Jesús García Galván ha dejado huella en el boxeo, no solo por su trayectoria como púgil activo tanto a nivel amateur como profesional, sino también por la formación de excelentes peleadores en el ámbito de aficionados, algunos de ellos campeones nacionales e incluso han sobresalido llegando al deporte de paga. “El boxeo es todo para mí” asegura.
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García Galván, quien el próximo 12 de diciembre cumple 52 años, cuarenta de ellos dedicados al pugilismo disputó un total de 160 peleas en el ámbito amateur y otras seis en el terreno del boxeo profesional. “Me inicié en el box a los 12 años, viendo a mi hermano Domingo García Galván”, cuenta a El Sol de Tampico.
Fue entrenado por los mejores en el ámbito amateur, lo que le permitió alcanzar importantes logros, Emilio Echavarría (QEPD) el primero y luego José Antonio “Pilinga” Reyes . “En campeonatos nacionales obtuve cuatro medallas de bronce; por cuestiones de que yo estaba chaparrito, siempre participaba en la división de 75 kilos cuando en realidad debía pelear en welter ligero, medio ligero o medio”.
“En Mérida, Yucatán, fue uno de los mejores campeonatos nacionales para mí, pues la verdad es que todos los competidores eran muy fuertes y logré una medalla de bronce más,”, señala Jesús García Galván, entrenador de box en el Auditorio Municipal de Tampico.
Luego incursionó en el profesionalismo en donde disputó seis peleas aunque la contienda que más recuerda es la que le enfrentó con Carlos Cantú. “Carlos Cantú peleó por el campeonato del mundo de la Fecarbox, pero perdió, entonces me llevaron a mí como un 'escalón' y si él ganaba, le daban otra oportunidad pero yo le gané por nocaut en tres rounds, gracias a la preparación que tuve con mi entrenador José Antonio 'Pilinga' Reyes".
Tras su retiro de los encordados como peleador, toma la decisión de convertirse en entrenador a invitación de la “Pilinga” Reyes. “Tomo la decisión de volverme entrenador luego de que varios muchachos fueron a verme para que los entrenara; 'La Pilinga' me invitó a que trabajara con él, estuve como cuatro años y ya después nos separamos, él en la Unidad Deportiva y yo en el Auditorio pero hemos seguido colaborando, hicimos varios alumnos muy buenos, muy destacados pues hemos tenido siempre la fortuna y la bendición de Dios de enseñar, de darle lo poquito que aprendí a todo aquel que venga y que quiera aprender del boxeo”.
Alumnos destacados ha tenido bastantes, pero menciona especialmente a “Ramón Hidalgo, cuatro veces campeón nacional de Primera Fuerza, tres veces medalllista de Olimpiada Nacional y quien además participó en la Liga Mundial de Boxeo y peleó varias veces en el extranjero”.
También ha tenido la oportunidad, junto a su compañero inseparable la “Pilinga” Reyes, de colaborar en la preparación de peleadores profesionales. “Apoyamos a uno de ellos, a Adonai Rivas, cuando peleó por el campeonato del mundo en Monterrey, NL, y nosotros estuvimos en la esquina de él y luego estuvimos en la preparación de Julio Cesar Chavez cuando iba a pelear con el 'Macho' Camacho, estuvimos dos meses en su equipo”.
“¿Qué me ha dejado el boxeo?, pues muchas enseñanzas, he reído, he llorado, el boxeo es todo para mí y me ha dejado también muchos amigos, es lo primordial, yo sin ellos no sé que haría; además, la satisfacción de conocer lugares, gente, te conocen, los conoces”.
“Gracias a Dios”, añade, “hemos viajado por todo el país por el boxeo, hemos viajado desde Cozumel hasta Cabo San Lucas, por toda la República”.
“Yo me catalogo que fui un peleador que siempre iba al frente, me gustaba mucho el choque y más porque en los pesos medios, yo estaba chaparrito y me tocaban grandotes y entonces tenía que pelear la distancia media y corta”
“El boxeador que yo más admiro es Julio César Chávez, aparte de que trabajamos con él, considero que lo dio todo, en cuestión del deporte, por México”.
“Si Dios me presta vida y licencia hasta donde Él me diga yo voy a tratar de buscar el talento, apoyar a los muchachos que andan descarriados, tratar de llevarlos al gimnasio, que se olviden de otras cosas, ese es mi mayor anhelo, concentrarlos allá en el gimnasio”.
Con José Antonio Reyes, “La Pilinga”, lo une la amistad y la pasión por el boxeo. “Yo al principio cuando empece a entrenar que me invito a hacer equipo, acepté y de ahí hasta la fecha hemos hecho muy buen mancuerna”.
Además, aunque de momento ninguno de su descendencia ha incursionado en el boxeo, no duda en decir que en caso de que quieran dedicarse a este deporte los apoyaría aunque prefiere que se dediquen al estudio. Eso sí, cuenta con el apoyo incondicional de su familia para seguir en lo que más le apasiona, el box.