Dentro de la mitología azteca, 13 dioses fueron considerados los “Señores del Día”, también denominados “Las deidades de los 13 cielos”. Entre ellos se encuentran nombres conocidos como Chalchiuhtlicue, Tonatiuh, Tláloc, Quetzalcóatl, Tezcatlipoca y Mictlantecuhtli. A cada uno les corresponde el dominio de diversos aspectos de la realidad y se les asocia con un ave diferente.
Al igual que el resto de las mitologías, la cultura azteca también empleó diversos personajes, dotados de poderes sobrenaturales, para tratar de explicar fenómenos astronómicos, meteorológicos, geográficos, sociales y políticos.
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Conoce a los siete primeros “Patrones del día”
La siguiente información fue recabada del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Instituto Ibero-Americano de Berlín (IAI, por sus siglas en alemán) y la Enciclopedia de Historia Mundial.
El primer lugar estaba ocupado por Xiuhtecuhtli (o Huehuetéotl), considerado el dios del fuego, el hogar y el tiempo. Se le representaba con un colibrí azul o con una serpiente de fuego. Una de sus principales funciones era supervisar la ceremonia del Fuego Nuevo (Toxiuhmolpilia), la cual se realizaba cada 52 años.
El segundo puesto era de Tlaltecuhtli, diosa de la fertilidad, quien se cree que dio “luz” a la Tierra, tras ser partida a la mitad por Quetzalcóatl y Tezcatlipoca. Se le asociaba con un colibri de color verde.
La diosa del mar, ríos, lagos y manantiales conocida como Chalchiuhtlicue ocupaba el tercer peldaño en forma de halcón. En tanto, el dios supremo del sol estaba encarnado por Tonatiuh, a quien se le relacionaba con una codorniz. El águila, en cambio, era Tlazoltéotl, diosa de la lujuria, pero también responsable de curar las enfermedades.
El sexto de los dioses era Teoyaomiqui (Mictlantecuhtli), un búho chillón, ligado a los guerreros caídos en batalla.
El séptimo cielo estaba dominado por Centéotl-Xochipilli, quien tenía forma de mariposa y fue nombrado “dios de las flores, el placer, el amor, la danza, la pintura, la fiesta, la creatividad y las almas” o también “príncipe de las flores de maíz”.
Descubre los últimos seis “Señores del día”
El octavo lugar era el dios “de la lluvia, el agua, el rayo, las inundaciones, las sequías y la agricultura”, Tláloc, vinculado con un águila.
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Aunque el significado de “Quetzalcóatl” era “serpiente emplumada”, el aspecto que se le otorgaba como noveno señor del día era el de un pavo. Quetzalcóatl estaba conectado con los vientos, las lluvias y las tormentas. En la mitología azteca fue quien creó el mundo y se le designa como el padre de la humanidad.
Tezcatlipoca, por su parte, era descrito como un búho cornudo. El décimo de las “deidades de los 13 cielos” era referido como el “espejo humeante que todo lo ve”, una deidad omnipotente regente de la realidad, a quien se le atribuye la capacidad de crearse a sí mismo.
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Es momento de descender al inframundo de la mano de Mictlantecuhtli, caracterizado como una guacamaya, dios de la muerte y de la oscuridad.
En el penúltimo sitio estaba Tlahuizcalpantecuhtli, como un quetzal, denominado “el señor del amanecer”. Por último, Ilamatecuhtli, un loro, era la diosa de la tierra, de la fertilidad y de la muerte.
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Considerados los “13 señores del día” o “las 13 deidades de los cielos”, cada una de estas figuras de la mitología azteca otorgaba un significado a la cosmovisión de una de las culturas más importantes de Mesoamérica desde el año 1325 hasta 1521, aproximadamente.