Han sido 38 años ininterrumpidos de acumular kilómetros y kilómetros. Ignacio Quintanar Trejo asegura que la felicidad de correr y competir le permiten sentirse pleno, más allá de ganar o no. El atletismo se ha convertido en parte esencial en la trayectoria de este destacado deportista, que todavía ¡va por más!.
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"Son ya 38 años ininterrumpidos de estar en este bonito deporte. Inicié en marzo de 1983 en una carrera que organizó el Conalep, antes de la de Serafín Rodríguez; en ese tiempo no tenía club, así que comencé a correr libre o representando a mi colonia", recuerda Nacho Quintanar.
"En 1984 me uno al Club Lobos de Ciudad Madero y ahí estuve tres años, después me patrocinó el SUTERM, que tenía poco de haber formado su club y me quedé con ellos dos años más", rememora el reconocido corredor.
"En 1990, un grupo de compañeros y yo recibimos la invitación para seguir dándole vida al Club Michoacana, y desde ese año hasta la actualidad he seguido portando los colores de este gran equipo.
Y gracias al apoyo del patrocinador pudimos salir a participar en diferentes ciudades y estados del país, hasta llegar a participar en dos ocasiones en la carrera de la amistad en McAllen, Texas", menciona.
Nacho Quintanar es agradecido con Dios por permitirle correr. "Ha sido maravilloso haberme decidido por este deporte, en donde, gracias a Dios, la mayor parte de las carreras en que he participado he podido subir al podium de ganadores, aunque claro, también hubo ocasiones en que me he quedado sin premiación.
"Gracias a este deporte he conocido a muchísima gente, muchos atletas de renombre con los que hemos convivido y hemos sido parte de muchas anécdotas, con las cuales se va formando la historia y, como he dicho, aquí se gana, se pierde, pero la felicidad y satisfacción de ir y enfrentar a otros corredores es algo muy especial, que a lo largo de tantos años y de muchísimas competencias hace que uno se sienta pleno, o contento, de poder seguir participando en las competencias atléticas.
"Además es una gran satisfacción ser parte también de la historia del Club Michoacana que ya tiene 40 años y por donde ha pasado una gran camada de grandes corredores. En fin, es una gran satisfacción el poder, sin darme cuenta, cumplir tanto tiempo estando activo en este deporte, donde todo ha sido por gusto propio, sin tener que rendir cuentas a nadie y mucho menos darle gusto a alguien", añade.
Aunque el atletismo es parte fundamental de su vida, también lo es la familia, pues afirma que "no sé si he sido ganador o perdedor, pero mi máximo premio es la satisfacción de poder seguir disfrutando cada momento de la vida con mi madre y mis hermanos".