Jugador de gran talento que derrochó su calidad en las canchas de la primera división durante la década de los setenta y ochenta, Fabián Rosas Gaytán brilló en Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, Cruz Azul y Tampico-Madero.

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Es de los pocos futbolistas que ha cubierto prácticamente todas las posiciones en la cancha, pues en alguna ocasión tuvo incluso que ponerse bajo los tres postes.

Con la oportunidad al inicio de su carrera de jugar con Tigres o Monterrey, Rosas Gaytán prefirió viajar a la “perla tapatía” para enrolarse con Tecos, labrando una prolífica trayectoria con el cuadro universitario, pero además, tuvo la oportunidad de acudir al Mundial de México 86, aunque una lesión impidió que demostrara su capacidad futbolística en la máxima vitrina del balompié.

Nació en Tampico el 15 de junio de 1957, hijo de Fabián Rosas, quien le inculcó el gusto por el futbol y Benita Gaytán. “Provengo de la colonia Trueba, un sector del que han surgido muchos buenos jugadores como el 'Abuelo' Azuara, Paco Solís que era vecino de la colonia Americana y Jorge 'Tato' Ruiz, quien era mi vecino y a quien le tengo mucho aprecio pues con él empecé a jugar en la calle (colocábamos cuatro piedras a modo de porterías) y más adelante me llevó a jugar con el equipo de la Papelería ABC, donde también jugaba el 'Abuelo' Azuara”.

Con apenas 17 años, el mismo "Tato" Ruiz lo recomienda a Correcaminos, en 1974. “El equipo acababa de ser invitado a jugar en la Segunda División pues había tenido una muy buena temporada en Tercera, ese Correcaminos que nace en Tampico y en el que estaban Jorge Garibaldi, Federico Perkins y el mismo 'Tato' que era un magnífico jugador. El dueño del equipo resulta que conocía bien a mi papá jugando en el balompié amateur así que me quedé dos temporadas con Correcaminos”.

EL SALTO A TECOS

Diego Malta, en ese entonces entrenador de Saltillo, equipo que pertenecía a la organización de Tecos de la UAG, fue quien observó a Fabián Rosas en un duelo entre el cuadro coahuilense y Correcaminos. “Él trabajaba para Tecos dirigiendio a un equipo que le habían comprado al Monterrey, el Saltillo y Diego lo andaba dirigiendo y cuando nos enfrentamos me observa y me recomienda a Tecos. En la segunda vuelta jugamos aquí en Tampico. Ese partido me trae grandes recuerdos, ya que el marcador quedó 4-3, ganamos y los cuatro goles fueron míos y los tres de Saltillo fueron del 'Abuelo' Azuara, ahí mismo me confirman que me voy a Guadalajara y soy observado por el técnico Carlos Timoteo Griguol y él me da el visto bueno para que me quede con Tecos, en 1976”.

“Modestia aparte, yo tenía la invitación de Monterrey y Tigres para incorporarme y hacer unas pruebas con sus equipos, pero yo escojo a Tecos y fue así porque en Guadalajara no había nadie de aquí de Tampico y en Monterrey estaban varios, Paco Solís, 'El Güero' Saldívar, 'Bacho' Salazar, Garibaldi, Ricardo Díaz. Entonces decidí irme a Guadalajara”. Recuerda que firmó un viernes, mismo día que lo buscan del América para invitarlo “pero yo ya estaba con Tecos y la verdad no me arrepiento de mi decisión. Tuve otras dos oportunidades de ir al América, conocía a Panchito Hernández, luego llega como presidente al América un gran amigo, Hugo Enrique Kiese y también quería llevarme al América”.

De Tecos, asegura que fueron doce años extraordinarios, “no puedo hablar mal de nadie porque a mí me trataron extraordinariamente, fui muy feliz pues además me dieron como regalo mis dos hijas que nacieron en Guadalajara”.

TODAS LAS POSICIONES

Jugando con Tecos sucedió que en una sobremesa el entrenador Héctor Núñez le comenta que se preparara porque iba a jugar de defensa central. “Fue algo raro, yo comencé a jugar como centro delantero, luego me bajaron a la media cancha y pensé que estaría loco para aceptar jugar en defensa”.

“El día que me pone de central es en un partido aquí en el Tamaulipas contra Tampico; expulsan a José Luis Trejo faltando 8 minutos para el primer tiempo y nada más me hace la seña de que me vaya para atrás, me preocupé por tener que jugar al lado de Juan Manuel Álvarez, un señorón en la defensa y que además fuera de la cancha me enseñó mucho. Ahí debuté de central como líbero”.

“En 1986 teníamos un partido muy importante contra Morelia en Morelia y se nos enferma Fernando Lozano, pero teníamos otro jugador, otro central, Víctor Elizalde, pensé qué bueno, ya se enfermó Fernando pero está Víctor. Esa fue mi idea, pero en la plática previa al partido me dice Helmut Senekowitsch, 'vas a jugar de central'. Fue en el tercer partido de la temporada y ya no me quitó de ahí, ganamos ese partido”.

“Víctor Elizalde, me contaron, le preguntó por qué estaba jugando él si yo era medio de contención y le contesta: 'lo está haciendo muy bien y ahí se va a quedar' y me quedé así toda la temporada.

“Había otro gran jugador, Eduardo Acevedo que venía de la selección uruguaya, él era 'stopper' y yo el líbero, nos metieron solo 17 goles esta temporada y la verdad me fue muy bien, también estaba el 'Oso' Salazar que fue campeón goleador, Carlos Aguilera". Posteriormente por necesidades del equipo pasó a jugar de lateral izquierdo, "La verdad nunca había jugado de lateral izquierdo, además no tenía una buena pierna izquierda. Luego en otra ocasión, en un partido contra Cruz Azul en el "3 de Marzo" íbamos perdiendo 1-0 y un jugador de ellos traía a nuestro lateral por la calle de la amargura. Entonces veo que el técnico manda a calentar a mi suplente en la media de contención que era Édgar Plascencia y pensé que me iba a sacar a mí, pero no lo estaba haciendo mal”.

Pero cuál sería su sorpresa que en vez de salir él, saca al lateral derecho Francisco Rodríguez y manda a Fabián a cubrir esa zona. “Quiero dos cosas, me dijo, que no toque la pelota el contrario y que vaya al ataque, quiero que me haga la jugada de gol. Nada más eso. Gracias a Dios ganamos 2-1 y las dos jugadas fueron mías por lado derecho y las cosas salieron”.

El día que jugó de portero fue contra Tampico en un partido en el “3 de Marzo”. “Expulsan al 'Pájarito' Cortés. Ya para entonces yo ya había jugado las 10 posiciones y faltaban cinco minutos de juego y pensé ahora es mi oportunidad, voy y le quito la playera a Prudencio y me la pongo yo. En el otro lado estaba Benjamín Galindo. Al final ganamos 3-2 y terminaron por expulsarme, pues Arturo Brizio consideró que estaba haciendo tiempo, nos dijimos de todo y ¡me botó!”.