Sergio “El Cachirul” Lira Gallardo

Sergio Lira pronto llamó la atención de la Selección Mexicana en la que debutó el 8 de febrero de 1979, contra los rusos en el estadio Tamaulipas

Manuel Chirinos Meza | El Sol de Tampico

  · jueves 5 de mayo de 2022

De izquierda a derecha: con la Selección Mexicana en el Tamaulipas, 21 de abril de 1981. Sergio Lira, en la actualidad | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales; Diana Canizales

El silbato retruena en el estadio Jalisco anunciando el arranque del segundo tiempo entre “Leones Negros”, que derrotan en trepidante partido de volteretas 3 a 2 a la "Jaiba Brava”, entrenada por el míster del futbol mexicano José Antonio Roca, que viene decido a dejar en el olvido su participación en el reciente mundial Argentina 78.

El 22 de agosto en El Sol de Tampico aparece en sus páginas deportivas la sorprendente reseña “¡Ganaron las reservas 6-5!: Roca molesto con sus jugadores”. La nota mencionaba la destacada actuación del novel jugador Sergio Lira, proveniente de Tamiahua, Veracruz, que llegó para probarse con los celestes jaibos.

Con 44 años de una trayectoria, Enrique 'Perro' Bermúdez se despide del mundo del deporte con el mundial Qatar 2022 | Facebook: Enrique Bermúdez

-Apenas contaba con días en los entrenamientos - recuerda Lira- no conocían mis movimientos. Al final del partido el señor Roca estaba enfadado porque siempre quería ganar, aunque fuera interescuadras, sólo que todos teníamos deseos de jugar bien, y más yo que quería mostrarme metiendo goles.

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Al concluir la semana, Sergio Lira Gallardo quedaría afincado en el gusto de José Antonio Roca, técnico que apoyaba a las jóvenes promesas mexicanas. - Al señor Roca le agradó mi manera de moverme en el área – relata Lira – y mi picardía. Terminó colocándome como centro delantero, aunque anteriormente jugaba de extremo izquierdo.

Primeros minutos del tiempo complementario la U de G en dos ocasiones ha estado a punto de aumentar el marcador si no es por la eficacia del cancerbero Anhiello. Minuto 59, Lira entra al terreno de juego. Roca utilizaba frecuentemente tanto a Marón como a Lira para revolucionar el partido. Marón por el lado derecho, Lira por el centro. En cuanto a las indicaciones de Roca, Lira responde que jalara las marcas porque comprendía mi naturaleza del juego rápido, naturalito como lo hacía en mi pueblo, ya que no tuve una formación profesional sino llanera.

Con la Jaiba Brava, en el último partido de la temporada 80-81 | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

El señor Roca siempre trató de aconsejarme - prosigue Lira Gallardo -, que aprendiera de la gente de experiencia; tenía a Sergio Silva como centro delantero, al “Chocolate” Hernández, Bertocchi, Alberto Ordaz, a Moses que se movía por el extremo derecho, gente que les aprendí bastante. Incluso, cuando estaba en la banca miraba a Bertocchi cómo cubría la pelota. Después del entrenamiento me quedaba a practicar a mover los brazos, aunque fuera al aire, a veces me quedaba solo, algunas ocasiones se quedaron compañeros a centrarme, a rematar, a anticiparme, recepcionar o golpear; en todo esto el Míster me apoyó para darme el permiso para quedarme, porque quería que sobresaliera.

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“EL CACHIRUL”, MOTE DADO POR EL PERRO BERMÚDEZ

Juan Villoro apunta: “El futbol es el deporte que ha hecho de la patada una de las bellas artes”, y de hecho no existe nada más hermoso cuando dos conjuntos se dedican a jugar, a crear espectáculo, a disfrutar del juego de jugadores como Sergio Lira, quien jalaba magistralmente la marca, abría espacios.

