Ahí tras la “lomita” sideral, a 300 años luz se ubica un cuerpo celeste que como en las películas de ciencia ficción, pudiera ser una alternativa para los habitantes de la Tierra en momento dado.
De acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos (NASA) se trata del exoplaneta Kepler-1649 que conforme a los estudios que se han realizado, reúne ciertas características vitales.
¿PORQUÉ LLAMA LA ATENCIÓN?
Formalizadas las presentaciones, es bueno saber que Kepler-1649 es muy parecido a la Tierra en tamaño y temperatura además de que sospecha por ahora, que pudiera contener agua líquida, lo cual sería clave.
Además de ello, el vecino recibe un 75% de luz solar en comparación con la Tierra por lo que su temperatura podría ser muy parecida a la de nuestro planeta.
Según los estudios, el citado exoplaneta está a una distancia de casi 300 años luz de la Tierra que hasta ahora es el único conocido que alberga vida.
UN AÑO EN EL EXOPLANETA
Conforme a los especialistas, un año exoplaneta Kepler-1649c tiene una duración de solo 19.5 días terrestres debido a que tiene órbita una pequeña estrella enana roja de menor tamaño con relación a nuestro sol.
A la par, Kepler-1649c está acompañado de otro planeta rocoso de tamaño similar que órbita a la mitad de la distancia del propio exoplaneta.
Pese a ofrecer detalles favorables para el desarrollo de la vida cómo sería la temperatura y la posible presencia de agua líquida, el vecino tienen algunos inconvenientes.
Entre ellos está la propia estrella enana roja que es conocida por los brotes estelares lo que puede ser un desafío para cualquier ser vivo en Kepler-1649c, de acuerdo con los especialistas.
Asimismo, otro dato es que todavía se desconocen muchas cosas sobre el exoplaneta incluida su atmósfera la cual podría afectar a la temperatura del planeta.
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KEPLER-1649C IMPULSA EL ENTUSIASMO DE CIENTÍFICOS
El descubrimiento de Kepler-1649c ha impulsado el entusiasmo de los científicos que están en la búsqueda de mayor información sobre este vecino interestelar.
“Cuantos más datos obtenemos, más signos vemos que apuntan a la noción de que los exoplanetas potencialmente habitables y del tamaño de la Tierra son comunes alrededor de este tipo de estrellas”, explica Andrew Vanderburg investigador principal, en un comunicado.