Uno de los luchadores porteños más jóvenes pero con mucha experiencia dentro del arte del pancracio es El Patriarca, con apenas 28 años de edad, confiesa que no sabe cuándo llegó el gusto, simplemente ya desde pequeño sabía que algún día estaría arriba del cuadrilátero, nunca la vio como un aficionado común, siempre la observó como un gladiador en cuerpo de niño.
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“Por cosas del destino y de la vida, solito llegué a practicar la lucha libre, a la edad de 13 años tenía la inquietud, me gustaba, quería ir, pero no sabía dónde, mi familia en general vivía cerca de la Unidad Deportiva de Tampico, casi todos los días iba con mis primos a jugar ahí al campo "Joaquín Badillo", anteriormente había un edificio de oficinas y atrás daban clases de lucha libre el profesor Eddy López, y yo me quedaba a ver los entrenamientos, y un día nadie fue a entrenar, y nos llamaron para ver si no queríamos entrenar, lo hicimos, y al final el profe nos pone sobre la pared y me señala a mí, diciendo que tenía cualidades porque le eché ganas, porque lo vivía, disfrutaba los movimientos y que para él, el único que no iba a faltar a entrenar y a hacer algo en la lucha libre iba a ser yo, son palabras que se me quedaron grabadas en la mente”, comentó el gladiador.
Posteriormente a ese entrenamiento su familia no lo apoyó en primera instancia, pues lo llevaron a jugar futbol, taekwondo, tenis, sin embargo no quiso continuar en ninguno, ya que los papás no querían que arriesgara de más el físico, luego de que el deporte del costalazo era transmitido en televisión y veían situaciones que como padres no querían observar que le pasara a su hijo.
“Para yo seguir en la lucha libre y al no tener el apoyo de mis papás, les decía a ellos voy con mis primos a jugar al Badillo, y era mentira, nos íbamos a entrenar, hasta que un día el profesor Eddy López habló conmigo, me dijo que iba a debutar en una lucha de exhibición y que tenía que hablar con mis padres, hablé con ellos y la familia, y realmente se dieron cuenta de que era lo que me gustaba mucho”, aseveró el ídolo.
“Tengo una ventaja con mi personaje, porque gracias a Dios para el trabajo me hablan y me ponen en ambos lados, tanto el rudo como el técnico sin ningún problema, tengo la forma de hacer que la gente reaccione dependiendo en qué esquina salga, he estado en diferentes facciones, Los Titanes con Oro Negro y Pecador, La Devastación con Oro Negro y Gallo Dorado y actualmente Los Mal Vistos en donde aparezco con Síndrome y Gallo Dorado”, compartió el luchador tamaulipeco.
A través de su trayectoria ha podido pisar arenas en Monterrey, Poza Rica, Xalapa, Puebla, por supuesto el estado de Tamaulipas, pero una de sus oportunidades más grandes ha sido luchar en Orlando, Florida, lo cual describe como algo muy bonito, ya que conocen su carrera en otras ciudades, El Patriarca va en busca de retos, señala que quiere apostar su máscara y salir avante ante adversarios que tengan tapas valiosas y no solo por destaparlos.