Les llaman “porristas” pero no son como las de las películas de Hollywood, se trata de 28 jóvenes que conforman el equipo de animación “Búhos”, único en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) de la zona sur que con esfuerzo practican la disciplina de animación conocida como "cheerleadin".
El 28 de agosto, después de casi tres meses de vacaciones, los estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Fadycs) regresaron por fin al entrenamiento.
Las condiciones climáticas les permitieron entrenar
Eran las 14:10 horas y el cielo comenzó a despejarse de las nubes que minutos antes habían amenazado con una tormenta que tenía preocupados a los deportistas.
El clima no falló y los búhos de animación comenzaron a reunirse en el lugar de siempre; la explanada de la facultad.
En punto de las 14:30, con una gran bocina entre manos, el Coach de Búhos, Jesus Wong Pineda, se dirigió a sus alumnos. “¡Arriba!” exclamó y al momento, las 16 alumnas presentes se dirigieron al punto, listas para calentar.
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Aunque los hombres también practican porrismo, siempre se ven superados en cifras por sus compañeras, en “Búhos” sólo cuatro chicos forman parte del equipo.
Acrobacia, cargadas y baile
“Vayan por las colchonetas” solicitó el coach, era día de acrobacia. En el cheerleading son tres elementos los que los porristas deben de trabajar para ejecutar rutinas: las cargadas, el baile y la acrobacia; este último consiste en elementos que van desde un parado de manos y un arco, hasta una redondilla flic flac con mortal.
El calentamiento se inicia desde la cabeza, pasando al tronco hasta llegar a los pies mientras la bocina reproducía música rítmica por debajo de las voces de las alumnas que charlaban sobre el regreso a la acción.
Con risas se quejaron por los achaques que el sedentarismo de las vacaciones les había provocado.
Ahora eran 21 atletas en el lugar, pues cinco más habían llegado minutos después de la hora definida; la impuntualidad es considerada por el coach Wong como un castigo, que usualmente consiste en 15 burpees: salto y flexión.
El coach Carlos Saldaña, especializado en baile y acrobacia, pidió a las alumnas hacer una fila en dirección a las colchonetas desde el más experimentado hasta el más novato.
“Tienen que sentir lo que hace su cuerpo”, recordó el entrenador mientras las animadoras pasaban en fila sobre las colchonetas ejecutando paradas de manos.
Debían mantenerse en la posición por al menos ocho segundos: apretar el abdomen, estirar las piernas, mirar al suelo y no olvidar respirar en el proceso.
Primero rodadas, parado de manos, arcos, hasta llegar a la rueda de carro, ejercicios poco comunes para las personas pero básicos dentro del equipo de animación.
Las veteranas con más de un año sorprendieron con la ejecución de un par de mortales debido a que en esta disciplina existen siete niveles de dificultad.
"¡Última pasada!", anuncio el maestro Wong, lo que indicaba una última oportunidad para quienes quienes no habían logrado ejecutar el resorte, un movimiento que consistía en dar un paso al frente, como en un parado de manos, pero había que pasar las piernas por arriba de la cabeza, para hacer un arco y caer de pie.
Zuri, una de las chicas con menos tiempo en el equipo pero con mucha flexibilidad, lo logró con éxito y celebró entusiasmada con sus compañeras, era la primera vez que lo lograba.
La aventura apenas comienza
A las 16:50, apenas 10 minutos antes de concluir el entrenamiento, los coaches reunieron a sus alumnas quienes se sentaron para formar un círculo.
"Primero que nada, una bienvenida a las chicas nuevas" con cálidos aplausos las porristas del equipo y los coaches recibieron a las dos alumnas que por primera vez tuvieron entrenamiento en Buhos Fadycs.
“Dirigirse con respeto, nada de uñas largas, puntualidad y la regla más importante, aquí no existe ‘el no puedo', si lo tienen, sáquenlo de su boca, porque aquí eso no existe", recalcó Wong quien con un tono de voz firme recordó las reglas de esta agrupación.
Como un ejercicio de retroalimentación, los entrenadores señalaron a sus alumnas, una a una, sus fortalezas y debilidades.
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Con esto casi cerraba el entrenamiento, sólo faltaba una cosa, a la cuenta de tres porristas y coaches despidieron el primer entrenamiento con el grito que a todos nos une, "Un, dos, tres...¡Búhos!