Nuestra historia comienza el sábado 14 de septiembre de 1974, en el momento en que una depresión tropical apareció en el mar Caribe. A los dos días se transformó en tormenta tropical con el nombre de Fifí y comenzó a ganar fuerza mientras se dirigía a las costas de Centroamérica, convirtiéndose en un huracán categoría dos. Fifí pasaría a la posteridad como uno de los ciclones más peligrosos del Atlántico.
El domingo 22 de septiembre, la portada de EL SOL DE TAMPICO anunciaría “Desastre en Honduras: ocho mil muertos”. Esta es la crónica del fenómeno climático que impactó Choloma, a 30 km de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, provocando poco más de cinco mil muertes y desapariciones en un poblado de seis mil habitantes.
La temporada de huracanes en el Atlántico en 1974
Cada año, de junio a noviembre, es temporada de huracanes en el océano Atlántico. En 1974, se registraron 20 depresiones tropicales, 11 tormentas y cuatro huracanes, uno de ellos fue Fifi. De acuerdo al Servicio Meteorológico de Guatemala, el sistema de baja presión provocó poco más de 10 mil muertos y 600 damnificados en Honduras.
Tales cifras otorgan a Fifi el título del “tercer ciclón más mortal del Atlántico”, detrás de Mitch (1998) y el Gran Huracán de 1780, los cuales cobraron la vida de poco más de 11 mil y 22 mil personas aproximadamente.
De acuerdo al portal de Trayectorias Históricas de Huracanes del NHC, el lunes 16 de septiembre de 1974, Fifi pasaría de depresión tropical a tormenta. Tan solo un día después, el martes 17, la velocidad de sus vientos incrementaría al doble, convirtiendo a Fifi en un huracán categoría uno. A las pocas horas avanzaría a categoría dos.
La mañana del miércoles 18 de septiembre de 1974, el reporte del clima de esta casa editora apuntaba que Fifi tocaría tierra ese día cerca de la Laguna Caratasca, Honduras, con vientos de 160 km/h y un oleaje de dos a tres metros de altura.
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Sin embargo, la realidad iba a superar los pronósticos. Fifi entraría a Centroamérica por Belice hasta la tarde del jueves 19 de septiembre, en el territorio comprendido entre Punta Gorda y el Distrito de Stann Creek. Las marejadas alcanzaron los cinco metros de altura y las rachas de viento superaron los 160 km/h.
Honduras: el territorio más afectado por el ciclón
A pesar de que Fifi no ingresó propiamente a Honduras, su paso por la costa provocó que los ríos se desbordaran.
En la región de La Ceiba, el número de defunciones alcanzó los mil reportes. Las plantaciones bananeras de Atlántida, Yoro, Colón y Cortés fueron pérdida total al quedar enterradas bajo lodo y agua.
El domingo 22 de septiembre de 1974, EL SOL DE TAMPICO reproducía las declaraciones de Ignacio Acosta, teniente encargado de asuntos de prensa del Comité Nacional de Emergencia de Honduras:
“En la zona norte del país, el 90% de las casas habitación fueron derribadas o se encuentran bajo las aguas. Por la información y las observaciones que se han hecho, estimamos que entre el 75% y 90% de las vías de comunicación carretera, telefónica y telegráfica de esta área quedaron destruidas”.
Por su parte, Rene Pineda, coronel del mismo Comité, aseguraría: “En estos momentos, el agua tiene entre seis a siete metros de altura, en el horizonte no se ve nada más. El problema ahora es la supervivencia”.
México envió ayuda a los damnificados
Hace 50 años, en entrevista para EL SOL DE MÉXICO, Jesús Gutiérrez Castañeda, en ese momento Jefe del Estado Mayor Presidencial, informó que 14 aviones de la Fuerza Aérea Mexicana serían enviados con ropa, medicinas y despensas a los estados del sur de México y al norte de Honduras.
De igual manera, un total de 40 personas de la Cruz Roja Mexicana, entre médicos, enfermeras y socorristas, se iban a trasladar hacia la zona de contingencia para prestar sus servicios de manera gratuita.
Después de tocar tierra en Belice como un huracán categoría dos, Fifi se debilitaría a tormenta tropical antes de entrar al estado de Chiapas, en México. El fenómeno climático avanzó sobre Oaxaca y Guerrero como depresión tropical.
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La trayectoria documentada por el Centro Nacional de Huracanes de EU (NHC, por sus siglas originales) indica que al entrar al océano Pacífico por las costas de Guerrero, Fifi se convirtió de nuevo en tormenta tropical hasta desaparecer.
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Nuestra historia que comenzó en el Atlántico, finaliza en el Pacifico. Fifi es considerado uno de los ciclones más peligrosos de la historia climática. Además de Belice, Honduras y México, otros países también registraron fuertes precipitaciones, incluyendo El Salvador y Nicaragua. En el sur de Tamaulipas, EL SOL DE TAMPICO siguió de cerca la evolución, el impacto y el ocaso de Fifi.