Estadio Azteca domingo 14 de mayo de 1978, partido entre “Cremas” y “Jaibos” que se dirimen la honra de transitar a la semifinal del futbol mexicano en el primer tiempo Tampico, frente a la incredulidad de la afición capitalina, ha derrumbado el mito de la altura para las escuadras que viajan a la capital, accionando con orden y sapiencia, apoyándose en su línea media conformada por Jácome, Ojeda, y Bertocchi, sostenidos por los laterales Ricardo Díaz y Carlos Arteaga que han maniatado a los talentosos Agustín Manzo y Carlos Reinoso recién ha comenzado el segundo tiempo.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
Arteaga, a quien compañeros de barrio les vendría a la mente la revista “Andy Panda y “El Pollito” Carlos, le adjudicaría desde pequeño el mote por el cual se le ubicaría futbolísticamente, “El Pollo”. Sería adquirido para jugar con Tampico en la temporada 77-78. Arteaga se desenvolvía con seguridad en diferentes zonas defensivas. -Medio de contención fue mi posición original -señala Arteaga. - En el “Santos” de San Luis, Carlos Miloc comenzó a rotarme, que se lesionaba un central me acomodaba en ese lugar, que faltaba un lateral me colocaba en esa posición, hasta dejarme en la lateral derecha, y cuando llegué a Tampico me afiancé en esa posición.
Primeros momentos del segundo tiempo. Saque de esquina en área porteña, el balón es lanzado por aire mientras que atacantes y defensores forcejean en el área. Vizcaíno, portero jaibo, sale a cortar el centro al tiempo que un delantero “Crema” prolonga al área menor. El americanista Kiese cabecea para encontrar la meta desguarnecida, el gol americanista ya se canta en las tribunas cuando la figura de “El Pollo” Arteaga con la cabeza silencia el grito de gol. -En ese córner estaba parado junto al poste -recuerda Arteaga. - Vizcaíno quedó lejos del esférico, me recorro para el centro y me aviento de palomita para sacar el balón de la misma raya.
Sobre su paso por Tampico, Carlos Arteaga evoca: - Cuando llegué a Tampico sentía que me ahogaba por el fuerte calor, pensé que no podría jugar, después me fui aclimatando. En los entrenamientos usaba polainas para que el pique en el juego fuera rápido, ya en los partidos venía, iba al ataque, marcaba. En un partido contra América me dice Cristóbal Ortega: -Ya párale de correr, me traes de arriba para abajo, porque en ese tiempo él jugaba de extremo, teniendo que seguir al lateral cuando subía al ataque.
Minuto 50 Ricardo Díaz controla el esférico para salir jugando por el corredor izquierdo, antes de entrar al área crema lanza el balón al otro costado para la aparición de Carlos Arteaga que cruza la pelota lejos de “Paco” Castrejón. - Cuando miro que Díaz avanza por la izquierda, decido hacer lo mismo, avanzando por la otra banda. Díaz, al observarme, envía el centro porque voy encarrilado y antes de entrar al área, mido que el balón se me pasaba, me vuelvo aventar de palomita y lo cruzo al lado derecho de Castrejón. Al momento de anotar, se escuchó fuertemente el murmullo de gol, pese a que la mayoría estaba al lado de América, nuestra gente de Tampico realizó el viaje, creyendo en nosotros, celebrando con entusiasmo la anotación.
Minuto 62. Los “Cremas” buscan horadar la meta Jaiba. Rergis remata un balón enviado por Reinoso, pegando en el poste derecho. La pelota regresa al campo para que Estupiñán contrarremate para concretar el tanto del empate. Negros nubarrones se forman en el campo celeste, la tribuna americanista, que se encontraba silenciada, se enciende en muestras de júbilo, parece que se aproxima la debacle tamaulipeca. -Sabíamos que podíamos obtener la victoria en México - relata Arteaga. - Aunque América fuera el primer lugar del torneo, y nosotros los últimos en calificar, estábamos jugando sin complejos. Poseíamos un cuadro competitivo: Sergio Silva, Ledezma, los centrales Esquivel, Núñez, en la media “El Chocolate”, Jácome, Ojeda y Bertocchi, adelante Jair, “Ricky” Mendoza, Marón, existía entre nosotros camaradería, todos corríamos al parejo, con el mismo fin: ganar.
Segundo Tiempo extra. Dueño de todo pronóstico “los Celestes Jaibos” siguen combatiendo, recordando que los grandes partidos son jugados once contra once, más allá de cualquier nombre. “El Güero” Aceves toma el balón, dirigiéndose al campo celeste donde Arteaga lo derriba para que el árbitro central “Teniente-Coronel” Mario Rubio le muestre la segunda amarilla - Una expulsión rigorista - explica Arteaga. - Aceves alargó el balón y como venía entrando lo obstruccionó. Mario Rubio me saca la roja. Le digo: “No le estoy tirando un hachazo”. Todavía antes de marcharme le dije: “Muéstrame qué playera tienes debajo de la camisa, porque se me hace que traes la del América”. Me llevaba bien con Rubio, pero esa ocasión sí me enfado.
Minutos después sería expulsado por reclamaciones la estrella americanista Carlos Reinoso, quien impotente recordaría sus palabras vertidas al finalizar el primer encuentro en el Tamaulipas, donde Tampico vino de atrás en un segundo tiempo para empatar a dos. Esa tarde en las regaderas un molesto Reinoso externaría a un reportero local: - No es posible que un equipo grande como América se dejara empatar, seguramente el próximo domingo eliminaremos al Tampico.
La serie de penales ha concluido, Tampico ha vencido al América en el mismísimo estadio Azteca. -Después de que Jácome anotara el penal definitivo - expresa Arteaga - vino a la mente el esfuerzo que habíamos hecho a lo largo de la temporada, y que satisfactoriamente estábamos avanzando a nuestro objetivo de convertirnos en campeones. Cuando llegamos a Tampico en el aeropuerto se encontraba una muchedumbre esperándonos. Apenas bajé del avión llegó gente para cargarme en hombros. Valoro bastante que a pesar de las décadas que dejé de jugar al futbol, la gente todavía me tiene presente, en la calle me saludan, me detienen para hablar de futbol, recuerdan mi paso por el balompié y eso importa más que el dinero porque es un reconocimiento al esfuerzo de una carrera dentro del futbol.