-El problema es que el viernes cuando fueron a la Ciudad de México a registrarme -detalla Lira - ya no se encontraba la gente de los registros, así que me otorgaron un permiso especial para jugar el domingo con la condición de que el lunes a primera hora llevaran los papeles, sólo que con la euforia del triunfo la directiva olvidó llevarlos. Anuar Maccise, dueño de “Los Coyotes”, protestó en la Federación, quitándole los dos puntos al Tampico.

Sobre aquel lejano domingo 24 de septiembre del 1978, en su encuentro contra “Los Coyotes” del Neza, Sergio Lira recuerda: - Este suceso ayudó bastante porque el sábado siguiente fuimos a jugar contra la U de G y el "Perro” Bermúdez me puso el apodo de “El Cachirul”. Después, a donde jugaba, me identificaban de esa manera. Y no todo fue dulzura, hubo momentos en que la afición se metía conmigo, gritándome “vete a atarrayar a Tamiahua”, pero era normal: equivocas una acción y te gritan, anotas un gol y te aplauden, sólo hay que cambiar la situación.

Sobre la temporada 79-80, Lira comenta: Ignacio “El Gallo” Jáuregui era muy estudioso del futbol, le gustaba llamarme Liriña, como que le gustaba lo brasileño, y yo en ese tiempo usaba la cabellera afro.

Con “Los Celestes jaibos” en el torneo 78-79 | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

SE INCORPORA DE TITULAR

“Recuerdo un partido contra el Atlético Español, desde la banca Jáuregui dice a su auxiliar que me meta a jugar. Entro y a los cinco minutos me tiran un pase a profundidad, sólo que primero llega el guardameta: me barro, buscando llegar para bombearle el balón, pero llego a destiempo, cometiéndole falta y me sacan tarjeta amarilla”.

“Dos minutos después me sacan. Algunos compañeros me indicaron que le reclamara; solamente les dije que después me va a pedir permiso para sacarme, y no voy a salirme. De ahí fuimos a San Luis y anoté gol, dando un buen partido y desde ahí fui titular.

“Siempre me motivaba Jáuregui: Liriña, Liriña. Ya de titular indiscutible, ya casi para acabar el partido, me pregunta que cómo andaba, yo ya estaba cansado, pero le dije que bien. Se viene un cambio y me retira del partido. Llego a la banca y les apunto a mis compañeros: qué les dije, que me iba a pedir permiso para sacarme. Esa temporada toda andábamos muy bien, Revetria andaba de goleador y yo por el extremo izquierdo”.

A LA SELECCIÓN NACIONAL

Sergio Lira pronto llamó la atención de la Selección Mexicana en la que debutó el 8 de febrero de 1979, contra los rusos (en el estadio Tamaulipas), a lo que el goleador de Tamiahua acota: - Es un sueño que en el estadio donde debutas, después juegues con la Selección de tu país y jugué al segundo año de haber debutado. Un orgullo portar la verde. Con la Selección conocí Europa, Oceanía, parte del mundo.

Un goleador en toda la extensión de la palabra, así era Sergio Lira | Cortesía: Sergio Lira

Por último, Lira (quizás uno de los jugadores más populares que han vestido la casaca jaiba) reflexiona sobre el futbol: “Es un deporte que lo es todo, que primero lo jugué de niño en las calles de Tamiahua para jugarlo en el césped verde del Tamaulipas como jugador profesional, ganándome a toda esa gente que acudía cada 15 días al estadio, aguantando los solazos, todo el tiempo gritando porras. El saber que el partido lo televisarían y que en Tamiahua mi familia y amigos estarían pendientes de verme jugar hacían que intentara por todos los medios no defraudarlos.

“Después me alejé un rato hasta que volví de entrenador y seguí en ese arte que es el futbol, de esa pelota que hay que acariciarla para que continúe con nosotros toda la vida. Fue un orgullo haber portado la playera de la Jaiba Brava, el jugar a lado de los compañeros que tuve y que conservo la amistad de ellos hasta la fecha: “Panchillo”, “Petróleos” Moreno, Bertocchi, Corbo y tanta, tanta gente que me apoyó”.