Laura vive en la zona norte de la ciudad y fue testigo de las almas en pena que siguen vagando tras varios años de la tragedia del Mirage en Tampico.
Narra que trabajaba en una de las tiendas de autoservicios que se localizan a unos metros del Hospital del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y debido a los turnos de trabajo, en ocasiones salía a eso de las 23:00 horas.
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En ocasiones coincidía con otros compañeros que también vivían por su rumbo y para ahorrarse algunos pesos caminaban hasta la Avenida Hidalgo.
“El tiempo se nos hacía corto porque entre todos platicábamos las vivencias del turno trabajado y cuando menor recordábamos ya estábamos a unas cuadras de la avenida para esperar el autobús que nos llevaría a la zona norte”, dijo.
Sin embargo, una noche de octubre, a ninguno de los compañeros con los que caminaba le había tocado el turno de la tarde, algunos trabajaron en la mañana y otros en el turno intermedio.
Como ella ya había recorrido la Avenida Ejército Mexicano, unas 12 cuadras aproximadamente por algunos meses, Laura creyó que era seguro el trayecto y comenzó su andar hacía la Hidalgo.
Un escalofrío la recorrió justo al pasar frente al sitio de la tragedia
Llegó a la Plaza Covadonga, después crucé las plazas comerciales que están en el sector y todo era tranquilidad, había mucha iluminación hasta ahí, pero ya después de una llantera comenzó a disminuir la intensidad del alumbrado.
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Al pasar por lo que anteriormente era Plaza Inn, comenzó a sentir una sensación indescriptible, algo que durante todo el tiempo que había estado caminando por este sector jamás había sentido.
“Le resté importancia y seguí el trayecto. Al pasar justo frente a un local ubicado en Avenida Ejército Mexicano y Ayuntamiento sentí como si me hubieran echado un balde de agua fría, sentí mucho miedo”.
El escalofrío la recorrió de pies a cabeza y recordé que justo en ese lugar, donde anteriormente era el centro nocturno Mirage se había registrado una situación de riesgo donde varias personas habían perdido la vida, justo en el mes de abril del 2010.
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“Por un instante no pude moverme de ese lugar, tampoco quería voltear hacía el local pero no supe si fue por el miedo que de reojo alcancé a ver una sombra; parecía la silueta de una mujer, no le pude apreciar su rostro y como pude salí corriendo del lugar con el peligro de que me atropellaran”, recordó.
Tras ver a la 'mujer' corrió hasta Faja de Oro
Laura no paró de correr hasta llegar a una tienda de conveniencia que se ubica en la calle Faja de Oro, tomó un poco de aire y siguió sin voltear atrás hasta la Avenida Miguel Hidalgo, para su buena fortuna el autobús pasó enseguida.
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“Al siguiente día, conté lo sucedido a unos compañeros quienes me dijeron que varios de los trabajadores habían experimentado esa misma sensación y hay quienes aseguran que después de la medianoche se escuchan los lamentos de las mujeres y hombres que murieron en el lugar”, precisó.
Esta aterradora vivencia le sucedió hace algún tiempo en Tampico y aunque ya no trabaja cerca de lo que un día fue el Mirage comentó que “al recordarlo aún siento escalofríos”.
