Con el silbatazo inicial de cada partido nacen los sueños y la emoción de los niños y jóvenes en la cancha; pero la fiesta deportiva por el 74 Aniversario de El Sol de Tampico, que tiene sede la Ciudad Deportiva de Tampico, Tamaulipas, es mucho más que eso: une a la comunidad.
En punto de las 15:00 horas del día jueves 14 de noviembre, los jóvenes jugadores se hicieron presentes con su indumentaria completa, acompañados de sus padres para vivir la experiencia deportiva y competir por alcanzar el campeonato de sus respectivas categorías.
Lo que se vive a nivel de cancha: un tiro, un pase o una atajada
Al poner el primer pie en la cancha, los pequeños atletas saben muy bien lo que se están jugando, se muestran nerviosos pero también notablemente emocionados por patear el balón, lograr una atajada, salir con la portería imbatida, romper las redes con tantos goles como puedan, en pocas palabras, conseguir una victoria contundente.
Los entrenadores hacen su trabajo organizando a su equipo desde el banquillo, analizando para perfeccionar, realizando cambios y gritando para darles a conocer a los suyos los ajustes que deben realizar para mejorar en táctica.
Hay celebraciones y cansancio por parte de los jugadores, pero sobre todo, un anhelo por ser quienes dominen en el campo de juego. Sin importar que sean categorías menores, el nivel de juego es impecable, se nota el esfuerzo y las ganas de salir victoriosos en cada partido disputado.
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Las gradas y el apoyo de la familia marcan una gran diferencia
¿Y qué sería del futbol sin las porras, sin el apoyo de la tribuna? Ellos muchas veces son el alma, el ambiente, la asistencia perfecta para consumar el gol con lo que se ve en el partido, y más, cuando es tu hijo, tu sobrino o tu hermano quien anota un gol o salva de una anotación del equipo rival.
Los padres y la familia de los jugadores se hacen presentes con tambores, matracas, megáfonos o simplemente a pulmón limpio, utilizando máximo sus cuerdas vocales para apoyar a sus pequeños, animarlos mantenerse en pie de lucha sin cesar.
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Tal es el caso de Daniella y Oziel Siller, quienes con orgullo reciben con los brazos abiertos a su hijo Mateo Siller, el guardameta de 13 años que logró la hazaña de mantener su portería imbatible en la goleada de su equipo Gallos Blancos OMC 13- 0 Escuela Cruz Azul Real Esfuerzo.
Árbitros, los grandes jueces
Es de reconocer lo logrado por los futbolistas y también el apoyo brindado de sus familiares, pero no hay que olvidarnos de aquellos quienes se encargan de mantener el control de la acción, aquellos que portan el silbato y tarjetas de amonestación: los árbitros.
Jhael Moran se encargó durante el primer día de la copa de supervisar cuatro partidos seguidos sin descansar, buscando en cada partido mantener el juego limpio, colaborando con tener un espectáculo digno y justo para cada lado de la cancha.
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Sin duda este certamen que convoca a decenas de jóvenes con la intención de mantenerlos en la línea del deporte en el marco del 74 Aniversario de El Sol de Tampico no solo une a los jugadores, sino a toda una comunidad.
Con información de Gustavo Corona