Cuando pensamos en la Edad Media, periodo comprendido entre los siglos V a XV, la mente divaga en distintas ideas: caída del imperio romano, sistemas feudales, cruzadas religiosas, inquisiciones, peste negra, poder monárquico, etc. Sin embargo, existe un aspecto casi ignorado: los conejos asesinos que aparecen en manuscritos de la época. ¿Qué significa esto?
Acorde a la Enciclopedia Humanidades, el medievo fue considerado durante mucho tiempo como una etapa oscura, con poco o nulo avance en el mundo de las ciencias y del arte. No obstante, diversos estudios recientes plantean una versión alternativa. Por ejemplo, durante la Edad Media existió una cultura de la subversión que apostaba por el humor.
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Los manuscritos de los conejos asesinos
El artículo “La increíble historia de los conejos asesinos en manuscritos medievales”, escrito por Zuzanna Stańska, para la revista Daily Art, explica por qué una serie de dibujos de mamíferos lagomorfos violentos aparecen en diversas obras centenarias custodiadas por la Biblioteca Británica en Londres.
La clave está en el humor. Acorde a Stańska, los autores de esta serie de dibujos eran partidarios de una cultura de la risa, e intentaban fomentar el aspecto cómico de la realidad, por medio de representaciones absurdas.
Esta corriente satírica tuvo su origen y auge entre los siglos XIII y XV. Dando lugar a imágenes, entre otras, de conejos enfrentándose en batalla contra caballeros, decapitando hombres y cabalgando sobre leones.
La rebelión de las notas marginales, 'un disparate'
Una cultura subversiva es, por definición, aquella que “trastorna o altera algo, especialmente el orden establecido”. ¿Por qué diversos dibujos de conejos en situaciones de violencia se pueden considerar revolucionarios?
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Stańska establece el contexto de la situación. En la Edad Media los libros se reproducían a mano. Dicho trabajo se encomendaba principalmente a los habitantes de los monasterios, quienes dedicaban la mayor parte del día a escribir e ilustrar volúmenes.
El método de creación de los ejemplares, aunado al alto coste del papel y de la tinta, convirtieron a los libros durante el medievo en objetos extraños, valiosos y codiciados. Creyéndose, por esto, que únicamente debería abordarse en ellos temas solemnes.
No obstante, no todos fueron partidarios de la consigna. Surgiendo así el término “marginalia” o “notas marginales”. En los límites de las hojas se comenzaron a colocar imágenes ridículas y disparatadas, como una manera de decir: siempre existe espacio para la risa.
Los conejos no fueron los únicos animales usados en la “marginalia”, también, apunta, Stańska, se pueden encontrar híbridos humano-animal, por ejemplo, un caracol con cabeza de hombre.
La importancia del humor
El artículo menciona las críticas mordaces realizadas a las “notas marginales”. Entre ellas, reproduce las declaraciones de Bernardo de Clairvaux, monje francés, quien las consideraba, respectivamente, “monstruosidades ridículas” y “estupideces”.
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A pesar de los detractores, la práctica de “marginalia” continúo desarrollándose durante la Edad Media, generando un precedente de la defensa por la cultura del humor.
Entonces, ¿existieron o no existieron los conejos asesinos? Al menos lo hicieron en la mente creativa de aquellos que reprodujeron de su puño y letra: cientos y cientos de manuscritos.
