"Quiero volver a correr". Esas cuatro palabras resumen el anhelo, el deseo, la convicción de "Checo" Tijerina, resuelto a cumplir lo que para él es un sueño, pero también un reto al destino.
Un destino que cambió su vida aquel 17 de diciembre de 2017, cuando un accidente lo dejó malherido. Poco más de seis años después de aquel lamentable suceso, con determinación y siempre con la frase: "Si yo puedo, ¿por qué tú no?", el entrenador de futbol que en sus ratos libres es maestro de escuela primaria, se sincera: "Quiero volver a pegarle al balón, tengo esa inquietud, quiero pegarle al balón, quiero correr, a veces sí me desespero porque veo un balón y me quedo con ganas de pegarle como lo hacía antes".
Fue un duro golpe y lo acepta, aunque le costó trabajo en su momento asimilar la pérdida de su pierna izquierda y el brazo del mismo lado a consecuencia del accidente de autobús en que se viera involucrado en aquel 2017. Pero a Sergio Álvarez Tijerina no le da ya tiempo para lamentaciones, pues tiene sus días muy ocupados.
Por las mañanas de lunes a viernes da clases en una escuela primaria de Altamira, y por las tardes de los lunes, martes y jueves entrena a sus chiquitines de la escuela Altamira Rayados. No se diga el fin de semana, dedicado a dirigir a sus pupilos en los partidos en que toman parte dentro de las diferentes ligas del sur de Tamaulipas, pero al final de cada jornada suspira con la convicción de haber dado su máximo esfuerzo en cada actividad.
Siempre con el pensamiento puesto en esa idea que le viene rondando la cabeza desde hace varios meses, aunque sabe que para volver a correr no solo se necesitan ganas. También la prótesis adecuada y, si bien es cierto que el costo puede ser muy elevado, no quiere quitar el dedo del renglón.
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“De repente veo que hay diferentes tipos de prótesis con las que uno puede hacer un poquito más pero el problema es que son demasiado costosas, pero sirven mucho, porque yo he visto personas que andan corriendo con sus prótesis", señala.
Una protesis sin rodilla, socket y pie hecha con materiales mexicanos cuesta aproximadamente 20 mil pesos, pero llegan a costar 2 millones cuando se trata de una prótesis robótica, de titanio y fibra de carbón.
"Yo también quiero hacer cosas, pero después del accidente se me dificultó, y más por cómo quedó mi pierna derecha, porque luego no tengo apoyo de mi brazo izquierdo y sí, se me dificulta un poquito más poder hacer todas esas cosas que yo quiero lograr.
“Soy una persona terca. Persevero hasta que consigo lo que quiero y no voy a parar, a veces como que ya quiero correr, pero algo me detiene y pienso que me voy a caer si lo intento, pero espero algún día poder lograrlo”, afirma.
Sigue motivado
Luego de su accidente, lejos de alejarse de entrenar a los chicos de Altamira Rayados, ahora lo hace con más ganas, aprovechando su experiencia como maestro de primaria para darles a sus jugadores las indicaciones pertinentes.
“Es lo que me gusta y mucho, porque cuando estoy trabajando con ellos, me cuesta mucho estar tanto tiempo de pie y estarme moviendo de un lado a otro, pero siguen mis indicaciones y cuando tenemos que llevarlo a cabo en los partidos de futbol salen muy bien las cosas”, asegura gustoso.
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“Yo quiero que ellos vean que no hay límites y que si uno puede, ¿por qué ellos no pueden lograrlo también?, al final de cuentas, lo que uno les explica aquí que hagan ellos lo llevan a cabo el día del partido”.
Con 44 años de edad y originario de Tampico, “yo me considero de Altamira, porque más de la mitad de mi vida me la he pasado aquí trabajando como maestro de primaria y como entrenador de futbol”.
Recuerda que inició trabajando con el desaparecido equipo de Estudiantes de Altamira. “Luego me propusieron que formara una escuela en la Unidad Deportiva de Altamira y con 10 niños empezamos Halcones de Altamira, hace ya casi 20 años, para mí fue una experiencia muy bonita, de mucho aprendizaje y donde todas las personas fueron excelentes conmigo”, afirma.
"El accidente me cambió la vida"
“El accidente me cambió por completo la vida y de un momento a otro. Yo pensaba que saliendo del hospital ya iba a volver a caminar, mi mamá más que nada me decía: 'saliendo del hospital te ponemos la prótesis' y no fue así. Tardé casi un año para volver a caminar porque me la pasé mucho tiempo acostado, porque mi pierna se rompió en tres partes, traigo un fierro adentro, tengo tres tornillos en la rodilla, traigo dos placas en la pierna, en la otra me falta un pedazo de hueso, el cráneo se me abrió del lado derecho, en el hombro tengo una placa, creo que parezco Robocop”, afirma mientras suelta la carcajada.
Pero ya más serio asegura: “Gracias a Dios, valoro mucho lo que me he superado y he salido adelante, por algo principal que son mi familia, es por ellos que yo he salido adelante porque no quisiera que estuvieran solos”.
El futbol es su pasión
El futbol, afirma, lo trae desde pequeño, 4 o 5 años. “Iban mis amigos por mí y me llevaban a jugar. Luego en el CETIS 109 formé parte de la selección al igual que en el ICEST. Empecé jugando de defensa, luego de contención y terminé de delantero, aunque creo que jugué todas las posiciones.
“Jugué en Tercera División con el profe Sergio Lira, estuve entrenando en varios equipos de Altamira, jugué en varios estatales y nacionales y, la verdad, siento que sí me fue bien también, no llegué a profesional más adelante pero estoy contento lo que jugué también, siempre estuvimos representando a Altamira, y siempre ganándole a Tampico y a Madero”.
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“Checo” Tijerina insiste en que su sueño es volver a correr. Poco a poco se ha ido sintiendo mejor en su persona tanto física como emocionalmente, superando la adversidad luego de su accidente. “Ya no utilizo más la prótesis de la mano, me costó mucho tiempo quitármela pero nada más de repente dije un día, 'me la voy a quitar' y así ando bien a gusto, ojalá más adelante pueda tener la prótesis que quiero y poder hacer más cosas. Pero sobre todo, quiero correr”.
