El 14 de febrero está cerca y con ello las expectativas sobre cómo celebrar el Día del Amor y de la Amistad comienzan a crecer.
Sin embargo, en muchos casos, las parejas se encuentran en un momento de crisis donde las personas implicadas no saben si se aproxima el final o un nueva etapa en la relación. Esto se llama “desequilibrio del enamoramiento”, ¿quieres saber más?
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De acuerdo con Gary Chapman, autor de “Los cinco lenguajes del amor”, el “desequilibrio del enamoramiento” implica que “casi nunca dos personas se enamoran el mismo día, por tanto, casi nunca dejan de quererse el mismo día”.
Esto podría explicar porque mientras uno de los implicados en la relación desea continuar, otro no está tan seguro sobre cuáles son sus sentimientos.
La neurobiología y el desequilibrio del amor
De acuerdo a Helen Fisher, neuróloga, el amor tiene tres fases, cada una con sus características distintivas y su propio término de duración:
- Etapa de la lujuria o de la luna de miel (promedio de seis meses): incremento en los niveles de dopamina, oxitocina y endorfinas, lo cual provoca un aumento en los niveles de euforia. Aunado a lo anterior, la región de la amígdala y el córtex frontal modifican su funcionamiento, dando como resultado una evidente reducción en la capacidad de emitir juicios de valor fundados en la realidad.
- Periodo de atracción o amor romántico (suele durar de uno a tres años): se desarrolla un vínculo entre las partes sustentando todavía en la etapa de la luna de miel, pero con un mayor nivel de conocimiento sobre la personalidad de la pareja.
- Ciclo de las diferencias: esta fase puede ocurrir tanto después de la luna de miel, como después del periodo de amor romántico. Aquí comienzan las diferencias y los conflictos. La euforia de la relación comienza a decrecer y se originan múltiples discusiones, además de un posible distanciamiento.
Las consecuencias del desamor
Acorde a Fisher, cuando la sensación de “estar por las nubes” comienza a menguar y la relación llega a su fin, los implicados pueden experimentar una sensación de “abstinencia”.
Esto debido a que el cerebro, acostumbrado a altos picos de dopamina, oxitocina y endorfinas, necesita volver a acostumbrarse a su estado previo (antes del inicio del romance).
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La mente de cada persona es diferente, por tanto, aunque estén implicadas en la misma relación, cabe la posibilidad de que se encuentren en fases distintas del amor.
Es decir, mientras una de las partes está en la etapa de la luna de miel, otra se puede encontrar en el ciclo de las diferencias. Esta asincronía suele denominarse “desequilibrio del enamoramiento”.