Una promesa que me cambió totalmente la vida y que hoy agradezco a Dios haya puesto su mano en mí para dejar de lado el mal camino para dedicarme ahora a promover el bienestar entre las familias de la zona”.
Quien habló así fue el atleta y promotor deportivo Facundo Calderón Mercado, quien mañana miércoles 7 de noviembre cumple 35 años de la promesa de no drogas y no alcohol que ha cumplido cabalmente a lo largo de todo de ese tiempo y que a la par se ha dedicado a promover el bien al prójimo mediante organización de eventos deportivos y ayuda a los que más lo necesiten.
Desde muy jovencito se metió al mundo de las drogas y al alcohol y hubo muchas situaciones que pusieron en riesgo su vida, por lo que luego de sufrir por varios años los estragos de esas condiciones en que vivía decidió acercarse a un “ángel” como él le llama y ese es el Ing. Juan Manzur Oudié, quien lo llevó a San Juan de los Lagos, Jalisco para que realizara la promesa de no drogas y no alcohol.
“Yo no podía encontrar el camino, y empecé a pedirle a Dios de rodillas que me ayudara, ya que me encontraba tan desesperado que pensé en suicidarme porque ya no podía más, pero al mirar a mi esposa y mis hijos algo me detuvo y al día siguiente me llevaron con un ángel y este me llevó a ser una promesa de no drogas y alcohol, este instrumento que Dios usó se llama Juan Manzur”, comentó Nacido en el barrio bravo del Cascajal, Calderón Mercado es un atleta fondista que participa en diversas carreras que se organizan en la región, siempre portando ese mensaje de luchar contra las adicciones y el alcohol, y que afortunadamente ha motivado a muchos jóvenes a alejarse de los vicios.
“Gracias a Dios y al deporte mi vida ha cambiado y hoy tengo la oportunidad de apoyar y motivar a jóvenes y adultos a que practiquen alguna disciplina deportiva, porque sólo de esta manera puedes cuidar tu cuerpo y tu mente”, señaló.
Precisamente ha sido elegido en varias ocasiones para ir a dar testimonio a jóvenes en ciudades como Miami, Chicago, Nueva York y a Puerto Rico, de la transformación que ha hecho Dios de su vida.
“Quiero agradecer el apoyo que siempre he recibido de mi familia y de muchos amigos que de una y otra manera han respaldado mi vida de manera positiva, aquí estoy y voy a seguir dando lo mejor de mí en pro de las familias, claro, siempre y cuando Dios me lo permita”.