Treinta y tres años han pasado de su deceso, y Ramiro Cuevas Guzmán, el ebanense que fuera beisbolista profesional y a quien se le conoció como Mr. Juego Perfecto, sigue siendo recordado no tan solo en el estado potosino, sino en toda esta región donde fue sumamente conocido.
Es obvio que las generaciones de ahora conozcan muy poco o casi nada de este pelotero, pero mucha gente de la tercera y cuarta edad en forma sensible, ya que el 14 de agosto de 1953 abrió un nuevo expediente dentro de los récords en los anales del beisbol profesional de verano, ya que jugando para los Tecolotes de Nuevo Laredo se convirtió en el primer pítcher en lanzar el primer "Juego Perfecto", en un encuentro nocturno celebrado en el desaparecido parque Delta (después Seguro Social) de la capital del país contra La Pandilla Roja del México a quienes derrotaron 1 carrera contra 0.
Concierto monticular que no pudieron exponer los ligamayoristas como Max Lanier, Salvatore Maglie, Sandalio Consuegra, Martín Digo, tampoco Ramón Bragaña, ni los nacionales "La Tuza" Ramírez, "La Coyota" Ríos y "Cochihuila" Valenzuela.
Los Diablos Rojos dirigidos por "Chile" Gómez recibían a los fronterizos tamaulipecos con su mánager Adolfo Luque, en un encuentro apocalíptico, donde los segundos aparentemente no tendrían oportunidad, sin embargo sobre el césped adiamantado, un joven lanzador nacido en pleno corazón ebanense el 28 de mayo de 1928, se agrandaba contra esos luciferes capitalinos, y lanzaba esférica tras esférica eliminando uno a uno a los escarlatas.
La noche fue muy fría. Con el transcurrir de las entradas los aficionados se percataron que más allá de la victoria o derrota, Cuevas estaba consolidando un partidazo. Una, dos tres entradas, hasta aquí todo normal,un duelo parejo que apenas permitía la primera y única carrera para los tamaulipecos, en la tercera llamada.
Al llegar la novena el apoyo era total, desde que subió al montículo recibió aplausos, ya todos estaban con Ramiro, todos querían ser testigos de ese histórico hecho, pero pasaba algo en la cueva roja, "Chile" Gómez, mánager de los capitalinos, llamó antes de batear la última entrada, a la dignidad a sus jugadores, y después de los outs 25 y 26, tocaba el turno al pít-cher lucifer Juan Conde, pero aquí, "Chile", con mucho orgullo, no quería aceptar este juego perfecto en su contra, y él mismo empuñó el bate entrando de emergente, y Ramiro ya casi en las nubes, se enfrentó a quien había sido su primer maestro en este circuito con una magistral curva que lo hizo rodar a la intermedia donde levantó Barney "El Grillo" Serrel y solo tiró al inicialista Jorge "El Chorejas" Bravo para el out 27. Y así Cuevas alcanzó la fama con esta hazaña. Su receptor el panameño León Kellman fue el primero en felicitarlo y levantarlo, y después sus compañeros, haciendo lo mismo centenares de aficionados que lo pasearon en hombros por todo el parque.