/ martes 18 de junio de 2024

José Saramago, el "niño pobre" que ganó el Premio Nobel de Literatura

José Saramago fue un escritor ganador del Premio Nobel de Literatura, pero antes de eso fue un niño tímido que incluso dormía junto a los cerdos

El 16 de noviembre de 1922 nació en el distrito de Azinhaga, Portugal, José Saramago, hijo de una familia de bajos recursos, futuro ganador del Premio Nobel de Literatura.

Su nombre debió ser José de Sousa, pero el encargado del registro civil consideró divertido cambiar su apellido por el apodo despectivo hacia su familia materna: “Saramago”, cuya alusión era “pobre e inculto”.

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Saramago es el nombre de una planta silvestre, vegetales conocidos por crecer de manera espontánea, sin control ni intervención humana, considerados de bajo valor. El término silvestre se usa para hacer referencia a personas sin formación académica.

Llegó a dormir entre crías de cerdo para evitar el frío

Los abuelos de Saramago eran campesinos analfabetos, quienes criaban cerdos y cuidaban de los árboles, mientras que sus padres, también analfabetas, se desempeñaron en los trabajos de policía y ama de casa respectivamente.

José Saramago pasó los primeros años de su vida en el campo, descalzo, en compañía de sus abuelos.

Jerónimo Melrinho tenía la costumbre de contar historias a su nieto bajo una higuera y, en las noches frías, cuando los habitantes de la casa dormían en compañía de las crías de cerdo para evitar su muerte por las bajas temperaturas, el niño escuchaba las palabras de su abuelo y soñaba con ellas.

En 1936, a la edad de 14 años, Saramago se muda del campo a la ciudad a vivir con sus padres, donde ingresa a una escuela de formación profesional para aprender el oficio de mecánico cerrajero.

Una de sus materias obligatorias era de literatura, a partir de ahí y con las fábulas de su abuelo todavía en su mente, el joven Saramago comienza a acudir a la biblioteca pública de su ciudad.

Sin una guía formal de estudios en el campo de las letras, Saramago comienza a leer todas las obras que despiertan su interés. Nadia lo guía, nadie le puede aconsejar cuáles autores son mejores que otros.

Los años pasan, el joven trabaja durante jornadas extenuantes como cerrajero, pero por las noches sigue acudiendo a la biblioteca y comienza a escribir. Su primera publicación es un fracaso editorial.

De ser ignorado a ganar el Nobel de Literatura: la historia de un escritor

Durante la década de los años cuarenta e inició de los años cincuenta, José Saramago termina su segunda novela con el nombre de “Claraboya”. Envía el original, escrito a máquina, la única copia de su obra, a una editorial para su publicación. Es 1953 y el autor tiene 31 años. El tiempo pasa y no obtiene una respuesta.

Saramago opta por el silencio y pone en pausa su carrera como escritor, en su lugar desempeña otros trabajos: servidor público, responsable de producción editorial, traductor y periodista.

En 1976, sin trabajo, regresa a la iniciativa de las letras. A partir de ahí comienza a publicar sus novelas más famosas, entre las que se encuentran: “Ensayo sobre la ceguera” y “El evangelio según Jesucristo”.

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En 1989 recibe, por fin, una respuesta de la editorial donde envío el manuscrito de su novela “Claraboya”, la carta dice que sería un honor para ellos publicar a Saramago, pero el autor ya tiene 67 años, una carrera consolidada y una editorial de cabecera, así que declina la oferta. Nueve años después, en 1998, obtiene el premio Nobel de Literatura.

Saramago dejó de ser sinónimo de burla y discriminación

En su discurso de aceptación al Nobel, el autor da muestra de cómo reconoció sus propios límites, no tenía dinero ni una educación universitaria. Ante la incapacidad de extender sus dominios al horizonte, comenzó a cavar donde estaba, bajo tierra, rumbo a las raíces, con paciencia, humildad y respeto por todas las personas, en especial por aquellas cuyos derechos humanos han sido violentados.

El autor continuo escribiendo hasta el final de su vida, publicando obras como: “Las intermitencias de la muerte”, “El hombre duplicado”, “Ensayo sobre la lucidez” y “Caín”. Desde ese momento y, hasta la fecha, el nombre “Saramago” nunca más fue usado para reírse de las duras condiciones de vida de las personas.

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El 18 de junio de 2010, a los 87 años, murió José Saramago, quien un día fue un niño pobre, de familia analfabeta y tartamudo, del cual sus propios vecinos se burlaron.

Tres días después, el 21 de junio, la selección oficial de fútbol de Portugal, en el Mundial de Sudáfrica 2010, salió a la cancha, en su partido contra Corea del Norte, portando brazaletes negros en memoria de su premio Nobel de Literatura, quien ha sido traducido a más de 40 idiomas.

