Tampico y Madero, ciudades hermanas, ha sido cunas de deportistas que han puesto muy en alto el nombre de nuestras ciudades y por ello los miles y miles de aficionados los recuerdan con mucho cariño por sus grandes cualidades con las que lograron destacar en los equipos de esta zona conurbada y hablando de futbol del Tampico F.C. (La Jaiba Brava) y los Orinegros del Ciudad Madero.
De esas decenas de futbolistas que destacaron en el balompié mexicano y orgullo de los tampiqueños y maderenses, hoy recordaremos a Javier Zapién Pacheco, jugando como lateral derecho en estas dos oncenas (Tampico y Madero), un hombre que combinó sus dos carreras, la de estudiante de Medicina y de futbolista amateur y que las culminó con el título de Médico General y Futbolista Profesional.
“Siendo un adolecente, Rodolfo “El Popo” Atencio me invitó a jugar con el Tampico en juveniles de la Liga Tampico Reforma y posteriormente en el equipo Las Mercedes de la Liga Mayor y en ese conjunto crecí como futbolista, hasta lograr que me seleccionaran para torneos estatales y por ese entonces a mediados de los 60, un argentino, Nito Osvaldo Veiga, que había jugado con la Jaiba Brava y ahora trabajaba en esa institución como observador de jugadores amateurs, me invitó a entrenar con los Celestes Jaibos, don Grimaldo González fungía como técnico y don Carlos Fernández Alonso, Albino Sosa y Joaquín Madaria como directivos”.
“Claro que fue muy difícil mi estancia en el Tampico, con jugadores de mucha experiencia, Tampico buscaba ascender a la máxima división, el Ciudad Madero estaba en la Primera y la Jaiba se reforzó con exelentes jugadores como Carlos Calderón de la Barca, “El Pichicuaz” Garrido, El Mulo Gutiérrez, “La Pina” Arellano, Memo Méndez y una cantera local encabezadas por Javier “El Puyín” Guzmán, Paco Goldaracena, “El Papi” Navarro, “La Vaquita” Gómez, Miguel Domínguez, Miguel Saint André, Raúl “La Perrita” Guzmán, Arturo “El Güero” Sánchez, Genaro Torres, Gustavo “El Gato” Cuenca y “El Conejo” Mora, por citar algunos exelentes y grandes jugadores, me fue muy difícil posesionarme del puesto titular, pero don Grima me tenía confianza, por cierto este plantel por poco y logra el ansiado ascenso en un dramático partido contra los Jabatos de Nuevo León, nos lo quitaron en La Martinica de León, Guanajuato”.
Posteriormente la directiva que encabezaba don Carlos Fernández acordó jugársela con jugadores de esta zona y se fueron las estrellas y arribaron jugadores como “El Bacho” Salazar, Oscar Narro,Germán García, Ricardo Díaz, Ramiro Franco, “Pilo” Chirinos, Lucho Roman, Óscar Cortez, Memín Delgado, Benito Pimentel, Lobato, Chava Meza, Vicente Calderón y con la experiencia del “Papi” Navarro, Paco Goldaracena, Tacuarín Ceballos, Paco Solís y el Nene Martínez (único fuereño), nuestro conjunto celeste estuvo arañando la máxima división.
Mis últimas temporadas con la Jaiba fue con la directiva de Isauro Alfaro Solórzano y Anita Marín de Nuñez de Cáceres, tuvimos el ascenso en nuestras manos en una fiera pelea entre el Tampico y el San Luis de Chava Reyes, pero nos vetaron la cancha por la bronca ante el Morelia en el Tamaulipas y finalmente los Tuneros lo lograron al vencernos en su cancha.
Ya con mi título de médico, pensando en el retiro, me llegó una oferta de parte de la directiva de los Orinegros y no me hice del rogar, firmé con la suerte de jugar en la Primera División, por cierto en un partido ante el América, me tocó marcar a Carlos Reynoso y quizás fue mi mejor partido de mi vida como futbolista, los comentaristas deportivos de la capital, entre ellos Ángel Fernández bautizó a Javier Zapién como el Dr. No, personaje maléfico que le hacía la vida de cuadritos al agente británico, el 007.
Hoy por hoy está dedicado a su profesión, el médico Javier Zapién Pacheco, felizmente casado, con dos hijas, recuerda con melancolía su gran carrera de futbolista, se jugaba según él (y yo también) con gran amor a la camiseta, honor a quien honor merece: Javier Zapién, un jugador de garra y de marca que se adelantó a su época como lateral-volante-extremo, una especie de carrilero derecho, ése fue el famoso doctor No, Orgullosamente nacido en tierras tampiquñas.