“El Gallo”: jugar de frente

Uno de los escasos ejemplos del futbol que fueron invitados a dirigir siendo aún jugador activo

Manuel Meza | El Sol de Tampico

  · sábado 25 de abril de 2020

Su trayectoría es ampliamiente reconocida | Víctor Hugo Alvarado Morales

Temporada 1979-80, cuando los mayores atractivos turísticos de la ciudad se significaban por la playa, la asistencia a visitar las monumentales salas cinematográficas "Cinemas Gemelos 70´s”, y a concurrir religiosamente los domingos de cada quince días al estadio “Tamaulipas”, en una suerte de importancia como mencionaría el escritor John Anthony Burgess Wilson: “Cinco días trabajarás, como dice la Biblia. El séptimo día es del Señor tu Dios. El sexto día es para el futbol”.

Ignacio “El Gallo” Jáuregui fue contratado con la consigna literal de “formar un equipo” porque solo existía media plantilla de jugadores, no había porteros ni defensas. -Un entrenador es un gestor de recursos -apunta Jáuregui-. Me dirigí a Toluca a entrevistarme con Nemesio Diez, para prestarme a Enrique Hugo Esquivel, viajamos por Román Nájera, del Atlas; del Atlético Español recluté a Ignacio Ramírez; del León Carlos Gómez; de Guadalajara me traje a un jovencito que hice debutar, Benjamín Galindo. Porteros, fuimos por Francisco Castrejón y Vázquez del Mercado, en un tiempo en que no se acostumbraba tanto a realizar pretemporadas -recordaría Jáuregui.

El técnico Jáuregui gustaba de abrazar a los jóvenes, brindarles oportunidades, meterles el hombro, como sucedió con Benjamín Galindo cuando empezó a banquear a Narciso Ramírez. -Ya puedo regresar a jugar después de la sanción-, señalaba Ramírez. –No, va a jugar Galindo -le respondía tajante-. Porque Narciso era bravo y todavía le externaba y ya no andes dándoles de patadas a los contrarios. Te contrataron para jugar no para estar castigado. Necesitamos apoyar a los jóvenes porque son el futuro del futbol mexicano- comenta "El Gallo'.

Ignacio “El Gallo” Jáuregui, figura emblemática del balompie | Víctor Hugo Alvarado Morales

Parte de la filosofía de Ignacio Jáuregui es el llamado “compromiso y permanencia”. El compromiso comienza con el propio jugador, sobre qué legado quiere dejar, cómo quiere que le recuerden. ¿Cuántos años desea mantenerse? Si quiere dejar una grata imagen, tiene que ejercer una “buena permanencia”. ¿Y cuándo comienza la permanencia? No cuando ganes, empates o pierdas sino cuando finaliza el partido. En ese momento inicia el verdadero trabajo. Se debe entrenar, correr, quitar la pelota (antes se jugaba, ahora hay que quitarla). Cuidarse, descansar, porque en tiempo breve volverás a jugar.

Afirma que los goles hacen los juegos espectaculares, y es que en ese Tampico F.C. existían jugadores que estaban conectados con el gol, como Carlos Revétria que se distinguía por el buen remate de cabeza a servicios de Lira; Marón y Pomarico, virtuosos extremos que hacían evocar las palabras de Pier Paolo Pasolini: “El futbol es un lenguaje con sus poetas y prosistas”. Memoria aparte sería Edmundo Marón -Cuando entraba desde el principio, no explotaba, nada más lo metíamos el segundo tiempo y cambiaba el juego. La gente desde las gradas coreaba su nombre. Verlo jugar significaba un espectáculo"- decía " El Gallo”.

Foto: Manuel Chirinos | El Sol de Tampico

Sobre el mote de “El Gallo” expresa que lo acompañó desde que empezó a jugar, porque le gustaba hacerse respetar. Aunque no siempre las ganaba todas, sus adversarios terminaban temiendo volverlo a provocar. -Cuando llegué a la selección un jugador me llamó despectivamente; le señalé que conmigo no se metiera y que le hiciera como quisiera. Comenzamos la trifulca, apareció Fernando Marcos que en ese tiempo estaba como director del combinado. - ¿Qué pasa aquí? -Nada, señor-, le respondí. Esto es entre nosotros. Pienso que a Fernando Marcos le gustó mi carácter porque días posteriores me utilizó como titular.

Jáuregui es de los escasos ejemplos dentro del futbol que ha recibido la invitación a dirigir cuando todavía era jugador activo. En la temporada 1968-69 remplazó al entrenador Roberto Scarone en el banquillo del Monterrey. Institución que lo enviaría a capacitarse en Europa y Sudamérica, adquiriendo una formidable metodología para la enseñanza -Siempre he pensado que el que entrena juega - enfatiza Jáuregui. –Cuando llegué a Tampico estaba Jorge Garibaldi; le dije que necesitaba dinamismo en su juego, pues jugaba bien, pero estaba lento. Jorge se dedicó a entrenar, quedándose titular toda la temporada. Juan José Pomarico jugaba con la cabeza agachada. Le ponía un espejo y le decía que se peinara mirando el suelo. –No me veo, contestaba. Así es caray, el futbol se juega de frente, le dije.

Tampico F.C. calificaría esa temporada bajo la dirección técnica de Ignacio “El Gallo” Jáuregui, dejando a otro grande del balompié mexicano “El rebaño Sagrado” fuera de la fiesta grande. Jáuregui no solo fortaleció los cimientos de la nave jaiba con honestidad vehemente, sino que logró que el Tampico tuviera una reputación futbolística, como expondría el poeta de las narraciones televisadas Ángel Fernández: “Este equipo que trae la jaiba en el pecho, brinda unos asaltos peligrosísimos, obstinados, determinados por el Tampico, que también sabe frasear, sabe coordinar y empujar en bravísimos segundos tiempos”.