Estos ejemplares han causado revuelo entre la comunidad científica, han debatido sobre cómo se desplazan, ya que tiene poco control, además de que solo hacen pequeños movimientos, algunos han explicado que necesitan empujar el agua con su boca para poder controlar la dirección.
Es el pez luna (Mola mola) pertenece a la familia Molida, y es el ejemplar óseo más pesado del mundo, existen algunos que alcanzan más de tres metros de longitud y superan las dos toneladas, el promedio de estos animales en su peso es de mil kilos.
Habita en aguas tropicales templadas en todo el planeta, se caracteriza por su cuerpo aplastado lateralmente y al momento de extender sus alertas dorsal y ventrales llega a ser tan largo como alto.
Algo sorprendente es que no tiene vejiga natatoria, esta es el único miembro que necesitan los peces para no hundirse en el océano cuando dejan de moverse, y así evitar que vuelquen en el agua, así que este no puede detener su tránsito.
Las hembras pueden poner hasta 300 millones de huevos en una sola ocasión, más que cualquier otro vertebrado conocido, además, poseen un cerebro muy pequeño.
Su carne es considerada un manjar en algunos sitios como Japón, Corea y Taiwán, aunque su venta está prohibida en la Unión Europea, además, puede vivir hasta 10 años en cautividad, pero aún no se ha determinado su longevidad en su hábitat natural.
APARECE UN PEZ GIGANTESCO EN ISLA ESPAÑOLA
Apenas el pasado 4 de octubre se encontró a un pez luna de gran tamaño y al que los biólogos no pudieron pesar, "se sabía que había peces luna de esas dimensiones, pero nosotros nunca lo habíamos visto", dijo Enrique Ostalé Riveras, coordinador de la estación de Biología Marina de la Universidad de Sevilla en el Estrecho de Ceuta.
Agregó que “lo habíamos visto en un libro y en artículos científicos y tenerlo ahí, la verdad, me impresionó mucho", en el momento que los pescadores dieron aviso del gigantesco pez, los investigadores acudieron para constatar su tamaño, tenía 2.9 metros de largo, 3.2 de alto, pero al momento de querer pesarlo fue imposible, superaba el tope de los mil kilos de la báscula.
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El pez era tan grande que los instrumentos quedaron obsoletos, y para levantarlo tuvieron, aunque instalar dos grúas en los barcos pesqueros, al final fue liberado en el mar.