La pelota ibérica rueda en el esplendor de su circunferencia por el “Príncipe Felipe”, inmueble que alberga al equipo local Club Polideportivo Cacereño”, que junto al Tampico FC disputa el honor de trasladar a sus respectivas vitrinas el Trofeo Ciudad de Cáceres, escenario que marca la primera incursión de la Jaiba Brava por tierras europeas gracias a que Paulino Lomas, dueño del cuadro jaibo, estableció comunicación telefónica con un promotor afincado en Barcelona llamado Juan Pareja Alcoy, quien propuso realizar 2 ó 3 torneos, además de partidos extras que sirvieron de pretemporada para iniciar el campeonato 80-81.
El Tampico comenzaría su travesía de la Ciudad de México hacia el viejo continente el domingo 10 de agosto de 1980. La delegación estaría conformada de la siguiente manera: Dagoberto Moll como técnico jaibo, acompañado de sus auxiliares Sergio Silva y Catarino Tafoya. El masajista Aurelio Torres y su hijo Rogelio, además de un total de 16 jugadores; porteros: Enrique Vázquez del Mercado y Francisco Castrejón; defensas: Alfredo Bernal, Román Nájera, Enrique Esquivel, José Luis Vega, Loreto Solís, Basilio Salazar, Mario Martínez; medio volantes: Alejandro Ojeda y Benjamín Galindo; delanteros: Juan José Pomarico, Carlos Revetria, Edmundo Marón y Alberto Ordaz. Otro hecho significativo sería que contarían como refuerzo para esa gira al jugador potosino Neri Castillo.
A LA MADRE PATRIA
Acerca del hecho de viajar a la “madre patria”, el arquitecto Lomas afirma que se trataba de trascender en tierras ibéricas colocando en alto el nombre de Tampico. -La mayor parte de equipos que juegan amistosos en España no van a ganar dinero, sino a darse a conocer enfatiza el arquitecto Lomas. - Cuando hicimos el trato pagué todos los pasajes de avión ida y vuelta. No estuve presente en la gira, aunque estuve representado por el licenciado Enrique Aceves y mis hermanos Juan y Antonio Lomas. Inclusive, un gran amigo que acaba de ganar “La Voz Senior México”, Omar Alexander, me informaba a diario de lo que acontecía con nuestra escuadra.
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Tampico arribaría al aeropuerto de Madrid el lunes 11, trasladándose a la ciudad de Cáceres en donde buscaría aclimatarse para iniciar su primer cuadrangular donde participarían los conjuntos Juventud de Evora (Portugal), Badajoz (España), el anfitrión Cacereño (España); precisamente el 16 de agosto enfrentaría al Badajoz. Juan José Pomarico anotaría para el Tampico al minuto 44 el primer gol en la historia de un equipo porteño en España. Tiempo después al 88 Zubitur, jugador del Badajoz, empataría en encuentro para alargarlo a la instancia de los penales.
LOS JAIBOS DIERON PELEA EN ESPAÑA
El futbol europeo es rápido - explica Juan José Pomarico-, no demasiado habilidoso. Nosotros llevábamos jugadores desequilibrantes, frente a los onces españoles siempre tuvimos paridad, nunca estuvieron por arriba. No estaba acostumbrado a tirar penaltis, como Revetria que se encontraba recuperándose de una lesión, Dagoberto Moll decidió ponerme en la lista de los tiradores, tomé confianza, cobrando bien la falta, ayudando en los penales a pasar a la final contra el Cacereño. Gracias a su buena actuación la afición española comenzaría a seguir el peregrinar del conjunto que extrañamente transportaba un crustáceo en el pecho.
La "saeta rubia” Alfredo Di Stéfano, quien logró una sensacional carrera en España menciona: “Las finales no se juegan… se ganan”. Poseyendo esa idea con el corazón ardiente y los pies fríos, la Jaiba Brava saldría a jugar con los mismos hombres que vencieron al Cd. Badajoz: Mercado, Bernal, Esquivel, Salazar, Nájera, Martínez, Ojeda, Galindo; Castillo, Pomarico, Ordaz (Vega, por cambio). El partido se efectuaría el 17 de agosto, a las 7 de la noche, ante un calor sofocante, una cancha en la que el césped atrapaba polvo, haciendo que al rodar el balón fuera polvosa.
EL ENCUENTRO EN SUELO EUROPEO
Estadio “Príncipe Felipe”, minuto 9. Neri Castillo cobra tiro de esquina de pierna derecha a favor de los celestes. Balón al centro del área, media altura, el defensa central cacereño no alcanza a brincar, quedando sorprendido con el arribo a sus espaldas de Enrique Esquivel, quien llegó para concertar su cita con la grandeza al prácticamente tirarse de cabeza para pegarle al esférico anidando la pelota en las mallas españolas. Solo que la felicidad es momentánea, bastaron que transcurrieran dos minutos para que al minuto 11 en una decisión del “hombre de negro”, el cacereño Parra cobrara el penal para vencer a Vázquez del Mercado, volviendo a poner cifras iguales en el marcador.
TRIUNFO JAIBO EN PENALES
Cacereños y jaibos finalizan empatados a un tanto, apareciendo los penales buscando declarar un campeón. Enrique Hugo Esquivel se planta con gallardía desde los once pasos, convertido en el quinto cobrador para la Jaiba Brava, el cuadro cacereño ha fallado un penal dejando todo listo para que Esquivel se convierta en gloria o en infierno. El entrenador “Pep” Guardiola dice: “El secreto de un buen equipo está en el orden, que todos sepan lo que hay que hacer”. Y sin duda el campeón con Toluca y con Nacional de Uruguay Enrique Esquivel conocía que la pelota debía encontrarse con la red, conquistando Tampico FC su primer trofeo en tierras extranjeras.
Enrique Hugo Esquivel, a quien se le entregó un trofeo individual por convertirse en “jugador más relevante del torneo”, expresa: - Cuando nos entregaron el trofeo no existió ningún grito en contra, la gente aplaudió largamente, reconociendo que un desconocido como Tampico ganó peleando a morir en la cancha. Que te reconozcan los contrarios es lo mejor que puede sucederte como jugador de futbol. Debemos reconocer ampliamente a Paulino Lomas que fue un visionario al permitir que su Jaiba Brava jugara fuera del país, nada menos que en Europa.
Tampico conseguiría en su primera excursión en patio foráneo el trofeo “Ciudad de Cáceres” en su tercera edición (es menester aclarar que hasta la fecha este torneo se continúa realizando en España), luchando ante dos cuadros aguerridos como el Badajoz (tercer lugar de la justa) y el Cacereño en un tiempo en que los equipos de segunda división española también se reforzaban con jugadores extranjeros. Los Jaibos representarían a México con honorabilidad, en un tiempo en que las delegaciones mexicanas que salían de la patria regresaban por lo general con noticias adversas. La Jaiba Brava lograría que la gente española asistiera a observarlos jugar, conociendo que para ganarle había que sudar la playera.