áreas, pero nadie es experto en todo”.
“Un científico brillante, por ejemplo, puede ser un escritor muy malo. Para que el científico reconozca su propia falta de habilidad, necesita tener un buen conocimiento de cosas como la gramática y la composición. Al no tenerlos, el científico de este ejemplo también carece de la capacidad de reconocer su propio mal rendimiento”.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
¿Cómo podemos evitar caer en el sesgo? Para la experta lo mejor es nunca dar por hecho que sabemos todo lo que hay que conocer sobre un tema. “Una vez que se adquiere un mayor conocimiento de un tema, es más probable que reconozcas lo mucho que queda por aprender. Esto puede combatir la tendencia a asumir que se es experto, aunque no lo seas”.