El 16 de noviembre de 1922 nació en el distrito de Azinhaga, Portugal, José Saramago, hijo de una familia de bajos recursos, futuro ganador del Premio Nobel de Literatura.

Su nombre debió ser José de Sousa, pero el encargado del registro civil consideró divertido cambiar su apellido por el apodo despectivo hacia su familia materna: “Saramago”, cuya alusión era “pobre e inculto”.

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Saramago es el nombre de una planta silvestre, vegetales conocidos por crecer de manera espontánea, sin control ni intervención humana, considerados de bajo valor. El término silvestre se usa para hacer referencia a personas sin formación académica.

Llegó a dormir entre crías de cerdo para evitar el frío

Los abuelos de Saramago eran campesinos analfabetos, quienes criaban cerdos y cuidaban de los árboles, mientras que sus padres, también analfabetas, se desempeñaron en los trabajos de policía y ama de casa respectivamente.

José Saramago pasó los primeros años de su vida en el campo, descalzo, en compañía de sus abuelos.

Jerónimo Melrinho tenía la costumbre de contar historias a su nieto bajo una higuera y, en las noches frías, cuando los habitantes de la casa dormían en compañía de las crías de cerdo para evitar su muerte por las bajas temperaturas, el niño escuchaba las palabras de su abuelo y soñaba con ellas.

En 1936, a la edad de 14 años, Saramago se muda del campo a la ciudad a vivir con sus padres, donde ingresa a una escuela de formación profesional para aprender el oficio de mecánico cerrajero.

Una de sus materias obligatorias era de literatura, a partir de ahí y con las fábulas de su abuelo todavía en su mente, el joven Saramago comienza a acudir a la biblioteca pública de su ciudad.

Sin una guía formal de estudios en el campo de las letras, Saramago comienza a leer todas las obras que despiertan su interés. Nadia lo guía, nadie le puede aconsejar cuáles autores son mejores que otros.

Los años pasan, el joven trabaja durante jornadas extenuantes como cerrajero, pero por las noches sigue acudiendo a la biblioteca y comienza a escribir. Su primera publicación es un fracaso editorial.

De ser ignorado a ganar el Nobel de Literatura: la historia de un escritor

Durante la década de los años cuarenta e inició de los años cincuenta, José Saramago termina su segunda novela con el nombre de “Claraboya”. Envía el original, escrito a máquina, la única copia de su obra, a una editorial para su publicación. Es 1953 y el autor tiene 31 años. El tiempo pasa y no obtiene una respuesta.

Saramago opta por el silencio y pone en pausa su carrera como escritor, en su lugar desempeña otros trabajos: servidor público, responsable de producción editorial, traductor y periodista.

En 1976, sin trabajo, regresa a la iniciativa de las letras. A partir de ahí comienza a publicar sus novelas más famosas, entre las que se encuentran: “Ensayo sobre la ceguera” y “El evangelio según Jesucristo”.

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En 1989 recibe, por fin, una respuesta de la editorial donde envío el manuscrito de su novela “Claraboya”, la carta dice que sería un honor para ellos publicar a Saramago, pero el autor ya tiene 67 años, una carrera consolidada y una editorial de cabecera, así que declina la oferta. Nueve años después, en 1998, obtiene el premio Nobel de Literatura.

Saramago dejó de ser sinónimo de burla y discriminación

En su discurso de aceptación al Nobel, el autor da muestra de cómo reconoció sus propios límites, no tenía dinero ni una educación universitaria. Ante la incapacidad de extender sus dominios al horizonte, comenzó a cavar donde estaba, bajo tierra, rumbo a las raíces, con paciencia, humildad y respeto por todas las personas, en especial por aquellas cuyos derechos humanos han sido violentados.

El autor continuo escribiendo hasta el final de su vida, publicando obras como: “Las intermitencias de la muerte”, “El hombre duplicado”, “Ensayo sobre la lucidez” y “Caín”. Desde ese momento y, hasta la fecha, el nombre “Saramago” nunca más fue usado para reírse de las duras condiciones de vida de las personas.

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El 18 de junio de 2010, a los 87 años, murió José Saramago, quien un día fue un niño pobre, de familia analfabeta y tartamudo, del cual sus propios vecinos se burlaron.

Tres días después, el 21 de junio, la selección oficial de fútbol de Portugal, en el Mundial de Sudáfrica 2010, salió a la cancha, en su partido contra Corea del Norte, portando brazaletes negros en memoria de su premio Nobel de Literatura, quien ha sido traducido a más de 40 idiomas.

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