Loreto Solís, enseñanza por el fútbol

Con tenacidad y esfuerzo se repuso de una lesión y logró afianzarse como un sobresaliente defensa central

Manuel Meza | El Sol de Tampico

  · jueves 1 de julio de 2021

Loreto Solís continúa trabajando para el futbol | Gráfico: El Sol de Tampico

Temporada 77-78. Tarde veraniega, se siente fuertemente el intenso calor sobre el estadio Tamaulipas, donde el fervor del entrenamiento queda regado en el campo. Los jugadores caminan agotados a los vestidores, mientras una joven figura se acerca al técnico Horacio Troche, para solicitarle ayuda para completar su rehabilitación, ya que debido a una violenta lesión la parte médica ha señalado que nunca volverá a jugar futbol profesional.

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Regresé de Monterrey para continuar mi recuperación -explica Loreto Solís- y Troche me brindó la oportunidad de realizarla con Tampico. Transcurrieron meses para que Solís observara que su tobillo dañado recobraba seguridad. A la llegada de Gustavo Peña, quien llegaría en ese certamen en sustitución de Troche, conocía por jugar en Monterrey, de la gravedad de la lesión le preguntó al verlo: ¿Qué haces aquí? Para después ofrecerle la oportunidad de continuar entrenando. A los seis meses Peña invitaría a Loreto Solís, sin estar contratado, a participar en los interescuadras.

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Torneo 78-79. “Pichojos” Pérez sufre fractura de quijada en el estadio Jalisco, donde Leones Negros y Jaibos combaten a muerte. A una señal negativa del galeno hacia la banca es atendida por el técnico porteño José Antonio Roca quien apresura a un joven defensa para que caliente.

-Cerca de finalizar el primer tiempo -recuerda Solís- me habla Roca para darme indicaciones para marcar a Nilson Días, centro delantero que había jugado con la Selección de Brasil. Piensa rápido, me decía Roca para que realices las coberturas a tiempo, recupera la pelota antes; cuando tenga la bola no lo dejes pensar, esta es tu prueba de fuego.

El Tampico dirigido por José Antonio Roca. Temporada 78-79 | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

11 de octubre de 1978, Loreto Solís debutaría en primera división, donde se le reconocería como un recio defensa central, posición que no se significaba por ser la natural, ya que en el equipo Saltillo, filial de Monterrey en segunda división, jugaba como medio creativo.

Varios compañeros defensas se lesionaron - explica Solís - entonces el señor Roca observa mi altura, tipo de juego, proponiéndome jugar de central. Acepté teniendo que aprender esa zona de la cancha que es diferente a medio ofensivo donde solicitas la pelota para lanzar un ataque. Al final el cambio me favoreció porque en mi posición original competía con monstruos como Ojeda, Bertocchi, Narciso Ramírez, Galindo que comenzaba; felizmente me hallé en el puesto, les gusté y me quedé.

Las primeras semanas aprendiendo la defensa no fueron nada fácil para Solís quien recibió ayuda de varios de sus compañeros, como el legendario Francisco Bertocchi. - En un entrenamiento - relata Solís -salgo a marcar de frente a Bertocchi burlándome de manera facilísima. Cuando me deja atrás Bertocchi se detiene molesto diciéndome: ¿Cómo me marcas así, que no sabes? La marca nunca debe ser de frente, siempre de lado, listo a correr, así se marca. Mi panorama cambió debido a la enseñanza del “Tano”, porque después no fácilmente me ganaban. Loreto Solís menciona que uno de sus grandes influencias futbolísticas fue su primer entrenador Mario “El Flaco” Pérez: - Me enseñó que el futbol se juega fácil, pero jugar fácil es lo más difícil porque para jugar fácil tienes que contar con bastante, técnicamente, mentalmente, pensar rápido, tocar la pelota en el momento adecuado, situaciones que se conjugan en el jugar fácil.

El mítico Rey “Pelé” apunta: “Cuando los demás se iban de juerga después de entrenar, yo seguía golpeando la pelota”. Pensamiento que Solís alude: - En el futbol tienes que encontrarte en perfecta condición, porque los partidos son difíciles, los entrenamientos fuertes y cuando sales a la cancha debes brindarlo todo. El futbol me enseñó a contar con amistades. Eduardo Moses y Edmundo Marón me apoyaron bastante durante mi lesión, pasaban a la casa para llevarme a entrenar, y no fue una ayuda de semanas sino de cerca de año y medio, donde se turnaban para llevarme y traerme, hasta que empecé a ganar dinero para hacerme de un coche.

Loreto Solís y la enseñanza del futbol | Cortesía: Víctor Hugo Alvarado Morales

Temporada 80-81. Estadio Tamaulipas, Tampico FC se despide de su afición en la jornada 38 en un encuentro donde enfrentan al Atlético Español en un escenario de un domingo por la tarde con las gradas a punto de lleno que hacen evocar las palabras del futbolista español Xavi Hernández: “Es increíble cómo la pasión del futbol une a tanta gente”. Quizás ahora este partido muestre cosas insólitas como la aparición de Mon Marón resguardando la meta jaiba por la lesión de los dos porteros celestes; también uno de los grandes sabores que brinda el balompié cuando en la cancha encuentras de contrario a tu propia sangre porque los hermanos Francisco y Loreto Solís coinciden como rivales. -“Paco” fue mi inspiración para volverme futbolista - afirma Solís. -Me encantaba verlo jugar, como hacía las cosas fáciles porque poseía de todo, sabía defender, armar, meter goles.

Un reportero queriendo causar dramatismo entrevistó al padre de los hermanos Solís para cuestionarle su preferencia futbolística, respondiendo: -Mi corazón se encuentra dividido, mis hijos se topan de rivales, que gane el mejor. Tampico terminaría venciendo 2 a 1 y al respecto Loreto Solís expresa: - Paco jugaba en medio campo, por eso no me tocó marcarlo, sino enfrentarlo en varias oportunidades; en unas me llevó, en otras gané. Chocamos al despejar la pelota, incluso por aire gané afortunadamente porque cabeceaba demasiado bien. Lo bueno de todo es que la mayoría pensaba que “Paco” más talentoso me llevaría, creo que se percataron que no me llevó fácilmente.

Actualmente Loreto Solís continúa trabajando para el futbol dirigiendo una escuela llamada Academia Pumas TM. - Los enseño sobre todo a concientizarlos que la carrera de futbolista es bonita, pero corta - apunta Solís. - Les externo que es importante continuar estudiando. Cuando me topo con esos niños que ya crecieron, que ahora son profesionistas, que me saludan con gusto, me lleno de orgullo que haya humildemente podido influir en sus vidas, entonces agradezco al futbol por haber coincidido.