Muchos han sido los escenarios beisboleros que debido al avance de la mancha urbana poco a poco han ido desapareciendo, aunque en la mente de los viejos aficionados al llamado “rey de los deportes” seguramente recordarán las grandes jornadas que se vivieron en cada uno de ellos.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí́
Parques para la práctica del beisbol amateur como el Ferrocarrilero 17 de Julio, el Heriberto Kehoe, o los infantiles ubicados en las antiguas llenaderas de El Golfo, e incluso el Alijadores, escenario de lujo para inauguraciones o finales, se han ido perdiendo en la memoria y solo los seguidores de antaño y los peloteros hoy veteranos recuerdan cuando acudían a jugar o presenciar los partidos.
Jorge Pancardo Zamora, gran conocedor de estos temas, destacó en charla con El Sol de Tampico, como es que han ido desapareciendo los parques de pelota. “Iniciaremos por un caso que puede considerarse un magnicidio beisbolero, provocado por el crecimiento urbano con la modernización de la actividad industrial y comercial en Ciudad Madero. El parque 17 de julio llamado el “Ferrocarrilero” que era propiedad del Sindicato de Ferrocarriles Nacionales, estuvo ubicado en la colonia Talleres, fue edificado en 1959 a iniciativa de quien fuera dirigente de la organización, por cierto, presidente de la asociación estatal de beisbol de Tamaulipas y senador de la república don José romero flores, hombre que impulso fuertemente el deporte de sus amores.
Este parque con medidas para beisbol profesional era utilizado por la Liga Municipal de Ciudad Madero. “Ahí también se presentaron juegos de exhibición de Liga Mexicana, el último fue el 2 de marzo del 2005 con la presentación de los campeones Tigres del México y Tuneros de San Luis Potosí”. Lamentablemente un año después fue demolido para construir casas-habitación, de nada valieron los esfuerzos del sector deportivo para cambiar la opinión de los interesados en la inversión, y no hubo ni el intento de alguna autoridad por preservar un patrimonio que ya era de uso público en beneficio del desarrollo social a través de la formación de nuevos talentos.
“El beisbol maderense”, asegura, “espera su resurrección, cuando se defina la situación del remodelado parquecito ubicado en el sector conocido como 'El Polvorín'; esos terrenos pertenecieron a Ferrocarriles y fue con el apoyo del Sindicato Petrolero, a iniciativa de otro personaje que mucho le dio al beisbol, Lázaro Saucedo Suárez, entonces presidente de la Liga Municipal de Beisbol maderense, como en 1983 en la administración de Hugo Barba Islas fue construido y puesto al servicio del beisbol. Ciudad Madero no tiene espacios para practicar beisbol. Las gentes que lo manejan en esa localidad, encabezadas por Juventino Padilla han tocado puertas, pero han decidido acudir al municipio de Pueblo Viejo solicitando campos para sacar adelante los torneos”.
Destaca Pancardo Zamora que la época de oro de la pelota caliente, “fue en las décadas de los 60 a los 80 donde el beisbol de la región se hablaba de tú con los mejores exponentes nacionales e internacionales y era un crisol de formación de nuevos valores que dieron lustre a este apasionante deporte”.
Entre los que parques con los que ya no contamos en tierras maderenses recuerda el Aguilaco, que se encontraba a espaldas de la escuela primaria “Aurelia Rodríguez García”, frente a Refinería Madero y que luego lo convirtieron en campo de softbol.
“En los terrenos del Siete y Medio existió el campo “Juan Rascón”, que alguien dijo aquí lo vamos a destinar a campos de futbol y hasta la fecha son los que actualmente y que bien porque si no hubiera sido así el balompié no tuviera espacios. Ahí también existían tres campos que les nombraban los 'tomateros' porque se daba mucho una especia de tomatito, y los convirtieron en campos para la práctica del softbol que hoy se llaman los Morris, esas áreas son propiedad de Pemex aportando un beneficio a la sociedad”.
“También en el Siete y Medio existió un parquecito en el que se jugó beisbol profesional con respecto a la llamada Liga Central de clase “A” que era auspiciada por la Liga Mexicana, el equipo se llamó 'Bravos' de Ciudad Madero y era sucursal de los Pericos de Puebla en los años del 68 al 70, ahí sirvió para que peloteros locales se desarrollaran y destacaron a nivel profesional. Hoy en día los talentos que se gradúan en Ligas Pequeñas optan por ir a pasar 'try outs' y ser observados por clubes profesionales en otras ciudades con beisbol de Liga Mexicana pues no existe localmente un escaparate para darse a conocer. Comentario aparte es decir que no hay empresarios con visión para traer una plaza de LMB porque no existe una instalación con medidas profesionales en la región”.
Volviendo al tema de los campos que se fueron, recuerda Pancardo Zamora que otros parques que hubo antaño son “El Chavo”, allá por el Hospital Naturista, otro más en el centro de Ciudad Madero que se llamaba “Pirámide” y el parque “Heriberto Kehoe”, ubicado en la calle 10 y que lo utilizaba también la liga maderense y que cerca estuvo de convertirse en parque de beisbol profesional; en los terrenos del Tec de Madero sobre el bulevar López Mateos se encontraba el campo “Las Hortalizas” y cuenta además con un parquecito que actualmente se utiliza para la práctica de sus alumnos, competencias internas y eventos estudiantiles.