El ajedrez es un juego de estrategia en el que se enfrentan dos jugadores, cada uno de los cuales tiene 16 piezas de valores diversos que pueden mover, siguiendo ciertas reglas, sobre un tablero dividido en cuadrados blancos y negros. El objetivo final del juego consiste en “derrocar al rey” del oponente. Así define la Organización de las Naciones Unidas al llamado “deporte ciencia”.
Hoy precisamente, se celebra el Día Mundial del Ajedrez, fecha instituida por la Asamblea General de la ONU el 12 de diciembre de 2019, con el objetivo de conmemorar la fecha de fundación de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), hecho acontecido en París, Francia en 1924.
El deporte ha contribuido hoy y siempre a mejorar la salud física y mental de la humanidad, sobre todo en tiempos de crisis como la reciente pandemia provocada por el brote de coronavirus que obligó a recluirse durante buen tiempo, decayendo la actividad física producto de la emergencia sanitaria.
Sin embargo, el ajedrez ha tenido un crecimiento acelerado y ha contado con más jugadores que nunca para participar en eventos en línea, aunque con la reactivación de las actividades presenciales, cada vez son más los eventos que se realizan con jugadores presentes.
De acuerdo con las Naciones Unidas, “los deportes, las artes y la actividad física tienen el poder de cambiar las percepciones, los prejuicios y los comportamientos, así como de inspirar a las personas, derribar las barreras raciales y políticas, luchar contra la discriminación y distender los conflictos. Además contribuyen a la promoción de la educación, el desarrollo sostenible, la paz, la cooperación, la solidaridad, la inclusión social y la salud a nivel local, regional e internacional”.
Y con respecto al ajedrez, menciona que “es uno de los juegos más antiguos, tiene un carácter intelectual y cultural, y combina elementos del deporte, el razonamiento científico y el arte. Cualquier persona, en cualquier lugar, puede jugar ya que trasciende las barreras del idioma, la edad, el género, la capacidad física o la situación social. Es un juego de alcance mundial que promueve la equidad, la inclusión y el respeto mutuo, y en ese respecto puede contribuir a la creación de un entorno de tolerancia y comprensión entre los pueblos y las naciones”.
LO QUE APORTA EL AJEDREZ
“Muchos consideran el ajedrez como una actividad recreativa sin mayor importancia sin ver lo que aporta que es control de los pensamientos y razonamiento objetivo”, señala el Árbitro Nacional, el tampiqueño Felipe Salazar González.
“Se ha llegado a comprobar que los ajedrecistas no sufrimos de Alzheimer debido al constante uso de la capacidad de retención de información”, señala Salazar González, quien en unos meses recibirá su gafete de Árbitro FIDE.
También puedes leer: Luis García de Anda, tampiqueño con poder en los puños
“En los niños y jóvenes aparte de lo que ya mencione, es una actividad social en la cual pueden conocer muchas personas y jóvenes que también practican esta disciplina. Les aporta la capacidad de concentración, la cual será una herramienta fundamental cuando lleguen sus estudios universitarios. Como árbitro he podido ver el crecimiento y desarrollo de muchos niños, jóvenes y sí, se ve una mejoría”, destacó.
¿CUÁLES SON LOS ORÍGENES?
Han sido identificadas más de 2 mil variantes del ajedrez y con respecto a su origen, el más antiguo predecesor del llamado “deporte ciencia” fue un juego similar conocido como “chaturanga” cuyo origen según teorías al respecto, se ubica en la India durante el llamado período Gupta (319 - 543 d.C.). La palabra "chaturanga" puede traducir como "cuatro divisiones militares", y se refiere a las cuatro piezas del juego: la caballería e infantería, los elefantes y los carros de guerra que en el juego moderno se convirtieron en el peón, el caballo, el alfil y la torre.
“Chatrang”, y posteriormente “shatranj”, fue el nombre que se le dio al juego cuando llegó a Persia aproximadamente en el año 600 d.C. De allí se extendió a lo largo de la conocida como Ruta de la Seda y a otros lugares como la península arábiga y Bizancio.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
Aproximadamente por el año 900 d.C., al-Suli y al-Lajlaj, maestros del ajedrez de la dinastía abásida, escribieron sobre la estrategia y las técnicas del juego y cien años después el ajedrez se había extendido por todo Europa, llegando a Rusia.
