Los 80, tiempos en que el fútbol mexicano se destacaba por el talento para mover con sapiencia el esférico. Las temporadas largas. Las playeras alejadas de anuncios publicitarios. Época en donde se desplazaban por la cancha hombres que azotaban inmisericorde el balón: Kiese, “Pata Bendita”, “Tuca” Ferreti, Güeldini, “Cabinho”, jugadores que las memoriosas aficiones que atestaban las tribunas llamaban “cañoneros”.
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TEMPORADA 83-84
Tampico-Madero se presenta ante su fanaticada en la jornada 2, en un encuentro contra el Atlante que desde el minuto 35 perdía 1 a 0, y ante lo cual el técnico Carlos Miloc rememora su linaje charrúa, murmurando palabras de otra leyenda, Pep Guardiola: “No hay nada más peligroso que no arriesgarse”, implementando un poderoso esquema ofensivo y con ello logrando que a un jugador tampiqueño le acometan falta fuera del área.
El cancerbero Rodríguez coloca barrera de 5 atlantistas, al momento que tres jaibos se perfilan: Galindo, Hernández, Castillo. Finalmente, un jaibo que llega desde el lateral derecho acomoda la pelota: José Luis Aldrete, cañonero mexicano, poseedor de verdadera nitroglicerina en sus botines y a quien el popular comentarista deportivo Enrique “El Perro” Bermúdez, al observarlo pegarle a la pelota con fortísimo rencor, lo bautizara con el apodo de “El Dinamita”.
Sobre la fanaticada local, Aldrete afirma: -La gente de Tampico tiene más ambiente que la de Toluca, que es más fría. En Toluca con una jugada mal o que perdiéramos un partido, ya para el próximo encuentro en casa, empezaban a abuchearnos. En Tampico no, te apoyaban fuertemente para que pudieras levantar la cabeza y siguieras adelante.
De don Carlos Miloc señala: -Exigente, le gustaba poner orden en el vestidor. Fuerte al hablar, hasta al pasar a lado imponía su presencia. Bajo la particularidad de ser identificado como cañonero- menciona -existían bastantes, todos extranjeros; yo era el único mexicano en ese periodo. Ahora ya se extinguió ese tiempo, sobre todo, un lateral que se distinguía por meter tantos goles; yo llegué a anotar hasta 10 goles por torneo.
Aldrete fue contratado para los torneos “Prode 85” y “México 86, donde volvió a convertirse en guardián indiscutible de la parcela derecha, del conjunto de Carlos Reinoso.
En cuanto al sistema que implantaría el chileno, Aldrete señala: - Se trabajaba en dos sesiones al día, con Miloc era más relajado el entrenamiento, menos tiempo; con Reinoso se citaba a las 7 de la mañana y a las 7 de la noche. Manejaba bien la motivación, don Carlos no le gustaba trabajar lo táctico, era más bien práctico. El equipo con Reinoso se hizo dinámico, fuerte, mejor en condición física, se realizaron más goles, más variantes a la ofensiva, se mejoró en todos los aspectos.
El graderío se encontraba expectante mirando al “Dinamita” Aldrete tomar vuelo, al instante que Rodríguez solicitaba estar preparados por algún rebote.
“El Dinamita” se encarreró para pegarle al esférico que, cual rayo, cruzó por encima de la barrera, incrustándose en el ángulo superior, al tiempo que cerca de 30,000 espectadores gritaron eufóricos el primer gol de quien se convertiría en un referente Jaibo. Más tarde Revétria terminaría de redondear la tarde y colocar la cifra definitiva de 2 a 1, favor del Tampico-Madero.
El estratega vizcaíno Andoni Bombín cuestiona: “¿Hay algo más bonito que celebrar un gol?” Pregunta que respondería sin vacilar Aldrete: -Anotar un gol es una enorme satisfacción, sobre todo cuando se trata de un conjunto histórico, América, Cruz Azul, Guadalajara, porque son partidos esperados por toda la afición. Cuando el estadio está lleno, con llegadas de un lado y otro y no cae el gol y que te toca meterlo, el gozo es mayor, más cuando es el del triunfo. Al portero que más goles le realicé fue a Héctor Zelada, fueron 5 o 6 goles, uno de ellos fue en la final en Tampico.
Un hecho curioso que sostuvo Aldrete en el Tamaulipas se produjo, cuando alternaban las playeras de juegos de local o visitante: -Jugábamos con la camisa de Tampico medio tiempo - comenta Aldrete - y con la orinegra el segundo. Una vez salimos con la de Cd. Madero y nos abuchearon, tuvimos que regresarnos a los vestidores a ponernos la de Tampico. De visitantes jugábamos más con la playera amarilla con negro.
Actualmente Aldrete radica en La Experiencia, Zapopan, Jal. en donde el legendario Club Imperio lo acaba de nombrar director deportivo: - Formar futbolistas integrales - Señala Aldrete - esa es mi misión, fortalecer nuevamente el semillero que fue el Club, que en los tiempos que generaba jugadores, tenían cerca de 250, jugando en las diferentes divisiones. Ahora toca enseñar a los jóvenes que luchen por un bien, que, si no llegan a realizarse como futbolistas, sean buenas personas.
A la distancia Aldrete reflexiona: - El fútbol viene de familia, mi padre Jesús “Chita” Aldrete jugó profesional para el Atlas, donde fue campeón en la temporada 50-51. Siempre hemos vivido para el fútbol, hasta la fecha, por eso estamos agradecidos, porque Dios nos dio ese don de ser futbolistas. Siempre me consideré un jugador entregado, entrando al terreno de juego a brindar todo por el equipo y por la afición de Tampico, que siempre alentaba y que es de las mejores que han existido en México.