Desde joven e impulsado por su familia, Eduardo Mohamar Ongay se sintió atraído por la práctica del tenis, una disciplina en la que se ha destacado primeramente como jugador, y ahora como un reconocido entrenador con importantes logros en ambos casos y aunque de joven otra de sus pasiones ha sido el futbol, se decidió finalmente por el llamado “deporte blanco”, que le ha deparado grandes satisfacciones.”Ya son 34 años los que tengo en el tenis y sin duda el éxito de mis alumnos es mi principal logro”.
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Eduardo Mohamar Ongay nació el 8 de abril 1976 y recuerda que “juego desde los 10 años. Lo llegué a practicar porque mi papá me inculcó el deporte y cuando tenía 8 años recién cumplidos nos llevaba a la Unidad Deportiva de Tampico, al frontón, y en esta actividad duré jugando aproximadamente dos años”.
“Ahí fue cuando agarré por primera vez una raqueta”. Y literalmente, ya no la soltó. “Después nos hicimos socios de un club de tenis y ahí fue cuando empecé a entrenar y participando en torneos locales y foráneos a nivel infantil y juvenil”, cuenta Lalo.
“Simplemente, lo que más me gusta de este deporte es que convives con amigos, conoces gente de otros lugares ya sea de México u otro país y también haces muchas relaciones “, asegura. “Mis logros más importantes como jugador fue haber competido a nivel estatal, regional, como seleccionado en campeonatos nacionales a un buen nivel competitivo”.
LA INSTRUCCIÓN
Luego de una fructífera carrera como jugador y todavía joven, empieza a enseñar todo lo aprendido. “Me orienté a ser entrenador porque me invitaron, primero como auxiliar de entrenador en el club donde empecé a jugar este deporte y de ahí ya fui escalando para ser 'head-pro' del club donde actualmente trabajo”.
“Empecé en el Racquet Club de Tampico como auxiliar de entrenador y después me cambie al Centro Deportivo Español (mi actual club) ya como head-pro”, cuenta a El Sol de Tampico, Mohamar Ongay.
“Es importante para mí fomentar el tenis en los niños”, menciona. “Me gusta mucho enseñar lo que yo aprendí y me enorgullece ver a niños y niñas que tenían 6, 7 u 8 años, desde que empezaron conmigo que actualmente ya están en la universidad, becados por el tenis y jugando a un buen nivel y lo más importante que la relación con ellos nunca termina porque ellos ahorita tienen aproximadamente 20 o 21 años y la relación que había antes entre entrenador y alumnos cambia a una amistad especial con todos mis alumnos”.
Reitera: “Mis principales logros como entrenador, quiero reiterarlo, son ver actualmente a mis alumnos becados en sus universidades como estudiantes exitosos y excelentes personas, eso es lo que más me enorgullece”.
Y cuando se le cuestiona sobre el mejor tenista no lo duda. “Mi mejor jugador es Roger Federer”.
Sin duda una carrera que va para largo la de Lalo, toda vez que constantemente surgen nuevos pequeños que quieren aprender a jugar al tenis. ¿Y quién mejor para enseñarles que Eduardo Mohamar Ongay?