SEGUNDA PARTE
Piero confiesa que vive en un mundo de chácharas de la lucha libre. Cuenta con una de las colecciones más numerosas de artículos luchísticos, de los cuales, casi todos, exceptuando las revistas, le han sido obsequiados por los mismos luchadores.
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Cuenta también con cientos de fotografías dedicadas por las grandes figuras del arte.
Eres dueño de una impresionante colección de objetos de lucha libre, ¿de qué consta tu acervo luchístico?
Mi colección consta de máscaras, fotografías, revistas de México, Estados Unidos y Japón. Souvenirs de los luchadores, equipos de los luchadores, trajes completos, chamarras, capas, botas.
Cabelleras de los luchadores cuando las exponen, campeonatos que me han regalado las damas luchadoras. Carteles de México, Estados Unidos, España y Japón. Tuve la fortuna de que los grandes luchadores de esa época me regalaban los carteles de los tiempos en que yo aún no nacía. Tengo también gafetes, fotografías dedicadas, figuras de acción.
Hasta uñas de las luchadoras que se les han roto en el ring y las sillas que utilizan para golpearse. Vivo en un mundo de chácharas de lucha libre.
¿La lucha es circo, maroma y teatro?
No lo considero así. Es una labor muy difícil para las personas que practican esta profesión y que la van adquiriendo con el entrenamiento. La lucha se debe querer, amar, sentir en la piel porque se ejercitan en un deporte mundial. Los invito a que entrenen un momento, un minuto con un luchador profesional, para que se den cuenta de que la lucha libre mexicana es bendita. Bendita lucha libre no te mueras.
¿Quién es tu mejor amigo y amiga luchador y luchadora?
En mi andar desde los 10 años en el mundo de la lucha he tenido un sinfín de amigas y amigos luchadores. Recuerdo en particular al gran señor, El Solitario, uno de los más queridos por la afición y que amaba a los niños, sus pequeños aficionados. Posteriormente, mis queridas amigas, Irma González e Irma Aguilar, quienes me dieron la primera oportunidad de estar en el ring. Por igual, Martha Villalobos, Rossy Moreno y otras muchas más, son y fueron mis amigas.
¿Cómo han sido tus 19 años como réferi?
Han sido 19 años de luchar para tener un lugar y ser reconocido. Un sitio que me costó sudor y lágrimas, y dejar a mi familia para ser reconocido a nivel nacional e internacional. Me quedo con muchas satisfacciones que me ha dado la bendita lucha libre. Triunfos, como haber viajado a Japón por primera vez en 1989. Me conocían en la colonia Mizujo, en Nagoya. Lo anterior a que mi amigo, Kein Hirose que vive actualmente en Toyohasi en Japón, y sus padres, me dieron la oportunidad de vivir con ellos. Posteriormente ese niño que se fue de 20 años, regresó como un ídolo, réferi de la lucha libre. Es algo importante saber que a pesar del tiempo la amistad con él no se pierde y seguimos apoyándonos hasta la actualidad.
¿A Piero le gusta leer?
Los sobrevivientes de los Andes y El principito me gustaron en particular. Creo que esas lecturas me han dejado enseñanzas para valorar mi vida.
¿Tu colección es igual o más grande que la de Christian Cymet?
No puedo comparar colecciones. Ya que hay muchas personas que lo hacen, con la diferencia de que la mía está formada por cosas regaladas directamente por los luchadores en estos 42 años de aficionado. Otras más las he ido recolectando en el camino de mi vida. Lo único que he comprado son las revistas, todo lo demás ha sido regalado. Mi colección vale mucho porque son cosas de ellos para mí. Tiene un toque especial que me hace ser único y el número uno.
¿Cuál es la lucha en particular que más recuerdas y por qué?
Recuerdo las luchas del Toreo de Cuatro Caminos y me emocionaba llegar con ese monstruo de muchas cabezas, el coloso sensacional, porque era algo enorme. Hacía largos viajes para acudir como aficionado a ese impresionante lugar. La lucha libre que más recuerdo es el mano a mano entre Dr. Wagner Jr. contra el Mesías. Fue una lucha de 56 minutos, a ras de lona, emocionante. Ya que no solo se entregaron los luchadores, sino que hasta yo recibí un reconocimiento de la prensa especializada por haber sido el réferi de esa lucha.
¿Cuál país consideras que tiene el mejor estilo de lucha libre actualmente?
El país que tiene el mejor estilo es Japón, porque los luchadores nipones en su mayoría vienen a nuestro país a prepararse. Regresan a su país con el aprendizaje para ser estrellas. Viva la lucha libre mexicana, patrimonio cultural de la humanidad. La lucha libre es el mejor deporte del mundo.
Si pudieras revivir a un luchador, ¿quién sería y por qué?
El luchador que me ha dejado marcado por su excelencia es El Solitario, ya que era un luchador completo y además ídolo de toda la afición. Si se pudiera me gustaría verlo y ser réferi de una de sus luchas. Lo recuerdo con cariño, ya que una semana antes de morir me dijo que regresaría a Tampico a luchar para regalarme una máscara y un equipo. Desgraciadamente entró en una cirugía y falleció, uno de los mejores luchadores de la historia de la lucha libre mexicana.
¿Cuál es tu palabra favorita?
Mi palabra favorita es dos, dos. Ya que mi conteo es uno, dos y ahí me quedo. Así me conocen los aficionados y hasta me hacen la señal.
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