El 02 de noviembre está marcado como El Día de Muertos. Por lo que México se llena de canciones, comida, flores y recuerdos. Una de las costumbres más arraigadas es la elaboración de altares de muertos. Y aquí te contamos el significado de ellos.
Esta tradición, considerada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), consiste en colocar ofrendas para honrar a nuestros seres queridos difuntos, cuyo origen se remonta a las culturas prehispánicas.
¿Cómo comenzó la tradición?
El origen de los altares de muertos es anterior a la conquista española, ya que, dentro de las culturas prehispánicas, el acto de morir era el comienzo de un viaje de cuatro días hacia el Mictlán o el inframundo, por lo que los muertos eran enterrados con objetos cotidianos que pudieran necesitar durante el viaje. Lo anterior explicado por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
Sin embargo, tras la llegada de los españoles en el siglo XVI, se introdujo a México el terror a la muerte y al infierno con la divulgación del cristianismo, por lo que la tradición de los altares de muertos representa el sincretismo cultural del viejo y el nuevo mundo, ya que ambos aportaron elementos que se utilizan en la actualidad.
¿Cuántos niveles tiene?
El usuario de TikTok Miguel Mora muestra algunos altares que erigió el Sistema Nacional para el Desarrollo de las Familia (DIF) Jalisco. En dicho video se muestran los altares de tres niveles: los cuales representan el cielo, la tierra y el inframundo.
A pesar de esto, también existen aquellos conformados por dos, donde se representan, solamente, el cielo y la tierra. A su vez, también hay los que son creados con siete niveles, siendo todos ellos pasos que el difunto debe atravesar para poder llegar a la paz espiritual. Este es considerado como el más tradicional.
Para el altar de siete niveles la UAEH narró que los objetos tienden a estar colocados de la siguiente manera: En el primer escalón va la imagen de un santo del cual se sea devoto.
El segundo se destina a las ánimas del purgatorio; es útil porque por medio de él el alma del difunto obtiene el permiso para salir de ese lugar en caso de encontrarse ahí.
En el tercer escalón se coloca la sal, que simboliza la purificación del espíritu para las almas del purgatorio. En el cuarto, el personaje principal es otro elemento central de la festividad del Día de Muertos: el pan, que se ofrece como alimento a las ánimas que por ahí transitan. En el quinto se coloca el alimento y las frutas preferidas del difunto.
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En el sexto escalón se ponen las fotografías de las personas ya fallecidas y a las cuales se recuerda por medio del altar. Por último, en el séptimo escalón se coloca una cruz formada por semillas o frutas, como el tejocote y la lima.
Los significados de cada objeto
Independientemente de cuántos niveles sea el altar de muertos, existen los objetos imprescindibles con los cuales debe contar. El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, a través del portal de gobierno, explicó diversos de estos elementos:
- Arco: Se coloca en la cúspide del altar y simboliza la entrada al mundo de los muertos. Se le adorna con limonarias y flor de cempasúchil.
- Agua: se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso. También se puede colocar junto a ella un jabón, una toalla y un espejo para el aseo del difunto.
- Sal: Es un elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
- Velas, veladoras y cirios: Se consideran como una luz que guía en este mundo. Los cirios pueden ser colocados según los puntos cardinales, y las veladoras se extienden a modo de sendero para llegar al altar.
- Copal e incienso: El copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses ya que el incienso aún no se conocía, este llegó con los españoles. Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.
- Flores. Son el ornato usual en los altares y en el sepulcro. La flor de cempasúchil es la flor que, por su aroma, sirve de guía a los espíritus en este mundo. Además, deshojada, es el camino del color y olor que trazan las rutas a las ánimas.
- Petate: En este particular día funciona para que las ánimas descansen así como de mantel para colocar los alimentos de la ofrenda.
- Pan: El pan es una representación de la eucaristía, y fue agregado por el catolicismo. Puede ser en forma de muertito de Pátzcuaro o como un domo redondo, adornado con formas de huesos en alusión a la cruz, espolvoreado con azúcar y hecho con anís o naranja.
- Papel picado: Es considerado como una representación del viento.
- Una cruz grande de ceniza: Sirve para que al llegar el ánima hasta el altar pueda expiar sus culpas pendientes.
- Calaveras: Están distribuidas en todo el altar y pueden ser de azúcar, barro o yeso, con adornos de colores. Se les considera una alusión a la muerte y recuerdan que esta siempre se encuentra presente.
Objetos personales
- Imagen del difunto: Dicha imagen honra la parte más alta del altar. Se coloca de espaldas, y frente a ella se pone un espejo para que el difunto solo pueda ver el reflejo de sus deudos, y estos vean a su vez únicamente el del difunto.
- La imagen de las ánimas del purgatorio: para obtener la libertad del alma del difunto, por si acaso se encontrara en ese lugar, y para ayudarlo a salir. No obstante, se pueden colocar santos que se veneren personalmente.
- Comida: El alimento tradicional o el que era del agrado de los fallecidos se pone para que el alma visitada lo disfrute. Aquí también se coloca la fruta de temporada, normalmente naranjas, mandarinas, manzanas, peras, entre otras.
- Bebidas alcohólicas: Son bebidas del gusto del difunto denominadas “trago”. Generalmente son caballitos de tequila, pulque o mezcal.
- Objetos personales: Se colocan igualmente artículos pertenecientes en vida a los difuntos, con la finalidad de que el espíritu pueda recordar los momentos de su vida. En el caso de los niños, se emplean sus juguetes preferidos.
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El altar debe estar instalado para el 31 de octubre, pues al iniciar noviembre las ánimas comienzan a llegar. Con esto, cada altar varía en su disposición de acuerdo a la costumbre familiar. Aunque, al final, se continúe promoviendo esta tradición ancestral con tanto significado.