Tiempos aquellos cuando el futbol se disfrutaba intensamente, bajo el inclemente astro rey que pareciera convertirse en otro invitado al juego de domingo por la tarde.
Graderías del Tamaulipas encendidas de azul celeste, olores a mar y tierra, color que sabe a casa, porque los "Celestes" jaibos debutan en primera división el 31 de julio de 1977, enfrentando al América.
TEMPORADA 77-78
Cohetones en el cielo anuncian la salida de los equiperos locales al tiempo que la fanaticada vitorea alegremente al recién formado equipo jaibo gracias a que Felipe Arregui, dueño del inmueble del Tamaulipas, que adquirió la franquicia de Santos de San Luis. -Tampico se formó de tres grupos - menciona el defensa Juan Manuel Blanco -: jugadores que provenían del equipo sanluisino, además de los conjuntos de segunda división, Tampico, y de los Avispones de Morelos, que promocionaba el ex jugador y promotor Gisleno Medina, quien también fue llamado para pertenecer a la directiva celeste.
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Medina fungía en lo que en la actualidad sería el trabajo de un director deportivo, encargado de las contrataciones, ayudar a planificar la temporada; incluso, propuso al ingeniero Arregui la contratación del técnico Horacio Troche, mundialista en Chile 1962 e Inglaterra 1966.
Acerca del entrenador uruguayo, Blanco refiere: -Troche había jugado en la Bundesliga alemana, de manera que exigía bastante trabajo físico. En la mañana gustaba de llevarnos a Tancol, al cuartel militar a correr junto a los soldados, también a la playa, a las Dunas, para después en la tarde pasar al trabajo táctico en el estadio.
La ausencia de futbol de primera división en la zona terminaba al escucharse el silbatazo inaugural del árbitro Armando Rivera, ante la presencia de alrededor de treinta mil aficionados que contemplan a los "celestes jaibos" que alinearon de la siguiente manera: Ledezma, Arteaga, Medina, Juan Manuel Blanco, Hernández, Gómez, Marón y Jaramillo, Caballero, Jácome y Arias.
Sobre la fanaticada, Blanco puntualiza: - Cuando a mitad de la década de los 70 viaja con el Cuautla de segunda división al Tamaulipas, constataba que Tampico poseía una magnífica afición que gustaba de presionar, desesperar, inclusive enardecer con sus gritos a los rivales. Ya cuando tuve la fortuna de jugar con el conjunto celeste me percaté del apoyo inmenso de la gente que en cada momento motivaba a sus jugadores para alcanzar la victoria.
EL PRIMER TIEMPO SERÍA ATRACTIVO
A los 18 minutos en una triangulación Reinoso, Ortega, De la Torre finalizaría sirviendo pase a Luisinho, quien fusilaría a Ledezma para el tanto capitalino.
Los celestes empataron en el mismo primer lapso. Jácome cobraría tiro de esquina para que Pedro Medina rematara fuerte, cruzado, venciendo a Pedro Soto.
En este partido contra el cuadro de los “Millonarios”, Troche alinearía a 4 de los 6 integrantes que provenían de Avispones de Morelos: Juan Manuel Blanco, Abel Hernández, José Luis Arias y José Luis Jaramillo, precisamente Blanco, quien contaba con vasta experiencia en la división de ascenso, debutaría en la primera división en ese partido.
-Mi debut fue de ensueño -rememora Juan Manuel Blanco -: tarde de domingo, calor asfixiante, estadio a reventar enfrentando a uno de los grandes conjuntos de México. Los primeros minutos jugaba entre nubes verdes, marcando a su delantero estrella, José de Jesús Aceves, hasta que recibí un codazo en el partido que me hizo volver a la concentración del juego y me permitió tener la debida aplicación táctica para que Aceves no anotara.
En cuanto a lo que significa el cambio de jugar en una categoría y otra, afirma: - Jugar en primera división no es fácil, tampoco imposible.
En esos encuentros tuve conciencia de que era más difícil jugar en segunda que es más fuerte el juego, todo el tiempo presionando, mientras que en primera permiten tocar la pelota, pararla, pensar a dónde dirigir el balón.
Juan Manuel Blanco, de buena altura, con destreza a la hora de cabecear y de magnífico golpeo de balón con las dos piernas, se desempeñaba de stopper en la zona de la defensa, realizando mancuerna con Pedro Medina, quien quedaba retrasado logrando las coberturas. -Trataba de marcar a presión al delantero - manifiesta Blanco-, encimarlo, anticiparlo porque un jugador hábil puede llevarte a velocidad, entonces buscaba que no tuviera balón a modo, que no pudiera darse la vuelta con esférico controlado.
AVATARES EN EL FUTBOL
En cuanto a los avatares que posee el balompié, Blanco reflexiona: - En el futbol existen las adversidades como en la vida, por eso debemos entrenar adecuadamente. Horacio Troche poseía una idea futbolística sobre que si el portero gritaba que dejaras el balón pasar o en su poder había que hacerlo, aunque un servidor opinara lo contrario.
En un partido en el Tamaulipas contra el Cruz Azul, Marín despeja por alto, estoy para romper la pelota cuando escucho una voz que me dice "déjala"; pienso que es el guardameta, entonces dejo suelto el balón, llegando el "Alacrán" Jiménez para anotar. Esto a los 4 minutos de iniciar el juego, sentía que me tragaba la tierra.
Tuve que reponerme pronto porque la mentalidad de brindar un buen partido no debe venirse abajo nunca, ni cuando un defensa concreta un autogol o el delantero falla un penal, debemos contar con la capacidad de levantarnos para seguir entregando el mejor esfuerzo.
El silbatazo final se escucharía cuando el dorado ocaso aparecía en el horizonte, dictando el triunfo para la visita 2 a 1, anulándosele un tanto legítimo al Tampico por conducto del "Toro" Gómez que hubiera decretado empate a dos. - Esa tarde partimos del "Tamaulipas" tristes -alude Blanco. - Sabíamos que pudimos obtener un resultado satisfactorio, pero son cosas que también tiene el futbol.
Cuando comienzas esta breve carrera en las canchas, posees el sueño de jugar en primera división y gracias a Dios cumplí este deseo, porque siempre me gustó jugar este bonito deporte. En Tampico debuté a los 25 años, retirándome a los 29. Quedo agradecido con el futbol.
JUAN MANUEL BLANCO
"Troche había jugado en la Bundesliga Alemana, de manera que exigía bastante trabajo físico. En las mañana gustaba de llevarnos a Tancol, al cuartel militar a correr junto a los soldados, también la playa, a las Dunas, para después en la tarde pasar al trabajo táctico en el estadio".