Aunque los orígenes del coronavirus aún no están claros, los investigadores sospechan desde hace tiempo que el virus que causa el Covid-19 se originó en los murciélagos. Ahora, estudios afirman que el SARS-CoV-2 podría haber encontrado un huésped en otros animales en su camino para infectar a los humanos.
Un informe de la Universidad Estatal de Pensilvania (PSU, por sus siglas en inglés) reveló que el 80% de los ciervos de cola blanca analizados en Iowa, Canadá, dieron positivo en la prueba del SARS-CoV-2, el año pasado. Suresh Kuchipudi, investigador de la PSU, dijo que el informe mostraba que los humanos están transmitiendo la enfermedad a los ciervos.
“Tenemos una situación en la que sigue habiendo transmisión del virus entre los seres humanos, lo que está creando oportunidades para que el virus evolucione, posibilidades de que surjan nuevas variantes”, dijo Kuchipudi. “Esto significa que la evolución del virus es ahora doblemente compleja”.
Kuchipudi afirmó también que animales como los ciervos sirven como una especie de depósito donde las especies alojan el virus, y que pueden contagiar a los animales de su entorno, como mapaches, ratones y zorrillos. La transmisión, consideran, se pudo haber generado por desechos de comida, o incluso aguas residuales contaminadas con el virus.
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COVID-19 PODRÍA VOLVERSE MÁS PELIGROSO, SEÑALAN CIENTÍFICOS
Hay varias razones por las que los científicos no quieren que un virus como el que causa el Covid-19 infecte a los animales. En el improbable caso de que todo el mundo se vacunara y el virus dejara de transmitirse entre las personas, seguiría circulando entre los animales y podría volver a infectar a las personas en algún momento.
Sin embargo, es más probable el riesgo de que cambie y evolucione. Esto puede ocurrir de dos maneras. Una es la adaptación constante. A medida que infecte a diferentes especies, el virus cambiará para adaptarse mejor a esas especies y eso podría hacerlo más o menos peligroso para los humanos.
La otra posibilidad, es que los virus pueden intercambiar grandes trozos de material genético en un proceso llamado recombinación. La gripe es especialmente buena en esto, pero el coronavirus también puede hacerlo. Si un animal se infecta con más de un coronavirus a la vez, los dos tipos pueden mezclar y combinar genes y dar lugar a nuevas pandemias.