Este mes de diciembre se conmemoró un aniversario más de aquel equipo de Orinegros de Ciudad Madero que se coronó campeón invicto de la Segunda División Profesional y ascendió al máximo circuito del futbol mexicano, único plantel en hacerlo en el futbol mexicano, en la temporada 1964-1965, cuanto se gestó este hecho histórico.
23 VICTORIAS CONSIGUIERON
El cuadro petrolero era dirigido ni más ni menos que por el argentino Ernesto “Chueco” Candia, campeón de Primera División con el Tampico.
Logró acumular en la campaña 23 triunfos y 7 empates, por supuesto 0 descalabros, aunado a los 69 goles a favor y solamente 23 en contra, sumando un total de 53 puntos.
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SE CORONARON AL GANARLE A JABATOS
Los Orinegros de Ciudad Madero le dieron la alegría a la zona sur de Tamaulipas aquel lejano 5 de diciembre del año de 1964, posteriormente de que vencieran por marcador de 2 goles contra 0 al cuadro de Jabatos de Nuevo León.
El gran encuentro se disputó en la cancha del estadio Tecnológico de la ciudad de Monterrey, donde cabe destacar que esto fue a falta de tres jornadas para finalizar el torneo.
Cabe resaltar que el Ciudad Madero se coronó en calidad de visitante, donde al finalizar ese cotejo la afición regiomontana se le rindió a sus pies con aplausos y gritos reconociendo al nuevo campeón de la división de plata del balompié azteca, algo poco visto en los estadios hoy en la actualidad.
Es importante señalar que este cuadro de la urbe petrolera se había ganado el corazón del público no solo en el área metropolitana, sino en diferentes partes de la República Mexicana por su entrega y corazón que ponían en el terreno de juego, y su forma de mover el balón ante sus rivales.
HOMBRES VESTIDOS DE GLORIA
Los héroes maderenses que en aquel momento se vistieron de gloria fueron: Jesús Tapia, Rodolfo Martínez, Cecilio Cevallos, Óscar Navarro, Guillermo “Negra” Cortez, Guillermo “Memo” Flores, Francisco Huerta, Manuel “Gato” Gutiérrez, Álvaro del Peral, Catarino Tafoya y Bulmaro Garcidueñas.
Hoy en día, ese equipo es recordado por muchos aficionados que les tocó ver aquella utopía hecha realidad, algo que quizá ni el mejor guionista pudo haber escrito, siendo un cuadro humilde, provinciano, pero que conquistó a propios y extraños, al grado de ir ganando seguidores.
Pero, desafortunadamente, también mucho tiempo ha sido olvidado, desdeñado u opacado, situación que debemos revertir porque ni los equipos más grandes de México han sido monarcas invictos, como aquel glorioso Orinegros.
¡Valga el recuerdo de este plantel! que sin duda regaló una de las alegrías más importantes a la afición futbolera de Tampico y Ciudad Madero, escribiendo con letras de oro el mote de Orinegros por todo el país, al ser los únicos campeones invictos del futbol mexicano.