En un pasado no muy distante, los niños jugaban con autitos, las niñas jugaban con muñecas y todos se divertían con el escondite o el pillarse, dos juegos que fueron señalados como los pasatiempos preferidos de infancia para 85 por ciento de los adultos nacidos de 1960 a 1980. Entre los niños nacidos a partir de 2010, en cambio, la gran diversión consiste en deslizar los deditos por la pantalla del celular o la tablet.
Con una habilidad que provoca envidia en los adultos, el 75 por ciento de esos niños dice que les gusta ver videos en Youtube. Son antiguas las advertencias de especialistas para el exceso de tiempo que el pequeño pasa delante de la TV. Las alertas continúan valiendo para tablets y celulares, y se convertirán más importantes todavía porque en esos artefactos el acceso es mucho más fácil y rápido, además de tener una variedad casi infinita.
Pero eso no es necesariamente malo para los pequeños. Internet, en general, y Youtube en especial, pueden ofrecer entretenimiento de primera, mientras que los padres acompañen y orienten las elecciones y limiten su uso a un tiempo razonable. A la hora de jugar, nadie puede ganarle a Youtube.
En la plataforma de videos más vista de Internet, la audiencia es medida por el número de veces que los clips son vistos. Otra atracción con audiencia garantizada son los youtubers, donde se destacan dos grupos: los mini-presentadores y los jóvenes que hablan a adolescentes. También tienen enorme éxito los videos de adultos y niños abriendo embalajes de juguetes y mostrando lo que hacen con ellos: el llamado unboxing (“sacar de la caja”).
En general, especialistas y educadores, que acompañan la relación entre comportamiento infantil y nuevas tecnologías no ven problema en la atracción por la plataforma de videos. Al contrario, muchos creen que ayuda al desarrollo. “Youtube pone al niño en contacto directo con sus intereses. Si quiere saber más sobre dinosaurios o cometas, existen tutoriales completos al alcance de un clic, con una infinita gama de informaciones. Se trata de una herramienta potente para estimular la curiosidad”, explica la psicóloga infantil Ceres Araújo.
“La información que era restricta a escuelas y bibliotecas está al alcance de todos, en un lenguaje nuevo”, añade el psicoanalista Pedro de Santi. Pero el riesgo de la exageración es confirmado por las investigaciones. La Academia Americana de Pediatría sugiere que los pequeños de 2 a 5 años no pasen más de una hora por día frente a la pantalla, viendo contenidos hechos para su edad.
La exageración del tiempo en Internet acarrea dos problemas serios para la madurez infantil. Uno de ellos es la disminución del contacto personal con otros niños. “Durante toda la historia de la humanidad, la evolución del cerebro se dio por medio de interacción social. Ese proceso sigue siendo fundamental, afirma el neurocientífico Fernando Louzada, de la Universidad Federal de Paraná.
La investigadora de la OMS Juana Willumsen apunta un segundo efecto colateral de peso: el sedentarismo. “Hoy, el 80 por ciento de los adolescentes no practica ni un mínimo de ejercicios”. Además, otro problema relacionado: cuando están frente a la pantalla, los niños comen sin prestar atención y, por eso, tiende a consumir comida de sobra. El resulta está a la vista y es preocupante: uno de cada seis niños en el mundo está pesando más de lo que debería o entra en la categoría de obeso.