CELAYA, agosto 3.- Ni tan favorito Celaya ni tan inferior la Jaiba Brava. El estadio "Miguel Alemán Valdés" abrió sus puertas para convertirse en el escenario del primer encuentro de la segunda fecha en la Liga Expansión, donde Celaya y TM igualaron a ceros. El duelo ofreció emociones y llegadas, pero careció de la claridad para obtener a un ganador. Al final quedó la insatisfacción que siempre deja un empate para la grada, por lo que dicho encuentro quedó a deber.
El arranque fue electrizante. La Jaiba Brava intentó dinamitar desde el silbatazo inicial y antes del minuto, Luis Loroña puso a todos los presentes de pie. El dorsal número 21 le ganó la marca a Illescas, metió el acelerador y en solitario se filtró al área, ahí encaró a Guillermo Allison, quien le dio lectura a su disparo y sin complicación pudo cortar el peligro.
Los toros también tuvieron las suyas, principalmente con intentos de media distancia de Lara y Miranda que pasaron cerca, pero no inquietaron demasiado a Marco Millán. El cotejo empezaba a asentarse, mientras que el cielo poco a poco se despejaba y la lluvia llegaba a su fin, lo que de cierto modo ayudó para que ambos cuadros pudieran mostrarse más cómodos.
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En el banquillo, tanto Hernández como Espinoza analizaban detenidamente aquella vía que le ayudara a sus pupilos a llegar al área de su rival para abrir la contienda. El balón parado se convirtió en la mejor arma de Celaya, mientras que el juego aéreo fue el revulsivo de la Jaiba Brava, sin embargo, ninguno pudo concretar y se fueron al descanso del medio tiempo con la pizarra en blanco.
Para el complemento y en busca de una reacción, Hernández mandó al campo a Diego Torres, al tiempo que Espinoza apostó por Emmanuel Hernández. La búsqueda para los vestidos de blanco fue liderada por Leobardo López. El capitán repartió el juego a sus compañeros, movió los hilos del ataque y también probó con un tiro fuerte que buscaba colgarse a segundo poste, pero no alcanzó a cerrar.
En las contras, la desesperación se adueñó del TM, por lo que no supieron responder ante los múltiples ataques, y fue ahí que el cancerbero Marco Millán se echó el equipo al hombro.
La última antes de peligro corrió a cargo de Torres. Mauro Fernández desbordó por la izquierda, mandó un centro y el artillero se lanzó para empujar el esférico, aunque para su mala suerte el trazo le quedó largo y terminó tendido en el césped.
Al final, el reloj marcó el final y ambos bandos se tuvieron que conformar con una unidad para sumar su primer empate del torneo.