“Cuando un amigo se va, una estrella se ha perdido, la que ilumina el lugar donde hay un niño dormido” ... Así reza una de las estrofas de la canción escrita e interpretada por Alberto Cortez. Y ese sentir por la ausencia del ser querido, se hizo notorio al conmemorarse el tercer aniversario de la partida del joven beisbolista Víctor Alfonso González Aguilar, recordado por su familia y compañeros de juego, asistentes a la ceremonia litúrgica celebrada en su memoria en la parroquia de María Reina de Tancol, muy cerca del parque de pelota en el que “Coyito”, como afectuosamente era conocido, hizo sus pininos en la práctica del “rey de los deportes”.
Edgar “Vaquero” Sánchez y Ángel “Gato” Balderrama, sus compañeros en el beisbol desde temprana edad con el equipo de Coyotes de la Universidad del Golfo, en selecciones estatales y nacionales, no ocultaron su emoción al recordar a “Coyito”, con quien compartieron no solo el diamante durante interminables horas de entrenamiento y emocionantes encuentros, y también sueños e ilusiones.
“Tres años de su partida y la verdad es que lo sigo recordando como si fuera ayer. Sigue doliendo, pero en el corazón nunca morirá”, destacó Edgar Sánchez. “Desde los cinco años emprendimos el camino del beisbol de la mano del licenciado Víctor, Ángel, 'Coyito' y yo, hasta que Dios le mandó a llamar, seguimos juntos porque yo sé que él está con nosotros”.
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“¿Qué recuerdos puedo tener de él?, todos fueron muy buenos recuerdos, pasamos cosas que como amigos nunca las voy a poder olvidar, en nuestro corazón siempre va a vivir, pues él siempre fue muy buena gente”, señaló Ángel Balderrama.
FUE RECORDADO EN TANCOL
En la parroquia de María Reina de Tancol se dio cita su familia, encabezada por su abuelo, licenciado Víctor González Méndez, quien inculcara en su nieto el gusto por el beisbol en el parque Guillermo Arteaga. A tres años de su partida se le recuerda con el cariño de siempre.
Víctor Alfonso González Aguilar (QEPD) participó en campeonatos nacionales, panamericanos e incluso dos mundiales, y fue un orgulloso representante de los colores de Tamaulipas y de México; seis años participó en la Olimpiada Nacional Infantil y Juvenil.
Representó a nuestro país en el Panamericano en Nicaragua en 2011 y tuvo la oportunidad de competir en un campeonato internacional en Venezuela y en campeonatos mundiales en China y Japón enfundado en la franela de México.